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El radiólogo ucraniano Vadim Chumak.

Biotecnología

Un veterano de Chernóbil valora el riesgo nuclear de la guerra de Ucrania

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El radiólogo Vadim Chumak vigiló la contaminación tras el accidente de 1986. Permanece cerca de Kiev para ayudar con su experiencia y asegura que es "lo suficientemente mayor para sacrificar" su vida si fuera necesario

  • por Jessica Hamzelou | traducido por Ana Milutinovic
  • 29 Marzo, 2022

Las tropas rusas han provocado muerte y destrucción en Ucrania desde que invadieron este país el 24 de febrero, pero existe también el riesgo de que causen un accidente nuclear. Así lo cree Vadim Chumak, director del laboratorio de dosimetría de exposición externa del Centro Nacional de Investigación Radiológica ucraniano, ubicado en Kiev.

Rusia ha tomado el control de dos centrales nucleares dentro de Ucrania. Algunos reactores de esas centrales han perdido su fuente de energía y los dispositivos de control de la radiación han sido desconectados, lo que genera preocupaciones sobre una posible catástrofe nuclear.

"La necesidad de prevenir un accidente nuclear se vuelve más apremiante cada día que pasa", afirmó el director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica, Rafael Mariano Grossi, en su comunicado del pasado 23 de marzo.

Especialmente preocupa que si ocurre un accidente nuclear, es posible que los científicos no puedan controlarlo ni medir sus impactos, según señala Chumak, quien tuvo un importante papel a la hora de evaluar de las dosis de radiación que absorbieron las personas afectadas después del desastre de Chernóbil de 1986. Actualmente, Chumak permanece lo suficientemente cerca de Kiev para poder ayudar en caso de que se produzca una catástrofe nuclear como resultado de la invasión rusa.

Desde una casa de campo en Ucrania, Chumak habló con MIT Technology Review sobre sus esperanzas y temores, de los riesgos de fugas radiactivas de los hospitales y sobre el hecho de que gran parte del equipo de control de radiación del país ya estaba obsoleto antes de la invasión.

¿Cómo ha cambiado su vida laboral y su investigación desde la invasión?

Bueno, yo hacía mi trabajo diario en mi laboratorio, pero después de la invasión, nos hemos trasladado. Hubo una explosión en la Torre de la Televisión, en Kiev, que está a un kilómetro de mi laboratorio y hubo otro impacto en una fábrica de equipos militares a menos de un kilómetro, así que se trata de una zona bastante peligrosa. Estábamos bajo el fuego enemigo, no era posible permanecer allí, así que todo mi personal está trabajando de forma remota.

¿Le preocupa una posible catástrofe nuclear en Ucrania?

En este momento existen dos grandes instalaciones nucleares que han sido tomadas por Rusia. Una está en Chernóbil y otra en Zaporiyia, donde hay seis reactores, además de ser el lugar donde se almacena el combustible gastado que es muy peligroso, ya contiene sustancias muy radiactivas.

El combustible nuevo es bastante menos peligroso que el gastado. Después de que estos elementos combustibles funcionen durante un par de años en el núcleo del reactor, acumulan una enorme cantidad de productos de fisión que son muy radiactivos, como yodo, cesio y estroncio. Si ocurriera algún daño en los conjuntos del combustible gastado almacenados en Zaporiyia, eso podría resultar en una enorme emergencia radiológica, comparable a la que sucedió en Chernóbil.

¿Qué pasa con los propios reactores?

No me parece probable que los propios reactores sean destruidos. Se encuentran en unos edificios especiales que son resistentes y muy difíciles de derribar. Estos edificios están diseñados de tal manera que un gran avión podría caer directamente sobre ellos y seguirían en pie.

Pero el ejército ruso ha disparado proyectiles hacia Zaporiyia, lo cual es una completa locura. Tal vez tengan algunas armas que podrían destruir este edificio.

El verdadero peligro es el combustible gastado. Los elementos combustibles usados, que son paquetes de barras de combustible, se almacenan en ese mismo lugar, in situ.

¿Por qué el combustible gastado supone un mayor riesgo?

El almacén de combustible gastado nunca fue diseñado para ser atacado por tanques o misiles; es decir, para lo que Rusia está haciendo en Ucrania actualmente. En las evaluaciones de seguridad de las instalaciones nucleares, los edificios se diseñan para lo que se conoce como "accidente máximo razonable", que se considera el peor de los casos. Pero no pueden aguantar nada más allá de eso.

