Un equipo de ingenieros médicos de Alemania ha desarrollado un implante para controlar de forma continua el crecimiento de tumores en pacientes con cáncer. El dispositivo, diseñado para ser implantado cerca del lugar del tumor, utiliza chips de detección para medir los niveles de oxígeno en la sangre, lo cual es un indicador de crecimiento del tumor. A continuación, los datos se transmiten de forma inalámbrica a un receptor externo que lleva puesto el paciente, y son enviados al médico para su seguimiento y análisis remoto.

"Hemos desarrollado el dispositivo para controlar y tratar tumores de crecimiento lento que sean difíciles de operar, como tumores cerebrales y en el hígado, así como aquellos en pacientes de edad avanzada para quienes la cirugía puede ser peligrosa", señaló Helmut Grothe, director del Instituto Heinz-Nixdorf de Electrónica Médica en la Universidad Técnica de Munich.

El dispositivo, de aproximadamente dos centímetros de largo, conocido como IntelliTuM (del inglés 'Intelligent Implant for Tumor Monitoring'), incluye un sensor con función de autocalibración, sistemas para la medición y evaluación de datos y un transmisor. Todos los componentes están dentro de una carcasa de plástico biocompatible.

El dispositivo sensor detecta el nivel de oxígeno disuelto en el líquido cercano al tumor; una caída en esa medida sugiere que el comportamiento metabólico del tumor está cambiando, a menudo hacia una forma más agresiva. Hasta ahora, los investigadores han probado el dispositivo en tejido cultivado. El siguiente paso es probarlo en animales vivos.

El seguimiento del crecimiento de tumores se realiza actualmente a través de tomografías, resonancias magnéticas y otras formas de captación externa de imágenes. "La ventaja de un implante en comparación con las imágenes externas es que se puede controlar el tumor en todo momento", afirma Sven Becker desde la Universidad Técnica de Munich. "Esto significa que los pacientes tendrían que ir menos al hospital para el seguimiento de la progresión de los tumores después de la cirugía. Además, no tendrían que ingerir agentes de contraste".

Aunque el dispositivo actual está calibrado para hacer un seguimiento del oxígeno, los chips también se pueden utilizar para controlar otras señales de cambio o crecimiento de los tumores. "Los niveles de oxígeno son uno de los principales indicadores del crecimiento de un tumor, aunque también hemos encontrado una manera de activar los sensores de pH recalibrando el dispositivo desde fuera del cuerpo", afirma Grothe.

El equipo también planea incorporar una bomba de medicación en miniatura para administrar la quimioterapia directamente en el entorno del tumor cuando los chips de seguimiento muestren que se ha vuelto más agresivo.

Aún no está claro quiénes serán los mejores candidatos para este tipo de dispositivos. "La mayoría de personas que no son buenas candidatas para la cirugía [de extirpación del tumor] no querrán pasar por una operación para implantar este sistema y que se les pueda hacer un seguimiento", advierte Eugene Woltering, profesor de cirugía y neurociencia en el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Estatal de Luisiana, en EE.UU..

Woltering, que no estuvo involucrado en la investigación, cree que el dispositivo podría ser ideal en aquellas personas para las que la extirpación quirúrgica completa del tumor sea algo imposible o no deseable.

"Estos individuos podrían llevar implantes en aquellos sitios donde hemos dejado un rastro del tumor como sistema de alerta temprana", señala Woltering. "Si el implante pudiera hacer llegar cierta cantidad de quimioterapia al área afectada, la concentración local de quimioterapia superaría con creces a la que podría llegar al tumor cuando se encuentra diluida en el volumen total de sangre", concluye Woltering.