La vacuna de GlaxoSmithKline es la primera aprobada para una enfermedad parasitaria, pero necesita otras medidas de control para lograr reducir los fallecimientos
• ¿Qué? La malaria se lleva la vida de cientos de miles de niños al año. Junto con otras medidas, la vacuna podría reducir las muertes hasta en un 70 %.
• ¿Quién? GlaxoSmithKline, OMS.
• ¿Cuándo? Ahora (limitado).
El parásito de la malaria (muy mortal) ha desarrollado innumerables formas de esquivar la detección del sistema inmune y prosperar en los huéspedes humanos. La malaria, concentrada principalmente en el África subsahariana, que representa aproximadamente el 95 % de los casos, se lleva la vida de más de 600.000 personas al año, la mayoría de ellas niños menores de cinco años.
En octubre del año pasado, después de varios años de desarrollo, la Organización Mundial de la Salud por fin aprobó la primera vacuna del mundo para combatir esta enfermedad mortal transmitida por mosquitos.
La vacuna de GlaxoSmithKline, conocida como RTS,S o Mosquirix, no es particularmente efectiva. Requiere tres dosis en niños de entre cinco y 17 meses, y una cuarta dosis entre 12 y 15 meses después. Administrada a más de 800.000 niños en Kenia, Malawi y Ghana, la vacuna tuvo una eficacia de alrededor del 50 % contra la malaria grave en el primer año, pero su eficacia se redujo drásticamente más adelante.
Aun así, las autoridades de salud pública califican la vacuna, que se ha estado probando desde 1987, como un "punto de inflexión" en África. Cuando se combina con otras medidas de control de la malaria, que incluyen mosquiteros tratados con insecticida y medicamentos preventivos administrados durante la temporada de lluvias, se espera que reduzca las muertes por malaria hasta en un 70 %, en comparación con la tasa de mortalidad en niños que reciben los medicamentos existentes.
Mosquirix también tiene un significado más amplio: es la primera vacuna aprobada para una enfermedad parasitaria. