Una capa de nanotubos podría permitir que un avión absorbiese el haz del radar, haciéndolo indetectable.
Un nuevo recubrimiento nanoestructurado podría ser utilizado para fabricar pinturas de camuflaje para aviones y hacer que no puedan ser detectados durante la noche ni por un radar en cualquier momento del día. El recubrimiento, hecho de nanotubos de carbono, puede utilizarse para esconder un objeto en la oscuridad total, haciéndolo indistinguible del cielo nocturno.
Los nanotubos de carbono poseen muchas propiedades superlativas, entre ellas una excelente resistencia y conductividad eléctrica. También son el material de color más negro que se conoce. Las largas tiras de carbono puro, cada una de solo unos pocos nanómetros de diámetro, absorben un amplio espectro de luz, desde las ondas de radio a través de la luz visible hasta la ultravioleta, casi a la perfección. Los investigadores están aprovechando esta absorción perfecta en sensores de imagen de alta sensibilidad y otros dispositivos prototipo.
L. Jay Guo, profesor de ingeniería eléctrica y ciencias informáticas en la Universidad de Michigan (EE.UU.), se dio cuenta de que podría ser útil como especie de camuflaje. Los aviones espía, señala, a menudo se pintan de azul oscuro o negro para ocultarlos de la vista.
El grupo de Guo cultivó bosques esparcidos de nanotubos de carbono verticales sobre la superficie de diversos objetos en tres dimensiones, incluyendo una oblea de silicio estampada con la forma de un tanque pequeño. Los nanotubos hacen que los objetos parezcan totalmente planos y negros, y desaparecen sobre un fondo de dicho color. Los objetos recubiertos de nanotubos no reflejan ni dispersan la luz.
Este efecto funciona, señala Guo, porque los nanotubos son perfectamente absorbentes y porque cuando se cultivan con un poco de espacio entre ellos, al igual que en sus experimentos, su índice de refracción es casi idéntico al del aire circundante. Esto significa que la luz no se dispersa de los nanotubos sin ser absorbida. El trabajo se describe en la revista Applied Physics Letters.
Guo indica que si un avión pintado con la capa de nanotubos fuera golpeado con un haz de radar, no rebotaría nada en absoluto y daría la impresión de que no hay nada en el cielo.
"Este tipo de camuflaje es muy interesante, sobre todo porque han demostrado el funcionamiento en el aire", indica Ray Baughman, director del Instituto MacDiarmid NanoTech en la Universidad de Texas en Dallas. Baughman ha demostrado recientemente que los nanotubos pueden formar una capa de invisibilidad cuando se calientan bajo el agua. El calor de una hoja de nanotubos afecta a las propiedades ópticas del agua que la rodea, creando la ilusión de invisibilidad.
Las capas de invisibilidad protegen a los objetos mediante la manipulación de la luz incidente de modo que simplemente fluya a su alrededor. Los materiales capaces de lograr esto deben fabricarse muy cuidadosamente y por lo general solo funcionan con un espectro muy estrecho de luz, por ejemplo las microondas, o la luz roja o verde. Los nanotubos son relativamente fáciles de crear y funcionan en un amplio espectro.
Sin embargo, todavía no resulta práctico cultivar bosques de nanotubos en la superficie de un avión directamente. El cultivo de este tipo de bosques es un proceso de alta temperatura y alta presión realizado en cámaras mucho más pequeñas que un avión. Sin embargo, Guo asegura que debería ser posible el cultivo de nanotubos en la superficie de partículas diminutas que más tarde pudieran ser suspendidas en pintura.