La aplicación de principios de diseño ecológico ahorra dinero y recursos.
Los productos verdes están por todas partes, desde botellas de agua que utilizan menos plástico hasta edificios energéticamente eficientes, o chaquetas hechas con materiales reciclados. Sin embargo existe un sector en el que los principios verdes aún no se han infiltrado: la atención sanitaria. Los fabricantes de productos médicos se centran en la seguridad en lugar de en la sostenibilidad. Serge Roux, diseñador industrial en la firma de diseño de tecnología Cambridge Consultants, señala que estos dos objetivos no tienen por qué ser mutuamente excluyentes.
Roux ha creado una jeringa, llamada Syreen (uniendo las palabras "syringe" y "green"), que mantiene las características de seguridad de las jeringuillas tradicionales, pero también podría ayudar a reducir los residuos. "Comencé el proyecto meramente motivado por el diseño ecológico", afirma, "pero a medida que avanzábamos, nos pareció que añadía muchos otros beneficios".
La mayor innovación en el diseño de Syreen es que la propia jeringa hace las funciones de envase de protección. En una versión de Syreen hecha con plástico reciclable, un bloque de cuatro jeringas es un 50 por ciento más pequeño en volumen y un 30 por ciento menos pesado que el producto convencional, que viene empaquetado en una caja de cartón. Una segunda versión, en la que se trabaja actualmente, está hecha de vidrio, es ligeramente más grande que la de plástico pero aún así es significativamente menor que las versiones tradicionales. Eso reduce el precio del transporte, así como el impacto medioambiental y la cantidad de espacio necesario para almacenar el producto. (El diseño de plástico utiliza un polímero más caro que el vidrio, por lo que no está claro cuánto costarían las jeringas en comparación con las tradicionales. Cambridge Consultants predice que la versión de vidrio costará lo mismo o menos que las actuales jeringas, ya que no posee tantas piezas.)
El ochenta por ciento del impacto ambiental de un producto se determina durante la fase de diseño, afirma Roux. "Así que se trata más de lograr un diseño inteligente que de hacer lo mismo con menos plástico". Roux estima que de las más de 6.000 toneladas de desechos médicos producidos cada día en los Estados Unidos, alrededor de 800 toneladas podrían ser recicladas, pero no se hace porque el material no peligroso se une a la pequeña pieza contaminada.
En una jeringa normal, sólo la punta de la aguja y la pieza de plástico que la rodea están contaminadas después de la inyección, pero debido a que la pieza se repliega en el cuerpo de vidrio, todo el producto debe ser desechado. En jeringa de Roux, la punta de plástico que alberga la aguja es fácilmente expulsada del dispositivo, dejando el resto como residuos no contaminados. (Roux advierte que se trata de un nuevo territorio para la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE.UU., por lo que no está claro cuáles serían las regulaciones para la eliminación de este tipo de jeringas.)
El producto final se parece más a un casete cuadrado que a la jeringa tradicional en forma de lápiz. Para inyectar la medicación, el usuario retira la parte superior del casete y la invierte para crear el émbolo. La superficie destinada a apoyarse en la piel se curva, lo que, según Roux, facilita la estabilidad de colocación de la aguja y elimina algo del dolor asociado con las inyecciones. Cada unidad Syreen se une a la siguiente, por lo que los dispositivos son fáciles de transportar de forma individual o en un conjunto.
A pesar de estos beneficios, Roux se enfrentó a un obstáculo importante al intentar vender la primera versión de la jeringa entre los fabricantes. (Cambridge Consultants es una firma de diseño y no fabrica productos.) Aunque a la gente le encantaba el diseño, afirma, señalaban que no iban a utilizarlo porque no era compatible con los mecanismos utilizados actualmente para el llenado de jeringas con medicamentos.
Por esa razón el equipo volvió a la mesa de dibujo para desarrollar la segunda versión, que tiene un vial compatible con los equipos de llenado. El nuevo diseño es más grande que el original, y el uso del vidrio en lugar del plástico reciclable reduce algunos de los beneficios ambientales. Pero, en general, se generan muchos menos desperdicios que con las jeringas existentes. "El diseño original nos permitió aportar ideas interesantes, y luego dar un paso hacia atrás", explicó Roux.
La compañía planea actualmente crear un prototipo de la nueva versión de vidrio, el Syreen II, y llevarlo de vuelta a los fabricantes. "No creo que sea el respeto al medio ambiente lo que nos vaya a ayudar a vender esto", afirma Roux. "Es la economía y sus características".