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Tecnología y Sociedad

Business Report: El Gran Hermano vigila los exámenes en línea

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¿Cómo se puede saber si un estudiante en línea ha hecho sus deberes? Usando cámaras web para supervisarlo.

  • por Brian Bergstein | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 27 Noviembre, 2012

El auge de la educación en línea ha creado un puesto de trabajo que no existía hace unos años: supervisor de exámenes a distancia.

ProctorU, una empresa de rápido crecimiento fundada en 2009, ha contratado a más de 100. Sentados frente a ordenadores en las oficinas de ProctorU en Hoover, Alabama, o Livermore, California, en Estados Unidos, los supervisores utilizan cámaras web y software para compartir pantallas con el que observar a distancia a los estudiantes, cuando hacen un examen o completan una tarea en línea. Los supervisores vigilan para asegurarse de que los estudiantes no hagan trampa.

Es una idea simple que podría resultar crucial para la expansión de la educación en línea. Durante los últimos años, varias universidades importantes, incluyendo Harvard, Stanford y el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), han comenzado a ofrecer cursos gratuitos a cualquier persona interesada. Después de atraer a cientos de miles de estudiantes, estos 'masivos cursos en línea abiertos', o MOOC (por sus siglas en inglés), están intentando averiguar la mejor forma de determinar que los alumnos estén realmente completando el curso y aprobando los exámenes.

Eso será se importancia vital puesto que el hecho de poder ofrecer a los estudiantes resultados 'certificados', además de un curso certificado, será probablemente clave para asegurar que los MOOC sean financieramente sostenibles. EdX, la asociación de educación digital entre el MIT y Harvard, cree que puede cobrar a los estudiantes aproximadamente 100 dólares (77 euros) si desean obtener un certificado de finalización oficial. Otros MOOC, como Udacity (con fines de lucro) y Coursera, tienen la esperanza de obtener ingresos conectando a sus mejores estudiantes con reclutadores y empresarios.

Con esto en mente, edX, Coursera y Udacity están trabajando con la editorial de educación Pearson para que los estudiantes de cursos en línea puedan hacer exámenes en un centro de pruebas dirigido por Pearson. Estos centros están localizados en más de 100 países. Pero incluso una red así de generalizada no logrará llegar a cada futuro estudiante.

Más de 200 universidades y escuelas técnicas han contratado a ProctorU para administrar exámenes que los estudiantes puedan tomar en los mismos ordenadores en los que se siguieron los MOOC, aunque ProctorU también supervisa exámenes de clases tradicionales. "Casi cada clase cuenta con un componente en línea", indica Don Kassner, director general de ProctorU. "Y algunas de estas escuelas se están dando cuenta de la dificultad logística de programar a 350 estudiantes en una clase y hacer un examen final".

Muchos de los supervisores contratados por ProctorU son estudiantes universitarios. Reciben 75 centavos por hora por encima del salario mínimo (lo que significa que ganan 8,75 dólares a la hora en California y 8 en Alabama, 6,75 y 6,16 euros respectivamente) y consiguen un aumento de 1 dólar por hora después de un período de evaluación de 90 días. Un supervisor debe vigilar y responder a las preguntas de un máximo de cinco o seis examinados a la vez, por lo que Kassner señala que trata de contratar a personas con capacidad probada para hacer más de una tarea al mismo tiempo, como por ejemplo ávidos jugadores de videojuegos o personas que hayan trabajado en restaurantes.

La supervisión de exámenes ofrece grandes oportunidades a nivel mundial, señala Franklin Hayes, que ha administrado exámenes para la compañía desde 2011 y también realiza las funciones de director de relaciones con los medios. Además de supervisar a estudiantes universitarios en sus dormitorios y apartamentos, ha supervisado exámenes de soldados en Afganistán, así como a personas que necesitan aprobar cursos de certificación para pavimentación de carreteras. Una vez un oficial de policía inició sesión para tomar un examen de certificación profesional desde el ordenador portátil en su coche patrulla.

Los supervisores también deben estar preparados para verle el trasero, o algo peor, a algunos examinados. Hay quienes no pueden resistirse y se exponen ante el supervisor en el otro extremo de la videoconferencia. "Una de las cosas que les decimos a nuestros supervisores es que 'van a ver algunas cosas que no desearían ver'", asegura Kassner.

Tal vez porque la relación supervisor-estudiante es mayor de lo que podría ser incluso en un aula universitaria tradicional, lo de hacer trampas parece ser algo poco común. Los supervisores presentan un 'informe de incidente' a la escuela de un estudiante si detectan algo inapropiado, que podría incluir desde un corte sospechoso de la conexión a Internet, que alguien entre en la habitación del estudiante, o que el estudiante eche un vistazo a un libro de texto. Kassner señala que solo se crean informes de incidente en siete de cada 1.000 exámenes.

A veces el trabajo de un supervisor es el de recordar a los estudiantes que no pueden consultar Google. Los examinados ven al supervisor al inicio de los exámenes, pero son libres de minimizar la ventana de videoconferencia en sus pantallas para no sentirse observados. Cuando el supervisor se vuelve invisible, no es raro que los estudiantes se olviden y abran una nueva pestaña en el navegador web.

Los supervisores pueden verlo a través del software de pantalla compartida que los examinados tienen que ejecutar en sus equipos. "Podemos intervenir y decir: 'Por favor, cierra esa pestaña'", explica Hayes. "La mayoría de las veces, la gente se lo toma bien y la cierra".

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