Cambio Climático
Cerveza, hidrógeno y calor: EE UU sigue empeñado en hacer rentable la energía termosolar
El Departamento de Energía norteamericano subvenciona con 33 millones de dólares nueve proyectos de solar térmica, entre ellos uno para utilizar esta tecnología para producir vapor en una fábrica de cerveza
Estados Unidos mantiene su apuesta de décadas por comercializar la tecnología que convierte la luz solar en calor y va a financiar una serie de proyectos que utilizan esta energía para fabricar cerveza, producir combustibles bajos en CO2 o hacer funcionar la red eléctrica.
El pasado 25 de julio, el Departamento de Energía (DOE, por sus siglas en inglés) anunció que destinará 33 millones de dólares a nueve proyectos piloto basados en la energía solar térmica de concentración, según adelantó MIT Technology Review. Esta tecnología utiliza grandes espejos para concentrar la luz solar en un receptor, donde se utiliza para calentar sales fundidas, partículas cerámicas u otros materiales capaces de almacenar esa energía durante largos periodos.
"Bajo la administración Biden-Harris, el DOE sigue invirtiendo en las tecnologías solares de nueva generación que necesitamos para hacer frente a la crisis climática y garantizar que la innovación científica estadounidense siga siendo la envidia del mundo", declaró en un comunicado la Secretaria de Energía, Jennifer Granholm.
El DOE lleva financiando iniciativas para poner en marcha la energía termosolar de concentración desde al menos la década de 1970. En un principio, la idea se debió en parte a la búsqueda de fuentes de energía nacionales más renovables durante la crisis del petróleo de aquella época.
Pero los primeros esfuerzos comerciales para producir electricidad limpia a partir de esta tecnología se vieron obstaculizados por los altos costes, la baja productividad y otros problemas.
Los investigadores han seguido tratando de impulsar este campo, en parte pasando a sistemas de mayor temperatura que son más eficientes y cambiando a nuevos tipos de materiales que pueden soportarlas. El campo de la energía solar de concentración también ha dejado de centrarse en la producción de electricidad (una tarea que su prima la energía solar fotovoltaica realiza ahora de forma increíblemente eficaz, barata y a gran escala) y se ha orientado hacia su uso para proporcionar el calor necesario para diversos procesos industriales o como forma de almacenamiento de energía de larga duración para las redes eléctricas.
De hecho, una de las principales promesas de la tecnología es que el calor puede almacenarse de forma más eficiente que la electricidad, lo que podría ofrecer una alternativa a las costosas plantas de baterías a gran escala. Esto podría ser especialmente útil para hacer frente a las caídas prolongadas de la generación renovable a medida que la energía solar, eólica y otras fuentes fluctuantes pasan a producir una parte cada vez mayor de la electricidad.
Entre los proyectos subvencionados:
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Más de 7 millones de dólares del DOE se destinarán a un proyecto de la cervecera Firestone Walker de Paso Robles (California), que aprovechará la energía solar térmica para producir el vapor necesario para su gama de cervezas IPA y otras variedades.
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Otros 6 millones de dólares se destinarán a la central de concentración solar de Premier Resource Management en Bakersfield (California), que almacenará energía térmica en pozos de fracking en desuso.
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Investigadores de la Universidad de Virginia Occidental han obtenido 5 millones de dólares para explorar, en colaboración con la NASA, el uso de la energía solar térmica para producir hidrógeno de forma limpia. El hidrógeno sirve de combustible y de materia prima en la producción de fertilizantes, acero y otros productos industriales.
El DOE financia estos proyectos piloto con la esperanza de impulsar la comercialización de tecnologías energéticas emergentes, ayudando a los grupos de investigación y las empresas a perfeccionarlas, ampliarlas y reducir costes.
En el caso de la energía solar térmica de concentración, los costes todavía tienen que reducirse a la mitad para "desbloquear un uso más general", según señala Becca Jones-Albertus, directora de la Oficina de Tecnologías de Energía Solar del DOE.
En este sentido, la responsable explica que su departamento sigue invirtiendo en esta tecnología porque sigue siendo una de las más prometedoras para abordar tres ámbitos que necesitan ser mejorados de cara a reducir las emisiones que generan el calentamiento global: el almacenamiento de larga duración de la energía, el calor industrial y las fuentes confiables para producir de electricidad sin CO2.