Las tecnologías baratas y disponibles pueden ayudarnos a cumplir los objetivos climáticos esta década. Así es cómo, según el nuevo informe de la ONU sobre el clima
El tiempo apremia para hacer frente al cambio climático, pero hay soluciones viables y eficaces sobre la mesa, según un nuevo informe de la ONU sobre el clima publicado el pasado 20 marzo.
A pesar de las décadas de advertencias de los científicos, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero siguen aumentando, alcanzando un récord en el año 2022. Si la humanidad quiere limitar los peores efectos del cambio climático, tendremos que invertir esa tendencia, y hacerlo rápidamente.
Solo una reducción rápida, drástica y sostenida de las emisiones bastará para alcanzar los objetivos climáticos mundiales, Según el nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), un organismo de la ONU formado por especialistas en el clima que resume periódicamente el estado de la cuestión.
"Estamos caminando cuando deberíamos estar corriendo", declaró Hoesung Lee, presidente del IPCC, en una rueda de prensa para anunciar el informe. Según este, para limitar el calentamiento a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, el objetivo fijado por los acuerdos internacionales sobre el clima, las emisiones anuales de gases de efecto invernadero deberían reducirse casi a la mitad de aquí al año 2030. El informe también calcula que los resultados de las medidas que se tomen ahora se verán en las tendencias de la temperatura global en dos décadas.
"Ya disponemos de la tecnología y los conocimientos necesarios para hacer este trabajo", declaró Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, durante la rueda de prensa.
Detener el cambio climático seguirá siendo complejo, y caro. La reducción de emisiones a largo plazo puede depender de tecnologías, como la eliminación de CO2, que aún no se han probado a gran escala. Además de los avances tecnológicos, la reducción de emisiones en industrias complicadas de transformar requerirá tiempo, financiación y acción política.
Sin embargo, hay un camino claro a corto plazo para conseguir los recortes de emisiones necesarios para encarrilar el planeta. He aquí algunas de las tareas con menor coste y mayor potencial para hacer frente al cambio climático durante esta década, según el nuevo informe del IPCC.
1) Desplegar (mucha) energía eólica y solar
Reducir las emisiones a corto plazo exigirá abandonar los combustibles fósiles contaminantes para producir energía y recurrir a fuentes de energías renovables, como la eólica y la solar.
La magnitud del despliegue eólico y solar que ya está en marcha es asombrosa. Entre los cinco años de 2022 a 2027, el mundo construirá tanta capacidad eólica y solar como en las dos últimas décadas, según la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés).
La caída en picado de los costes ha contribuido a este crecimiento: entre 2010 y 2019, el coste de la energía solar se redujo un 85%, según el dossier. Además, los costes de la energía eólica se redujeron a la mitad durante el mismo periodo. En la actualidad, la eólica y la solar son unas de las fuentes de energía más baratas disponibles. Ya que la instalación de nuevos parques solares y eólicos puede ser incluso más barata que el simple mantenimiento de las centrales de carbón existentes en EE UU.
Por muy baratas que sean la energía eólica y solar, siguen representando una inversión financiera significativa. Por eso, el nuevo informe insiste en que un mejor acceso a la financiación, en especial para los países en vías de desarrollo, contribuiría a acelerar la acción por el clima.
"El dinero no puede resolverlo todo, pero es fundamental para reducir la brecha entre los más vulnerables y quienes disfrutan de mayor seguridad", aseguró Lee.
2) Reducir las emisiones de metano de la producción de residuos y combustibles fósiles
El CO2 es el principal culpable del cambio climático, pero no es el único con efectos sobre el calentamiento del planeta. A corto plazo, el metano es 80 veces más potente como gas de efecto invernadero que el dióxido de carbono.
Reducir las emisiones de metano en esta década será clave para alcanzar los objetivos climáticos, y limitar los niveles máximos de calentamiento. Alcanzar el objetivo de 1,5 °C requerirá que las emisiones de metano se reduzcan en un tercio entre los años 2019 y 2030, según el informe del IPCC.
Hay una amplia gama de fuentes de metano, pero algunos de los principales objetivos para la reducción de emisiones incluyen la producción de petróleo y gas, así como los residuos alimentarios, según el informe.
Las inversiones en nuevas infraestructuras para reducir las emisiones de metano procedentes del petróleo y el gas podrían acabar siendo rentables, según la AIE. Ya que se necesitaría una inversión anual de 11.000 millones de dólares (10.200 millones de euros) para sanear el sector, pero el valor del metano capturado podría ser más que suficiente para cubrir el coste.
3) Proteger los ecosistemas naturales que atrapan el carbono
Aunque la mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por los humanos proceden del transporte, la energía y los edificios, alrededor del 20% de las emisiones mundiales proceden de la agricultura, la silvicultura y los cambios en el uso de la tierra. Los efectos del cambio climático provocado por la humanidad "amenazan nuestro sistema de soporte vital, la propia naturaleza", afirmó Lee. Conservar y restaurar los ecosistemas naturales no solo será clave para preservar la biodiversidad, sino también beneficiará a las emisiones.
Los ecosistemas naturales pueden atrapar y almacenar carbono, y las selvas tropicales son los mayores sumideros de carbono del planeta. Preservar los ecosistemas sería una forma asequible y valiosa de frenar el cambio climático.
Las políticas mundiales ya están contribuyendo a reducir la deforestación, según el informe del IPCC. En diciembre de 2022, más de 190 naciones firmaron un compromiso de biodiversidad de la ONU para proteger el 30% del mundo natural para el año 2030.
4) Utilizar la energía de forma eficiente en vehículos, viviendas e industrias
Recurrir al transporte público y a la bicicleta para algunos desplazamientos podría ser una forma económica de limitar las emisiones a corto plazo. El aumento de la eficiencia en todos los ámbitos, desde los vehículos a los electrodomésticos, que a menudo se acaban amortizando, también podría reducir las emisiones. Según el informe, las políticas públicas ya han impulsado medidas de eficiencia.
El aumento de la eficacia también puede contribuir al progreso climático en sectores como la aviación y el transporte marítimo, que serán más difíciles de sanear a largo plazo.
Muchas de estas soluciones son las mismas que el IPCC y otros organismos llevan décadas planteando. "Si hubiéramos tenido la previsión de actuar de forma significativa en 1990, tendríamos a nuestra disposición un amplio abanico de opciones", declaró Peter Thorne, climatólogo y autor del informe del IPCC, durante la rueda de prensa.
Ahora, solo hay un camino claro hacia delante. "Debemos pasar de la procrastinación a la acción climática, y debemos empezar hoy", concluyó Andersen.