Los científicos han ideado una nueva forma de introducir olores en la realidad virtual a través de pequeñas interfaces inalámbricas.

Crear olores en realidad virtual es un problema molesto que ha impedido que los dispositivos de RV ofrezcan una experiencia sensorial completa en la mayoría de los entornos. "La gente puede tocar en la RV", dice Xinge Yu, profesor del departamento de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Hong Kong (China) y autor principal del nuevo artículo, publicado el pasado 9 de mayo en Nature Communications. "Por supuesto, en la RV se puede ver y oír. Pero ¿y el olfato y el gusto?".

Los anteriores intentos de crear olores en la RV requerían muchos cables, líquidos engorrosos y aparatos voluminosos que no se prestan al uso doméstico.

Para resolver el problema, Yu y Yuhang Li, coautor del artículo y professor en la Universidad Beihang de Pekín, tienen experiencia en el diseño de electrónica flexible. Por tanto, desarrollaron dos interfaces portátiles. Una puede adherirse a la piel entre la nariz y la boca, como una venda; mientras la otra se sujeta debajo de unos auriculares, como una mascarilla.

Ambas interfaces utilizan generadores de olores miniaturizados, una red de diminutos recipientes llenos de cera de parafina perfumada. Cuando se activa una fuente de calor situada bajo la cera, esta se calienta y se convierte en una vela perfumada capaz de reproducir varios olores en 1,44 segundos, según Yu y Li. Cuando termina la experiencia, una bobina de cobre acciona un imán para apisonar la cera y enfriarla, poniendo fin al aroma.

Yu explica que, cuanto mayor sea el calor, más fuerte será el olor y más fácil será identificarlo. Esto significa que las interfaces pueden calentarse mucho, hasta 60 °C, lo que es peligroso para la piel humana. Pero Yu afirma que la interfaz es segura, gracias a un diseño "abierto" que deja escapar el aire caliente, junto con una pieza de silicona que forma una barrera entre la piel y el dispositivo real.

En una prueba con 11 voluntarios, la interfaz que se coloca entre la nariz y la boca se consideró segura, siempre que estuviera al menos a 1,5 milímetros de la nariz, con una temperatura en la superficie de la piel de 32,2 °C, menos que la temperatura corporal humana. Sin embargo, Yu es consciente de que una interfaz caliente pegada a la cara podría no ser lo bastante segura. Por ello, afirma que Li y él están probando otras formas de hacer que la interfaz funcione a temperaturas más bajas, o consiga enfriarse de forma más eficiente.

Sin embargo, Yu y Li no son los únicos que intentan crear experiencias olfativas en RV. En el CES (Consumer Electronics Show, en Las Vegas) de este año, OVR Technology anunció que lanzará un casco con un cartucho de ocho aromas "primarios", diseñados para ser mezclados y combinados.

Jas Brooks, doctorando del Laboratorio de Integración Persona-Ordenador de la Universidad de Chicago, ha estudiado las interfaces químicas y el olfato; y asegura que "se trata de un avance muy interesante. Aborda un problema clave sobre el olor en la RV: ¿cómo miniaturizamos esto para que no sea sucio ni usemos líquido?".

Los artistas llevan mucho tiempo intentando introducir olores en el mundo del espectáculo. En el año 1960, la Smell-O-Vision hizo su primera y única aparición con la película Scent of Mystery (Jack Cardiff). Esta liberaba olores durante los momentos clave de la trama a través del aire acondicionado. Pero el proyecto fracasó: durante las proyecciones, los olores se retrasaban o eran demasiado débiles como para percibirlos.

Estas nuevas interfaces son un avance notable, que podría cambiar nuestra forma de experimentar la RV. El olfato es un sentido poderoso y un requisito previo para que nuestra boca detecte el sabor. Las posibilidades van desde lo más obvio -olfatear un campo de flores virtual o inhalar comida en RV- hasta algunas aplicaciones más sutiles. Por ejemplo, las perfumerías podrían probar fragancias virtualmente.

Desde el punto de vista médico, la RV equipada con aromas podría ser útil para las personas con anosmia o incapacidad olfativa, según explica Yu. Los aromas también pueden ser terapéuticos para pacientes con problemas de memoria, e incluso ayudan a mejorar el estado de ánimo. Yu afirmó que se sentía más feliz cuando utilizaba el aroma del té verde en sus pruebas. Se dio cuenta de que el olor era nostálgico: "Cuando era pequeño, tomaba chocolate con sabor a té verde. Aún recuerdo cuando pelaba el envoltorio y cómo me encantaba el olor".

Lo que destaca de estas nuevas interfaces es que son ligeras, pequeñas e inalámbricas. Aunque el dispositivo no se ha probado en un juego de realidad virtual, una plataforma o un dispositivo específico; el hecho de que pueda utilizarse sin complicados cables debería significar menos enredos y volumen, así como una experiencia más envolvente.

Un inconveniente es que las interfaces siguen teniendo un alcance limitado. Yu utilizó 30 aromas distintos, elegidos por sus característicos y reconocibles olores, como el romero y el durián. Pero muchos olores del mundo real son menos memorizables, y podrían no ser reconocibles. Además, aún hay que programar los generadores de olores miniaturizados para que funcionen sin problemas con los cascos de RV existentes. "Es difícil saber cómo funcionaría en una interfaz comercial", afirma Brooks.

Yu afirma que los próximos pasos incluyen probar mecanismos para liberar aromas en el momento adecuado. También quiere empezar a incorporar lo que ha aprendido sobre el olfato para averiguar cómo introducir el gusto en la RV. Quizá algún día pueda reproducir la experiencia de morder un caramelo de chocolate con sabor a té verde.