El profesor de la Universidad de Virginia Siva Vaidhyanathan alerta de los riesgos que conlleva la desinformación que circula por redes sociales y el excesivo poder de los gigantes tecnológicos. ¿Su solución? Elaborar legislaciones para controlarlos a escala global y recuperar las comunidades presenciales
"Estamos más conectados que nunca, la comunicación es más sencilla que nunca y la información está más disponible que nunca. Entonces, ¿por qué no somos más inteligentes? ¿Por qué no estamos más seguros? ¿Por qué no podemos ni siquiera hablar de una forma congruente en democracia?" Con esas preguntas, el director del Centro de Medios de Comunicación y Ciudadanía de la Universidad de Virginia, Siva Vaidhyanathan, nos invita a cuestionarnos el papel de las redes sociales.
Autor de La 'googlización' de todo (y por qué deberíamos preocuparnos), un libro donde exponía los problemas del creciente poder del gigante de Mountain View hace una década, este profesor muestra ahora especial preocupación por Facebook. Califica la red creada por Mark Zuckerberg como una "máquina de emociones" que dificulta la "deliberación democrática": favorece la creación de círculos de usuarios que comparten las mismas opiniones y las refuerzan.
Los riesgos del enorme poder que acumulan los gigantes tecnológicos son una preocupación desde hace tiempo, pero aún no se ha logrado frenar su dominio. ¿Hay alguna estrategia posible para conseguirlo?
Es muy difícil disolver el poder de compañías tan grandes como Facebook [Meta] y Google porque son empresas globales. Facebook está muy regulado en Pakistán y en Turquía, pero eso no provoca cambios en Brasil. Las regulaciones locales son muy ineficientes e ineficaces.
Sin embargo, la Unión Europea puede ser el mejor lugar para regular, porque la normativa se aprueba en muchos países y hay mucho dinero en juego. Mi gran esperanza es que haya más conversaciones en Europa para debilitar a Facebook y Google, reconocer que estas empresas no nos ayudan y aumentar la competencia. Es cierto que a través de Facebook y Google puedo buscar información o saber dónde están mis amigos y eso me ahorra tiempo. Pero tenemos que preguntarnos si es lo más importante o lo son otras cosas, como salvar el planeta o la democracia.
Creo que se les va a forzar a tomar algunas acciones, como separar YouTube de Google o separar la parte publicitaria de Google del resto de compañías. Hay diferentes vías para abordar estos problemas, pero no creo que internamente ninguna empresa vaya a cambiar nada.
La Unión Europea ya ha tomado algunas medidas para vigilar más de cerca a estos titanes, como la Ley de Servicios Digitales para moderar los contenidos ilegales y hacer sus algoritmos más transparentes. ¿Pronostica que en los próximos meses se tomarán más medidas y en más regiones?
La mayoría de los grandes países van a tener que realizar esfuerzos similares. Si la Unión Europea va más allá para proteger los datos de los usuarios, me gustaría ver que Canadá, Australia e incluso Brasil toman medidas. Japón y Corea del Sur también se están tomando estos problemas en serio. Es importante mencionar también que a estos países les gustaría ver crecer su propia industria tecnológica, así que cuanto más se limite el poder de la industria estadounidense, más oportunidades habrá para que la innovación crezca en Europa y otras zonas y se genere más diversidad.
"Las regulaciones locales son muy ineficientes e ineficaces"
Más allá de esas medidas, los Veintisiete también han aprobado hace unos meses un código de buenas prácticas sobre desinformación, con objetivos como reducir los incentivos financieros de la propagación de informaciones falsas o evitar la difusión de deepfakes, imágenes y vídeos creados por inteligencia artificial. ¿Qué opina de estas medidas?
Los esfuerzos para combatir la desinformación y los deepfakes son los más complicados de todos por dos razones. Por una parte, es muy difícil medir qué efecto tienen. Por otro lado, encontrar el equilibrio entre luchar contra la desinformación y respetar la libre expresión es complejo. Por eso, creo que es mucho más importante controlar el poder general de estas empresas en vez de la información específica que circula por ellas.
Foto: El profesor Siva Vaidhyanathan durante su reciente ponencia en el Digital Enterprise Show (DES) celebrado en Málaga. Crédito: Cristina Sánchez
Aunque sea difícil de abordar, combatir la desinformación es uno de los grandes desafíos para las redes sociales. ¿Por qué siguen difundiéndose noticias falsas pese a que gracias a la red tenemos acceso a muchísima información y cómo afecta esto a la democracia?
Porque ya no importa qué es verdad y qué no, y creo que eso es muy peligroso. La desinformación lleva tiempo siendo un problema, pero ahora parece mayor. ¿Cómo vamos a tener democracia si no estamos de acuerdo en que la Tierra se está calentando, que la concentración de la riqueza es un problema o que las personas deben vacunarse?
Necesitamos acciones políticas: trabajar en convencer a las personas de que es posible tener una vida mejor si confiamos en la ciencia y estamos de acuerdo en la verdad. Llevará años hacerlo, pero es la única solución.
Meta ha amenazado en varias ocasiones con dejar a la Unión Europea sin sus redes sociales. La última de ellas debido a la ausencia de un marco legal para transferir datos de sus usuarios a EE UU, según la compañía. ¿Cree que se marchará algún día?
Cuando Mark Zuckerberg intenta asustar a la Unión Europea, pienso que va de farol. Creo que no quiere perder a los usuarios de estos países ricos. Podría llegar a hacer algo durante unas semanas o meses, pero los usuarios protestarían a sus gobiernos y las amenazas no durarían.
"Hay que convencer de que vivimos mejor si confiamos en la ciencia"
La imagen pública de Meta ha empeorado con el tiempo. Hace unos meses, cambió el nombre de su matriz en medio de una grave crisis: Frances Haugen, exresponsable de Producto en la compañía, filtró documentos que demostraban cómo la red social priorizaba los beneficios frente a la seguridad de los usuarios. ¿Cómo afectarán sus problemas reputacionales a su negocio?
Facebook es extremadamente poderosa: tiene 3.000 millones de usuarios. Aunque su imagen pública sea mala, las personas todavía la utilizan. Y aunque abandonen Facebook, usan Instagram o WhatsApp. De momento, creo que se mantendrá como una compañía fuerte, rica y poderosa, incluso aunque su imagen sea negativa.
La compañía ha realizado una fuerte apuesta por el metaverso, aunque los inversores han planteado sus dudas. ¿Qué riesgos puede tener esta tecnología inmersiva?
Sacarnos de la realidad, hacer que nuestras interacciones con la gente estén guiadas por Facebook y la información que aprendemos sobre el mundo esté filtrada solo por Facebook. Es muy peligroso que una compañía controle totalmente nuestra conciencia.
Si se creara una hipotética red social que evitara los problemas actuales, ¿qué requisitos debería cumplir?
No soy optimista sobre la idea de crear una red social mejor. Lo que sí podemos hacer es desarrollar nuestra capacidad como ciudadanos para hablar entre nosotros fuera de las redes sociales. Podríamos descubrir formas mejores de conversar cara a cara y de crear comunidades más sanas.
Desde hace unos años, el grupo de gigantes tecnológicos se mantiene: Facebook, Amazon, Apple y Google. ¿Considera que van a nacer otros en los próximos años o que alguno de ellos perderá su poder?
No creo que vaya a cambiar a corto plazo, tampoco aquí soy optimista. Solo espero que la democracia se mantenga al menos como está ahora. Elecciones como las de este año en Brasil van a determinar cómo evolucionan las regulaciones.