Varios investigadores están probando la seguridad de una nanopartícula dirigida a las células cancerígenas.
Una nanopartícula capaz de dirigirse al melanoma y poner de relieve el tejido canceroso está entrando en una fase inicial de ensayos clínicos. Los investigadores están poniendo a prueba el agente nanoterapéutico, que ha estado en desarrollo durante más de una década, con la esperanza de que proporcione una forma de dirigirse al melanoma y crear un mapa de su propagación por todo el cuerpo. Los investigadores han probado el fármaco en animales y no han encontrado ningún tipo de toxicidad. Unas pruebas de seguridad en cinco pacientes con melanoma deberían completarse antes de finales de año.
El uso de medicamentos que ayuden a los médicos a tomar imágenes, caracterizar y tratar enfermedades podría dar lugar a tratamientos que fueran más específicos para la enfermedad de cada paciente. "Con los programas de genoma del cáncer, estamos aprendiendo más y más acerca de las diferencias entre enfermedades particulares", afirma Jerry Lee, director de la Oficina de Ciencias Físicas-Oncología del Instituto Oncológico Nacional. Esta información le dirá a los médicos qué medicamentos funcionan mejor para un paciente, y cuál es la mejor forma de distribuirlos. "Las nanoplataformas multifuncionales y hechas a medida se unirán a esa información biológica", permitiendo a los médicos actuar en consecuencia para mejorar la atención al paciente, afirma Lee.
Las nuevas nanopartículas dirigidas al melanoma fueron desarrolladas por Ulrich Wiesner, profesor de ciencias de los materiales de Cornell. Ha trabajado con un grupo liderado por Michelle Bradbury, radióloga en el Memorial Sloan-Kettering Institute de Nueva York, para poner a prueba las nanopartículas en animales. Bradbury es también líder del ensayo clínico.
Los investigadores esperan usar las nanopartículas para hacer frente a dos necesidades clínicas importantes. En primer lugar, desean utilizarlas para desarrollar una terapia que encuentre tumores de melanoma. "Nunca hemos tenido a nuestro alcance una terapia dirigida al melanoma", señaló Bradbury. El melanoma comienza en la piel, pero cuando se extiende a otras partes del cuerpo, es invisible y mortal. Una terapia dirigida se utilizaría para encontrar al melanoma sin importar por dónde se hubiera diseminado.
"Otra carencia en el campo es la falta de un agente de imagen óptica para visualizar los ganglios linfáticos", señaló Bradbury. En la actualidad, los cirujanos utilizan etiquetas radiactivas y un detector gamma portátil para detectar los ganglios linfáticos portadores de cáncer en la cabeza y el cuello durante la cirugía. Sin embargo, este es un proceso complicado. Bradbury espera que el agente de nano-imagen se pueda utilizar para iluminar los ganglios linfáticos portadores de cáncer durante la cirugía, proporcionando un mapa que ayude a los médicos a eliminar el cáncer y evitar cortes innecesarios que puedan dar lugar a efectos secundarios dolorosos.
El núcleo de las nanopartículas es una esfera de sílice, de alrededor de ocho nanómetros de diámetro, rodeada de una molécula de tinte orgánico que emite luz infrarroja. Después, todo esto se cubre con un polímero biocompatible que ayuda a las nanopartículas a quedarse en el cuerpo. Wiesner y un antiguo estudiante desarrollaron por primera vez las nanopartículas hace más de 10 años. Las nanopartículas son fabricadas por una compañía llamada Hybrid Silica Technologies. Las nanopartículas recubiertas pueden ser modificadas para muchos propósitos diferentes. "A través de un proceso bioquímico simple, se pueden adjuntar péptidos para dirigirse a los tumores, fármacos, y etiquetas radiactivas de toma de imágenes", afirma Wiesner.
Para las pruebas iniciales en pacientes, Wiesner y Hybrid Silica Technologies proporcionaron las nanopartículas a los investigadores clínicos. Las nanopartículas fueron tratadas con yodo radiactivo, con el fin de hacerlas visibles en los escáneres PET. La ventaja de los escáneres PET es su increíble sensibilidad, afirma Bradbury. Si una etiqueta de resonancia magnética se añadiese a la partícula y se utilizase esa técnica de toma de imágenes, sería necesario utilizar una dosis mucho mayor. "Los PET permiten hacer microdosificaciones", afirma. Los escáneres PET ayudarán a proporcionar un mapa muy detallado sobre las rutas de las nanopartículas dentro del cuerpo.
Bradbury espera que los oncólogos, en última instancia, puedan utilizar este tipo de imágenes para comprender mejor la enfermedad del paciente. Las imágenes PET son lo suficientemente sensibles como para permitir a los investigadores estimar cuántos tipos diferentes de receptores están presentes en las células de un tumor individual, una información que debería ayudar a los médicos a determinar cuán agresivo es un tumor, hacia dónde se podría difundir y cuándo y cómo debe ser tratado.
Sin embargo, este tipo de agente debe conseguir el justo equilibrio entre permanecer en el cuerpo el tiempo suficiente para hacer su trabajo, pero no quedarse más de lo necesario. "Se queda en la sangre durante el tiempo suficiente como para dirigirse al tumor, sin embargo, desaparece a través de los riñones de manera eficiente", explica Bradbury. Los fármacos diseñados para moverse a través del hígado permanecen en el cuerpo más tiempo y pueden llegar a descomponerse en productos secundarios potencialmente tóxicos. En los ratones, las partículas de sílice se excretan en unas 24 horas. Después de diez años de ensayos en animales no se ha encontrado toxicidad.
"Si podemos conseguir llevar todo esto al entorno clínico, se trata de una plataforma que realmente podría aumentar lo que podemos hacer por los pacientes", afirma Bradbury.