Tecnología y Sociedad
El director ejecutivo de Zappos apuesta 300 millones por las start-ups en Las Vegas
Tony Hsieh cree que la fórmula de la innovación implica un mayor número de "colisiones" y alguna que otra llama.
Foto: El centro de Las Vegas, al atardecer.
A Tony Hsieh en realidad no le gustan los deportes, pero le encantan las llamas y las reuniones comunitarias. Así que una vez al mes, durante la temporada de béisbol, el director ejecutivo de la tienda de zapatos en línea Zappos celebra un desfile patrocinado por la empresa encabezado por una llama llamada Cusco. Quienes desfilan reciben gorras de béisbol y artilugios para hacer ruido gratuitos para recorrer el camino desde la calle Freemont en Las Vegas hasta el cercano estadio de béisbol Cashman Field.
Para Hsieh, que tiene 39 años, la animada comitiva que pasa por una parte degradada de la ciudad es una pequeña parte de un intento muy pensado de revitalizar el centro de Las Vegas a través de un plan de renovación urbana llamado Downtown Project, que respalda con 350 millones de dólares (unos 267 millones de euros) de su propio bolsillo.
El centro de Las Vegas es una zona deprimida, llena de salones de tatuaje y solares vacíos que no suelen ver los visitantes del glamuroso Strip. Pero Hsieh, un emprendedor del comercio electrónico que hizo su fortuna al vender Zappos a Amazon en 2009, y que aún dirige la empresa, cree que si es capaz de atraer a personas creativas y emprendedoras a la zona, le seguirán toda clase de start-ups, desde la próxima empresa tecnológica de éxito hasta una nueva tienda de helados.
"Nuestra gran apuesta -aunque no creo que sea una apuesta, en realidad- es conseguir que mucha gente con distintos orígenes y perspectivas se reúna en una zona relativamente pequeña con un sesgo en favor de compartir y colaborar", explica. "Estadísticamente, la magia se dará por sí sola".
Concretando, Hsieh está convencido de que para patrocinar la innovación lo que hay que hacer es maximizar las "colisiones", su término para cualquier clase de encuentro entre personas. Guiado en parte por el libro El triunfo de las ciudades, del economista de Harvard Edward Glaeser, el proyecto Downtown Project ha establecido que necesita aumentar la densidad del barrio hasta los 100 residentes por acre (la alta densidad es una situación ideal planteada por Glaeser), desde los 14,5 actuales. También tiene que sacar a la gente de sus coches, porque también servirá para aumentar las colisiones.
"Se puede pensar en términos de: Si la floristería ocupa x metros cuadrados, ¿qué valor tiene en comparación con un restaurante o un bar desde la perspectiva de las colisiones?" Y añade "No es el único criterio, pero es uno extra en el que la gente no suele pensar".
Zappos se trasladó desde San Francisco a las afueras de Las Vegas en 2004 para facilitar la tarea de contratar a agentes de atención al cliente. Ahora Hsieh está a punto mudar la empresa otra vez, esta vez al antiguo ayuntamiento de Las Vegas. Él también vive en el barrio, en un gran piso en el Odgen, un edificio de pisos de lujo donde su Downtown Project alquila un par de plantas y ofrece apartamentos amueblados gratuitos a los visitantes.
El Downtown Project planea gastar 200 millones de dólares (unos 153 millones de euros) en comprar edificios y terrenos (ya posee 55 acres el centro de Las Vegas). Otros 100 millones de dólares (unos 77 millones de euros) se reservan para invertir en pequeños negocios y start-ups tecnológicas, y hay otros 50 millones de dólares (unos 38 millones de euros) destinados a la educación, como una guardería que se abrirá este año.
Algunos de los esfuerzos de Hsieh empiezan a dar sus frutos. Elizabeth McVay Greene trasladó su start-up Plovgh desde Brooklyn a Las Vegas en febrero de este año. Le atrajo que el coste de la vida fuera más barato, así como la esperanza de que encontraría apoyo para su sitio web, que conecta a los pequeños granjeros directamente con los clientes.
Aunque Greene es escéptica respecto a que exista una "receta" para la innovación, afirma "creo que nunca he visto un apoyo así a la innovación, tan centrado en el proceso". La empresa de Greene tiene su sede en Work In Progress, un espacio de oficinas para start-ups en el que Hsieh ha invertido. Si tiene hambre puede ir a Eat, un sitio para tomar el brunch que también está financiado por el jefe de Zappos.
Un problema: Las Vegas es una ciudad de conductores. La densidad de la ciudad, unos 1.600 personas por kilómetro cuadrado es menos de una quinta parte que la de Nueva York y poco más que la de la ciudad más densa de Montana, Browning. Pero Hsieh también tiene un plan para eso. A través de una iniciativa de transporte público, intenta animar a la gente a que camine, vaya en bici o comparta coche. Una flota de 100 berlinas eléctricas de Tesla, encargadas por el Downtown Project, hace más apetecible esta última opción. Tanto como la planificación urbana, Hsieh afirma que una ciudad necesita "planificación narrativa", el tipo de emoción que una flota de Toyota Prius, por ejemplo, o solo 10 Teslas no lograría.
Pero aún queda mucho camino que recorrer. Para empezar está la cuestión de qué supondría para el incipiente cluster de innovación de Hsieh que lo que suceda en Las Vegas no se queden en Las Vegas. Hace poco una start-up de robótica, Romotive, dejó la zona para irse a San Francisco porque, en palabras de su director ejecutivo, para seguir creciendo tenían que “centrarse en trabajar cerca de socios estratégicos y contratar a talentos sénior".
Las Vegas no tiene ni universidades potentes ni muchas empresas de peso. A las start-ups tecnológicas en particular les podría resultar difícil reclutar a trabajadores cualificados en la ciudad y podría ser un lugar improbable para el tipo de "colisiones" que conducen a asociaciones o adquisiciones.
Pero Hsieh cree que la innovación empezará a darse si se él encarga de lo básico. En una pared de su apartamento que está reservada para sugerencias, la gente puede dejar notas adhesivas diciendo lo que cree que aún le falta al centro de Las Vegas. Una sugerencia: un supermercado.