La incidencia de enfermedades mentales en el mundo occidental aumenta, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS). Paralelamente, también han experimentado un impulso la detección y visibilización de unos trastornos que durante mucho tiempo solo han sido un pie de nota en la conversación sobre la salud poblacional, pese a su enorme impacto en la economía: el coste global de las enfermedades mentales podría ascender a 6 billones de dólares (unos 5.5 billones de euros) en 2030.

La OMS estima que en torno a mil millones de personas en todo el mundo conviven con una enfermedad mental. Por eso, este mismo organismo define la necesidad de actuar en este sentido como "indiscutible y urgente". Y en este empeño la promoción y protección de la salud mental en el ámbito laboral es "una esfera de interés creciente", apunta.

Salud mental y trabajo, una conversación ineludible

El mundo laboral es un entorno íntimamente relacionado con la creciente preocupación por el bienestar psicológico de la población. Según un informe del portal de empleo Infojobs, hasta el 50% de los problemas de salud mental de la población ocupada tiene alguna relación con el trabajo. Otro estudio de la misma plataforma arrojaba que el 32% de los trabajadores que consideraba abandonar su actual puesto tenía la preocupación por su salud mental como principal motivo. Una investigación publicada en la revista 'Molecular Psychiatry' concluía que, si se minimizase el estrés laboral, podrían evitarse casi uno de cada cinco casos de depresión.

Y, además, el ámbito del emprendimiento merece una mención aparte en la relación entre salud mental y trabajo. El 72% de los emprendedores tienen problemas de salud mental, según un estudio de la Universidad de Berkeley. Otra investigación llevada a cabo por Hubspot señala que hasta el 63% de los CEO encuestados evidenciaba síntomas del síndrome de burnout; el 59% padecía ansiedad y el 47%, depresión.

El emprendimiento al rescate del emprendimiento

Para dar respuesta a esta problemática, el propio emprendimiento ha dado ya a luz a diversas iniciativas. Entre ellas se encuentra la start-up de bienestar para empresas Emocional; ifeel, centrada en el bienestar emocional para organizaciones y empleados asegurados;  o Ancla.Life, una asociación sin ánimo de lucro especializada en salud mental que ofrece a los emprendedores una comunidad de apoyo, contenidos de divulgación como pódcasts e investigación científica, y una plataforma de formación en línea (desarrollada junto a la edtech Odilo) donde los emprendedores pueden encontrar herramientas para promover su bienestar psicológico.

Este itinerario psicopedagógico, Healthy minds for entrepreneurs, se apoya en varias herramientas como ejercicios de mindfulness, recomendaciones de estilo de vida en torno a la alimentación o el ejercicio físico, metodologías para afrontar y resolver situaciones estresantes y técnicas como terapia cognitivo conductual. Ancla.Life publicó a finales de 2022 el primer informe de resultados del programa, que evidenciaba un impacto positivo en la salud mental de los participantes.

Una de las metas de la asociación es dar voz a los problemas de salud mental que experimentan los emprendedores, explica el director del estudio Gustavo G. Díez: "Normalmente los emprendedores tienen vergüenza cuando empiezan a aparecer los primeros síntomas, porque se espera de ellos que puedan abordar todas las cuestiones relacionadas con la presión, el exceso de tareas, la incertidumbre, el manejo de equipos… Tiene que ver con una cultura que a nivel social penaliza de alguna forma los síntomas de salud mental y específicamente en un emprendedor, porque se supone que tiene que ser un superman o una superwoman".

El emprendedor, ¿un perfil de riesgo?

El estudio realizado por Ancla.Life evidenciaba una correlación entre la ocupación emprendedora y la incidencia de problemas de salud mental: el 50% de los participantes mostraba síntomas de estrés moderados, severos o muy severos; el 40% de ansiedad, y el 35% de depresión. La sintomatología media de estos trastornos se situaba en un 12,5%, un 20% y otro 20% por encima de la normalidad clínica, respectivamente.

"Algunos emprendedores tienen la necesidad de identificarse con su proyecto", explica la psicóloga Genoveva Mendoza, fundadora y CEO de su propio proyecto emprendedor, la app de terapia para parejas Wefeel. "Según la teoría de los apegos, se trata de personas con apego inseguro, cuyo mayor conflicto es buscar su valía personal. Y en el caso de los emprendedores, lo más fácil es proyectarla en su proyecto, lo que les hace tremendamente vulnerables".

Aunque, independientemente del tipo de apego que exhiba un emprendedor, todos ellos "están sometidos a una carga emocional constante y con muy poco espacio de tiempo para autorregularse", explica Mendoza. "El emprendedor experimenta emociones positivas y negativas muy intensas en poco tiempo, con lo cual el cerebro tiende a bloquearlas, porque no la puede gestionar. Es lo que en psicología se llama disociarte de la emoción". Un mecanismo de defensa que, advierte, termina por repercutir no solo en la salud mental, sino también física: "Si no atiendes una emoción porque es demasiado abrumadora, terminado expresándose por otro lado en forma de somatización".

Del informe de resultados de Ancla.Life también se desprende una tendencia entre los emprendedores a tener hábitos de vida menos saludables, tales como mayores índices de tabaquismo y consumo de alcohol que la media de la población. Precisamente, "las dependencias son una forma de tapar un vacío que no estamos atendiendo", recuerda Mendoza.

Una batalla en varios frentes

Para mejorar su salud mental, el emprendedor puede aprender a detectar de forma temprana "cualquier sintomatología que le ayude a abordar el problema con carácter preventivo", explica Genoveva Mendoza. "Diferencias con respecto a su vida antes de emprender, que empiece a atender menos a su familia, pareja o amigos; que no encuentre espacios para sí mismo…". Buscar estas oportunidades para el autocuidado son, recalca la psicóloga, una pieza fundamental del puzle de la salud mental: "Tenemos que dormir bien, comer bien y hacer algo de ejercicio para poder procesar de forma sana nuestras preocupaciones".

Pero la problemática de relación entre salud mental y emprendimiento no puede reducirse a un esfuerzo individual o puntual, señala Gustavo G. Díez. "Tenemos que pensar cómo seguir teniendo impacto en estas personas a lo largo del tiempo, y cómo pueden las start-ups adoptar una cultura que propicie generar espacios mentalmente saludables". Como parte de esta búsqueda de una solución integral al bienestar de los emprendedores, explica, Ancla.Life colabora con actores del ecosistema como la comunidad de emprendedores Endeavor o Google for Startups para continuar investigando el panorama de la salud mental: "Estamos trabajando para incrementar las formas de medir lo que está pasando y detectar métricas claras, y así tener un desarrollo que podamos ir iterando hasta encontrar la mejor manera de acabar con este estrés demasiado intenso y sostenido, y sus connotaciones negativas a nivel psicológico".