En un pequeño ensayo, los pacientes que recibieron un medicamento ya existente no mostraron deterioro cognitivo en tres años.
En un pequeño estudio presentado en una conferencia la semana pasada, varios pacientes de alzhéimer a quienes se les suministró un medicamento que ya se utiliza para tratar trastornos del sistema inmune observaron una estabilización de su condición.
Los participantes del estudio recibieron el compuesto, conocido como intravenoso Ig, o IVIg, durante tres años. Durante este período, no mostraron signos adicionales de deterioro cognitivo o pérdida de memoria. Aunque el estudio fue pequeño, ofrece la esperanza de que esta devastadora enfermedad pueda ser detenida o ralentizada en los seres humanos.
El trabajo fue presentado el martes de la semana pasada en la Conferencia Internacional 2012 de la Asociación de Alzheimer en Vancouver (Canadá), por Norman Relkin, neurólogo en el Centro Médico Weill Cornell.
El alzhéimer es la sexta causa de muerte en Estados Unidos: se estima que 35 millones de personas padecen la enfermedad hoy día, y se espera que la cifra aumente considerablemente en las próximas décadas. Su base biológica aún no se conoce bien, pero los investigadores sospechan que la acumulación de placa en el cerebro provocada por agregados de una proteína llamada beta-amiloide, o una proteína llamada tau, o tal vez ambas, contribuye a la muerte de neuronas que se observa en las personas que padecen la enfermedad.
Actualmente, los pacientes no tienen opciones de tratamiento con fármacos para prevenir o incluso desacelerar la enfermedad de alzhéimer. Existen algunos medicamentos para tratar los síntomas, pero sus efectos beneficiosos son solo temporales. El anuncio hecho la semana pasada semana ofrece una pequeña esperanza de que puedan desarrollarse más opciones en el futuro.
"Este estudio sugiere que potencialmente podemos detener o retrasar la enfermedad de Alzheimer", indica Kun Ping Lu, científico médico de la Escuela Médica de Harvard (EE.UU.), que estudia la enfermedad. "Sugiere que, por primera vez en un ensayo clínico en humanos, esta enfermedad se puede detener si tenemos a nuestra disposición una forma de identificarla temprano".
Una de las razones por las que el alzhéimer es tan difícil de tratar es debido a que los síntomas tardan mucho tiempo en aparecer. "Dentro del campo se cree que el Alzheimer tarda más de una década en desarrollarse, y cuando el cerebro acaba siendo dañado es muy difícil revertir dicho daño", asegura Lu. "Si queremos tratarla, tenemos que saber lo más pronto posible qué pacientes van a desarrollarla a lo largo del tiempo".
Los diagnósticos de última generación implican el seguimiento de escáneres cerebrales y biomarcadores en el líquido cefalorraquídeo para predecir la aparición de la enfermedad años antes de que se ponga en marcha, así como la observación de síntomas clínicos a través de pruebas de movilidad y de memoria. Además, varios estudios recientes sugieren que los primeros signos de la enfermedad de Alzheimer se pueden detectar décadas antes de que aparezcan los síntomas.
Todos los participantes en el estudio tenían alzhéimer de leve a moderado. Solo cuatro recibieron la dosis óptima de IVIg durante tres años. Estos pacientes no mostraron disminución de su cognición, memoria, funcionamiento diario o estado de ánimo (respecto a un punto inicial de referencia), efectos que son de esperar durante el padecimiento de la enfermedad. Aquellos pacientes que inicialmente recibieron placebo, pero posteriormente fueron puestos bajo tratamiento con IVIg, experimentaron un declive más lento mientras recibieron el fármaco.
El IVIg, comercializado -entre otras- por la compañía farmacéutica Baxter, contiene una mezcla de anticuerpos aislados procedentes de una mezcla de plasma sanguíneo donado por personas sanas. Se cree que este subproducto de la sangre contiene anticuerpos de los donantes sanos que atacan las proteínas dañadas en los pacientes con alzhéimer.
Si el producto resulta eficaz en unas pruebas que se están desarrollando actualmente con 360 participantes, podría ser difícil satisfacer la demanda. Dos semanas de tratamiento con el medicamento cuestan entre 3.000 y 5.000 dólares (2.470 y 4.110 euros). Sin embargo, Dean Hartley, director de iniciativas científicas en la Asociación del Alzheimer, señala que si el tratamiento demuestra ser exitoso en ensayos más grandes, los resultados positivos probablemente provocasen un aumento de la producción. También espera que estos resultados inspiren un gran número de estudios científicos dirigidos a la identificación de los ingredientes funcionales en la mezcla inmunológica, para que otros expertos puedan desarrollar una versión sintética.
"Realmente espero que funcione, porque sería una buena plataforma para empezar a descubrir qué componentes contiene", afirma Hartley. "¿Qué hay en el IVIg? ¿Anticuerpos selectivos contra la beta-amiloide, contra la tau, o algo más?", se pregunta este experto.