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Biotecnología

El cerebro cuantificado de un neurocientífico que experimenta consigo mismo

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Un neurocientífico se está haciendo una resonancia magnética del cerebro dos veces por semana durante un año para intentar ver cómo funcionan las redes neuronales a lo largo del tiempo.

  • por Susan Young | traducido por Lía Moya (Opinno)
  • 05 Junio, 2013

Foto: Russell Poldrack, neurocientífico de la Universidad de Texas en Austin, está haciendo un seguimiento de su estado de humor diario y su actividad cerebral semanal.

Russell Poldrack, neurocientífico de la Universidad de Texas en Austin (EE.UU.) está llevando a cabo una intensa introspección. Cada día,  hace un seguimiento de su humor y estado mental, qué come y cuánto tiempo pasa al aire libre. Dos veces por semana se hace un escáner cerebral en una máquina de resonancia magnética. Y una vez por semana se hace extraer una muestra de sangre para que se analicen sus hormonas y el nivel de actividad de los genes. Poldrack piensa reunir un año de datos cerebrales y corporales para dar respuesta a una pregunta sin explorar en la comunidad neurocientífica: ¿cómo se comportan y cambian las redes cerebrales en el trascurso de un año?

Aunque algunos investigadores han examinado la actividad cerebral de una persona concreta en distintos momentos, no ha habido ningún estudio que examine los patrones cerebrales dos veces por semana durante un año. El estudio de autoseguimiento de Poldrack podría servir para cubrir un hueco en el conocimiento de la comunidad neurocientífica de cómo funcionan las redes cerebrales. "No sabemos absolutamente nada sobre cómo cambia su función un cerebro sano o sobre cómo fluctúa a lo largo de días, semanas y meses, y es importante saberlo porque hay muchos desórdenes, incluyendo la depresión, el desorden bipolar y la esquizofrenia, que muestran grandes fluctuaciones a lo largo de las semanas y los meses", afirma Poldrack. "Este tipo de series de datos - me hago resonancias dos o tres veces por semana, lo que supone de 100 a 150 series de imágenes para una única persona- no existen", explica.  

Las resonancias magnéticas revelan cuándo diferentes regiones del cerebro tienen patrones parecidos de actividad, es decir, cuándo funcionan como una red. Distintas redes cerebrales se asocian con distintas funciones cognitivas y son un campo de investigación importante para los investigadores que intentan tratar desórdenes como la depresión y la epilepsia (ver "Implantes cerebrales capaces de resataurar circuitos defectuosos"). Recientemente, el gobierno de Estados Unidos anunció que dotaría de 100 millones de dólares (unos 77 millones de euros) en financiación a una gran iniciativa para determinar los patrones de actividad de cada neurona individual del cerebro (ver "La importancia del proyecto de mapeo del cerebro impulsado por Obama"). El objetivo es comprender cómo los patrones de redes cerebrales cambian en el estado de enfermedad, pero para eso primero hará falta comprender mejor de cómo funcionan las redes neuronales sanas.

Foto: Russell Poldrack tumbado en un escáner de resonancia magnética en el Centro de Investigación por Imágenes de la Universidad de Texas en Austin.

"En cualquier enfermedad que se te ocurra, la gente está adjudicando significado a cambios observados en estas redes, pero realmente no comprendemos cómo fluctúan estas redes a diario, semanal o mensualmente", afirma Ravi Menon, neurocientífico y especialista en resonancia magnética del Instituto de Investigación Robarts en London, Ontario (Canadá). "Si no conocemos la variación, hay que tener mucho cuidado al adjudicar diferencias en estados de enfermedad" sostiene.

El autoanálisis de Poldrack podría resultar muy interesante si es capaz de identificar conexiones entre fluctuaciones en sus redes cerebrales y el resto de los datos que recoge, según Michael Fox, neurólogo del Hospital General de Massachusetts en Boston (EE.UU.). Poldrack tiene previsto analizar su humor diario, valorar la calidad de su sueño la noche anterior, y registrar sus pulsaciones cuando hace ejercicio. Cada semana, técnicos del campus de la Universidad de Texas en Austin le extraen una muestra de sangre, que posteriormente se analizará para ver los niveles de hormonas y los niveles de expresión de los genes. "Será interesante ver hasta que punto puede correlacionar los cambios en su cerebro con los cambios en su estado mental y sus niveles hormonales", afirma Fox.

Por ejemplo, sería interesante ver si la conectividad de la red de Poldrack en los días en los que esté de mal humor o triste se parece más a la de una persona con depresión. Tener el escáner de resonancia magnética en el mismo edificio que su despacho facilita un poco la labor a Poldrack, pero ni siquiera al director del centro de imágenes le sale gratis . "Tengo que pagar por el escáner igual que todos", afirma.

Sin embargo, hace falta algo más que la accesibilidad a un escáner de resonancia magnética para conseguir una serie de datos válida para la investigación y Poldrack se vuelve hacia las herramientas e ideas del movimiento del Ser Cuantificado (ver "") para potenciar su proyecto. "Soy alguien en sintonía con su cuerpo. Pienso mucho en la dieta y la nutrición, así que no me costó mucho en pensar en registrar estos datos sobre mí mismo, explica. Afirma que le lleva varias horas cada semana simplemente recoger los datos. "Hay que ser un poco obsesivo para poder hacerlo", afirma Poldrack. "Si no lo haces con regularidad, los datos no son muy útiles".

Poldrack también está pensando en buscar respuesta a un interrogante médico personal: ¿existe una relación entre la activación de su psoriasis y otros factores como el humor, el estrés y cambios en la actividad de los genes?

Por el momento es demasiado pronto para sacar conclusiones de las series de datos, pero Poldrack afirma que ya ve un patrón en los patrones de actividad de su cerebro. Los martes se hace el escáner a primera hora sin haber comido y sin haber tomado su café matutino. Los jueves puede comer y tomar su dosis de cafeína. "Las redes parecen más estables en los días que he tomado cafeína y he comido", afirma.

Menon explica que no existen riesgos conocidos de exponerse a un fuerte campo magnético dos veces por semanas (el propio Menon se escanea prácticamente cada semana para entrenar a sus alumnos o para desarrollar protocolos experimentales). Durante la fase piloto del proyecto, Poldrack sí que notó un aumento en su tinnitus y en consecuencia empezó a hacerse pruebas en busca de daños en el oído. Una pequeña pérdida de audición le llevó a poner el proyecto en espera durante varias semanas, pero cuando esa pérdida no se detectó en pruebas posteriores, empezó de nuevo, aunque esta vez con cascos para amortiguar el ruido.

Poldrack calcula que podrá exponer sus hallazgos para principios de 2014.

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