Eso es lo que pasó en Fukushima: los constructores implementaron contramedidas para proteger el equipo frente a un maremoto, pero el tsunami fue uno o dos metros más alto de lo previsto para el peor de los casos. En Ucrania, el silo de almacenamiento de combustible gastado fue diseñado para que fuera muy robusto y, en condiciones normales, tal vez podría incluso resistir la caída de un avión. Pero en ningún caso un ataque con armas modernas.

En Chernóbil, hay almacenadas alrededor de 20.000 de unidades de combustible gastado. Son viejas y gran parte del material se ha descompuesto. Pero todavía contienen una cantidad importante de radionucleótidos de larga duración como el cesio y el estroncio. Así que, si los rusos estuvieran tan locos como para demoler eso, sería un problema.

Han sido bombardeados algunos hospitales en Ucrania. ¿Los materiales radiactivos en esos edificios representan un riesgo?

Es algo que debemos tener en cuenta en esta guerra en la que muchas cosas impensables se han hecho realidad.

Hay dos fuentes médicas de radiación. Una es la maquinaria, como las máquinas de rayos X o los aceleradores lineales que se utilizan para tratar el cáncer. Emiten algo de radiación, pero solo si están en funcionamiento. Una vez apagadas, son solo piezas de metal.

Pero la segunda fuente utiliza isótopos como el cobalto o el cesio, que se usan en la medicina nuclear y en radioterapia. Por ejemplo, en la tomografía por emisión de positrones (PET). Esta fuente está protegida físicamente en el hospital, lo que significa que existe protección contra el robo, pero no contra el impacto de una bomba.

Si resultaran afectadas, podríamos ver algo como el accidente de Goiânia en Brasil en 1989. En aquel caso, algunas personas robaron y desmontaron un dispositivo de radioterapia de un hospital abandonado para vender las piezas como chatarra. Descubrieron una pequeña ampolla llena de cesio, que brillaba azul por la noche. Es una larga historia, pero una única fuente de radiación destruida contaminó gran parte de Goiânia. Cuatro personas murieron, 20 necesitaron tratamiento hospitalario y 249 se intoxicaron. Ochenta y cinco casas resultaron significativamente contaminadas y 200 personas tuvieron que ser evacuadas. Así que este tipo de escenario se debe tener en cuenta. Sin mencionar el uso malintencionado de las fuentes.

¿Qué tipo de uso malintencionado?

Los conjuntos de combustible gastado, por ejemplo, son un material muy bueno para crear la llamada bomba sucia, que es un escenario para un ataque terrorista. Hablando técnicamente, sería un dispositivo de dispersión radiológica. Si dichas fuentes radiactivas se conectan a un dispositivo que luego se explota, se produce la contaminación de una gran área con material radiactivo. Hay muchos escenarios radiológicos de este tipo sobre la mesa en la actualidad.

¿Cómo se vigilan actualmente las centrales nucleares en Ucrania?

Se habían establecido redes de control de radiación en cada central nuclear, pero ahora están desconectadas, por lo que las instituciones ucranianas e internacionales ya no reciben datos en tiempo real. El Gobierno y las autoridades ucranianas ya no tienen acceso a esta red, que era bastante sofisticada y operativa antes de la invasión.

También hay una red de vigilancia remota en todo el país para detectar la radiación. Creo que los puntos más cercanos a las centrales también están inhabilitados, o al menos desconectados de esta red general. Si sucediera algo realmente malo, los sensores lo detectarían, pero no en tiempo real. Pasarían horas antes de que se notara. A menos que sea comunicado por las personas que están bajo control ruso.

¿Ha habido algún problema hasta ahora?

Lo que sé por los informes oficiales es que poco después de la invasión, antes de la desconexión, se registró un aumento de cinco veces en las tasas del nivel de radiación en Chernóbil. La explicación más razonable es que los tanques revolvieron el material radiactivo que hay en el suelo.

