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Sección transversal de una cabeza humana genérica con un cable que se extiende hasta el cerebro y desciende hasta el dispositivo Synchron.

Tecnología y Sociedad

La competencia de Neuralink: las otras empresas de interfaces cerebro-ordenador

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Empresas como Synchron, Paradromics y Precision Neuroscience también se apresuran a desarrollar implantes cerebrales.

  • por Cassandra Willyard | traducido por
  • 07 Mayo, 2024

Este artículo apareció por primera vez en The Checkup, el boletín semanal de biotecnología del MIT Technology Review. Para recibirlo en su bandeja de entrada todos los jueves y leer artículos como este primero, regístrese aquí .

En el mundo de las interfaces cerebro-ordenador, puede parecer que una empresa absorbe todo el oxígeno de la sala. El mes pasado, Neuralink publicó un vídeo en X que mostraba al primer sujeto humano que recibió su implante cerebral, que se llamará Telepathy. El receptor, un hombre de 29 años paralizado de los hombros para abajo, jugaba al ajedrez con el ordenador, moviendo el cursor con la mente. Aprender a controlarlo fue "como usar la fuerza", dice en el vídeo.

El anuncio por parte de Neuralink de la primera prueba en humanos causó sensación no por lo que el hombre fue capaz de lograr -los científicos demostraron en 2006 el uso de un implante cerebral para mover un cursor-, sino por lo avanzada que está la tecnología. El dispositivo es discreto e inalámbrico, y contiene electrodos tan finos y frágiles que deben ser cosidos al cerebro por un robot especializado. También ha llamado la atención por las descabelladas promesas que ha hecho el fundador de Neuralink, Elon Musk. No es ningún secreto que Musk pretende utilizar su chip para mejorar la mente humana, más allá de restaurar funciones perdidas por lesiones o enfermedades.  

Pero Neuralink no es la única empresa que desarrolla interfaces cerebro-ordenador para ayudar a las personas que han perdido la capacidad de moverse o hablar. De hecho, Synchron, una empresa con sede en Nueva York que cuenta con financiación de Bill Gates y Jeff Bezos, ya ha implantado su dispositivo en 10 personas. La semana pasada puso en marcha un registro de pacientes para preparar un ensayo clínico de mayor envergadura.

Hoy en The Checkup, echemos un vistazo a algunas de las empresas que desarrollan chips cerebrales, sus avances y sus diferentes enfoques de la tecnología.
La mayoría de las empresas que trabajan en este ámbito tienen el mismo objetivo: captar suficiente información del cerebro para descifrar las intenciones del usuario. La idea es ayudar a comunicarse a las personas que no pueden moverse o hablar con facilidad, ya sea ayudándolas a navegar por el cursor de un ordenador o traduciendo su actividad cerebral en habla o texto.

Hay varias formas de clasificar estos dispositivos, pero a Jacob Robinson, bioingeniero de la Universidad Rice (Texas, EE UU), le gusta agruparlos por su grado de invasividad. Hay un sacrificio inherente. Cuanto más profundos son los electrodos, más invasiva es la cirugía necesaria para implantarlos y mayores son los riesgos. Pero a mayor profundidad, los electrodos están más cerca de la actividad cerebral que estas empresas esperan registrar, lo que significa que el dispositivo puede captar información de mayor resolución que, por ejemplo, le permitiría descodificar el habla. Ese es el objetivo de empresas como Neuralink y Paradromics. 

Robinson es consejero delegado y cofundador de una empresa llamada Motif Neurotech, que está desarrollando una interfaz cerebro-ordenador que sólo penetra en el cráneo (más sobre esto más adelante).  En cambio, el dispositivo de Neuralink tiene electrodos que penetran en el córtex, "justo en los dos primeros milímetros", afirma Robinson. Otras dos empresas -la startup Paradromics, con sede en Austin (Texas, EE UU), y Blackrock Neurotech- también han desarrollado chips diseñados para penetrar en el córtex.

"Esto permite acercarse mucho a las neuronas y obtener información sobre lo que hace cada célula cerebral", explica Robinson. La proximidad a las neuronas y un mayor número de electrodos que puedan "escuchar" su actividad aumentan la velocidad de transferencia de datos, o el "ancho de banda". Cuanto mayor sea el ancho de banda, más probable es que el dispositivo sea capaz de traducir la actividad cerebral en habla o texto. 

