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Tecnología y Sociedad

El dudoso plan de Intel para dominar la televisión

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La caída en las ventas de PCs y un mercado de servidores en transformación están mutilando a Intel, y a su plan de vender servicios para la pantalla más grande de la casa le queda mucho camino que recorrer.

  • por Jessica Leber | traducido por Lía Moya (Opinno)
  • 26 Abril, 2013

Cuando Intel finalmente reveló su misteriosa división de medios en febrero, muchos fuera de la industria no entendían nada. ¿Por qué el fabricante de chips, que ya ha intentado vender productos de consumo antes y ha fracasado, está intentando lanzar un servicio de televisión, uno de los mercados de consumo más difíciles que existen?

Las empresas de computación, incluyendo Apple (ver "La próxima innovación de Apple: la televisión"), Google y Microsoft llevan años luchando por convertirse en proveedores de Internet. Ven que existe un inmenso mercado de televisión de pago que está listo para sufrir una transformación al estilo de Silicon Valley. Las interfaces televisivas actuales son excesivamente complicadas y los paquetes de contenido están hinchados con canales que la mayoría de los suscriptores no ven.  Es más, existen nuevas oportunidades de negocio en la nueva forma de ver televisión, que es cada vez más social y más móvil, y que las empresas tecnológicas están bien situadas para explotar.

Las ambiciones de Intel tienen sentido dado que la empresa necesita un nuevo negocio para crecer y tiene liquidez. Las ventas de PCs están cayendo -la empresa de investigación de mercados IDC informó hace poco del peor trimestre de la historia en este mercado desde que empezó a recoger datos en 1994- al tiempo que los dispositivos móviles se convierten en los sustitutos más potentes de los PCs. El informe de beneficios para el primer trimestre de 2013, que Intel ha publicado esta semana, refleja ese declive, con los ingresos cayendo un 6 por ciento en su división de PCs, responsable de 8.000 de los 12.600 millones de dólares de ingresos trimestrales (6.144 y 9.678 millones de euros respectivamente). Mientras, el negocio de chips móviles de la empresa aún está dando sus primeros pasos (ver "A pesar de sus avances, los chips móviles de Intel siguen siendo poco populares").

Intel cuenta con un impresionante equipo de televisión con más de 300 empleados dirigidos por el antiguo ejecutivo de la BBC Erik Huggers. Y también tiene tecnología interesante, incluyendo una cámara que mira al espectador y sirve para hacer sugerencias de programas basado en quién está viendo la tele, así como un grabador de vídeo digital basado en la nube que permite a los espectadores retroceder en el tiempo y ver programas que se perdieron, sin tener que grabarlos.

Pero muchos en la industria se muestran escépticos respecto a que un servicio de televisión exclusivamente para Estados Unidos sea el negocio multimillonario que Intel necesita para aumentar sus ingresos, en parte por el reto que supone negociar acuerdos de licencias para contenidos en vivo exclusivos. "Es un proyecto caro con muy pocas probabilidades de éxito", afirma Bernard Gershon, el antiguo ejecutivo sénior de Walt Disney que desarrolló la estrategia de negocio digital para contenido televisivo de la empresa y ahora trabaja como consultor.

Hasta ahora, el problema que existe con los sueños de todas las empresas tecnológicas sobre cómo vemos la televisión, es que los nuevos competidores necesitan el visto bueno de una parte importante de la industria establecida: empresas como Disney, MTV y Time Warner, que poseen muchos programas y canales. Lo que más temen los programadores de televisión es que aparezca un servicio más barato y personalizable que acabe con su capacidad para empaquetar juntos canales populares e impopulares con un único precio. Pero si no se rompen estos "paquetes", cualquier servicio de suscripción de televisión nuevo acabará pareciéndose mucho a lo que ya ofrecen Comcast o AT&T.

La lógica económica del negocio de la televisión podría ser especialmente dura para Intel. No posee la infraestructura subyacente de banda ancha para entregar contenidos, así que no puede atraer clientes empaquetando servicios de televisión e Internet como ha hecho Google con su red de fibra experimental de gigabits en Kansas City (EE.UU.). Y si consigue negociar acuerdos innovadores respecto al contenido, otras empresas como Apple, que al contrario que Intel ya ha colocado hardware televisivo en los hogares de la gente y mantiene relaciones de facturación y de atención al cliente con los consumidores, pueden adelantarles por la derecha y firmar acuerdos parecidos.

Para que Intel tenga éxito, su agresiva entrada en los salones de las casas debe programarse a la perfección. Los programadores de televisión empiezan a experimentar con nuevos formatos de emisión vía Web y móvil, y quieren atraer a un nuevo público joven al que le sigue gustando ver la tele pero que quizá no quiera hacerlo en su sofá todos los martes a las ocho de la noche.

Cuando DirectTV lanzó su servicio por satélite hace una década, funcionó porque se gasto miles de millones de dólares en conseguir los derechos exclusivos de muchos partidos de la liga de fútbol americano, la NFL. Aunque todavía no se han anunciado acuerdos de contenido, el servicio de Intel ya se está probando internamente y con algunos socios limitados, y se espera que se presente este año. Es posible que Intel necesite su propia versión de la NFL.

Tecnología y Sociedad

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