La zona de exclusión de Chernóbil es un área restringida. Se permite algo de turismo, y es bastante seguro si se respetan las reglas, pero aún puede ser peligroso. Al parecer, movieron tanques de un lado a otro, fuera de la carretera. Se trata de un área muy contaminada tras el accidente de 1986, y algunas de las zonas más contaminadas se cubrieron deliberadamente con tierra y vegetación para evitar la resuspensión de la radiactividad.

Los tanques podrían haber revuelto estas capas de suelo altamente contaminadas. Esos tipos [soldados rusos] no solo no respetan la ley, sino que tampoco respetan ninguna norma razonable de seguridad radiológica. Ahora han inhalado este polvo y tienen radiación en sus cuerpos. Es algo estúpido desde el punto de vista ecológico y global y, a nivel local, es muy peligroso y absurdo. El aumento de cinco veces en el nivel de radiación sí que representa un problema local.

¿Cómo se mediría la contaminación en las personas si ocurriera un incidente ahora?

Hay dos o tres tipos de dispositivos que son realmente importantes en el momento de un accidente, pero muchos de los que tenemos actualmente en Ucrania están obsoletos.

Después del accidente de Chernóbil, entre 1987 y 1991, tuvimos un período de acumulación de capacidad de control de radiación. Desde entonces, el interés por Chernóbil ha sido mucho menor. Como resultado, la mayoría de nuestros dispositivos de dosimetría son de 1991 o 1992 como muy tarde. La típica vida útil para este tipo de instrumentos es de 10 años. Actualmente, tienen más de 30 años. El equipo que aún está operativo no está en muy buenas condiciones. Lo necesitamos de verdad [el equipo nuevo]. Hemos realizado algunos pedidos oficiales de dicho equipo, pero también he hecho solicitudes a mis colegas en EE. UU.

¿Cuáles son los dispositivos que necesitan?

Un tipo se llama medidor de reconocimiento. Son radiómetros, como el tubo Geiger-Müller. Tienen una pantalla que muestra los niveles de radiación, para poder ver qué área es peligrosa y cuál no. También hay algunos medidores especiales de la dosis absorbida, que son útiles para medir la contaminación de la ropa, del pelo y de las superficies después de una emergencia.

Los llamados monitores de cuerpo entero están especialmente calibrados para medir la contaminación interna, por ejemplo, en personas que beben leche del lugar o inhalan el aire contaminado. Los dosímetros personales parecen insignias. Son dispositivos pequeños, quizás de 10 gramos, que se colocan en la ropa de las personas. Se envían a los laboratorios para determinar la dosis a la que una persona ha estado expuesta.

¿Podríamos sacar algunas lecciones de Chernóbil?

Realmente no. Tras el desastre de Chernóbil, todo estaba bajo completo control. Se logró movilizar y conseguir mil autobuses para evacuar a la población. Era una historia completamente diferente.

Ahora tenemos luchas: algunos territorios están fuera de control y otros están bajo fuego. No puedo imaginar la posibilidad de tal proceso de evacuación. No tenemos los medios para ese tipo de evacuación, y no sabemos hacia dónde evacuar. Las rutas de evacuación podrían ser atacadas y bombardeadas, como está ocurriendo en Mariupol.

Mi recomendación, si llegara a suceder una emergencia de este tipo, es resguardarse el mayor tiempo posible antes de recibir órdenes especiales de las autoridades. No moverse. No intentar escapar. Simplemente estar en un refugio. No tiene que ser un refugio subterráneo, incluso los edificios de apartamentos brindan suficiente protección contra la radiación si uno se mantiene alejado de las ventanas.

Se ha trasladado usted fuera de Kiev. ¿Dónde se encuentra?

Estoy cerca de Kiev, a unos 25 kilómetros, en una casa de campo. Afortunadamente, esta área es razonablemente segura y puedo comunicarme con Kiev. Estoy a una hora en coche, así que puedo ir a la capital si fuera necesario. Estoy en modo de espera: si se necesitan mis conocimientos o mi trabajo, volveré a mi lugar de trabajo. Esa fue la razón por la que decidimos no huir.

Soy optimista sobre el éxito del ejército ucraniano contra los rusos. Ucrania no será sometida. Rendirse o perdonar no es una opción.

Nuestros hijos tienen dos hijas de 4 años, así que los hemos trasladado a un lugar más seguro. Pero los que somos mayores nos quedamos aquí. Soy lo suficientemente mayor para sacrificar mi vida si fuera necesario.

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