En lo que respecta a la cantidad de datos recogidos, Blackrock Neurotech va muy por delante del resto. Su matriz de Utah (EE UU) se ha implantado en docenas de personas desde 2004. Es el conjunto que utilizan los laboratorios académicos de todo EE UU. Y es la matriz que constituye la base del dispositivo MoveAgain de Blackrock, que recibió la designación de Terapia Innovadora de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EE UU) en 2021. Pero su ancho de banda es probablemente menor que el del dispositivo de Neuralink, dice Robinson. 

"Paradromics tiene en realidad la interfaz de mayor ancho de banda, pero aún no lo han demostrado en humanos", dice Robinson. Los electrodos se alojan en un chip del tamaño de la pila de un reloj, pero el dispositivo requiere un transmisor inalámbrico independiente que se implanta en el pecho y se conecta al implante cerebral mediante un cable.

Sin embargo, todos estos dispositivos de gran ancho de banda tienen un inconveniente. Todos requieren cirugía cerebral abierta, y "al cerebro no le gusta que le pongan agujas", dijo el fundador de Synchron, Tom Oxley, en una charla TED de 2022. Synchron ha desarrollado una guía de electrodos montada sobre una endoprótesis (stent, en inglés), el mismo dispositivo que utilizan los médicos para abrir las arterias obstruidas. El Stentrode se introduce a través de una incisión en el cuello, en un vaso sanguíneo situado justo encima de la corteza motora. Este singular método evita la cirugía cerebral. Pero la colocación del dispositivo sobre el cerebro, en lugar de dentro de él, limita la cantidad de datos que se pueden captar, afirma Robinson. No cree que el dispositivo sea capaz de captar datos suficientes para mover un ratón. Pero es suficiente para que el paciente pueda hacer clic. "Pueden pulsar sí o no; pueden pulsar arriba y abajo", afirma.

La recién llegada Precision Neuroscience, fundada por un antiguo ejecutivo de Neuralink, ha desarrollado un sistema de electrodos flexible más fino que un cabello humano y parecido a un trozo de cinta adhesiva. Se desliza sobre el córtex a través de una pequeña incisión. La empresa puso en marcha sus primeros ensayos en humanos el año pasado. En estos estudios iniciales, el sistema se implantó temporalmente en personas sometidas a cirugía cerebral por otros motivos. 

La semana pasada, Robinson y sus colegas informaron en Science Advances de la primera prueba en humanos del dispositivo de Motif Neurotech, que sólo penetra en el cráneo. Colocaron temporalmente el pequeño dispositivo sin pilas, conocido como Terapéutico Sobrecerebral Digitalmente Programable (DOT, por sus siglas en inglés), sobre el córtex motor de un individuo que ya tenía programada una intervención quirúrgica cerebral. Cuando encendieron el dispositivo, observaron movimiento en la mano del paciente.

El objetivo último del dispositivo de Motif no es producir movimiento. Han puesto sus miras en una aplicación completamente distinta: aliviar los trastornos del estado de ánimo. "Por cada persona con una lesión medular, hay 10 que sufren un trastorno depresivo mayor y no responden a los fármacos", dice Robinson. "Están igual de desesperados, solo que no es algo tan visible". Pero el estudio demuestra que el dispositivo es lo bastante potente para estimular el cerebro, un primer paso hacia los objetivos de la empresa. 

El dispositivo se sitúa por encima del cerebro, por lo que no podrá captar datos de gran ancho de banda. Pero como Motif no pretende decodificar el habla ni ayudar a las personas a mover cosas con la mente, no lo necesitan. "Tus emociones no cambian tan rápidamente como los sonidos que salen de tu boca", afirma Robinson.

Aún está por ver cuál de estas empresas triunfará, pero con el impulso que ya ha cobrado este campo, controlar la tecnología con la mente ya no parece cosa de ciencia ficción. Aun así, estos dispositivos están pensados principalmente para personas con graves discapacidades físicas. No esperemos que los implantes cerebrales alcancen pronto los objetivos de Neuralink de "redefinir los límites de la capacidad humana" o "ampliar la forma en que experimentamos el mundo".

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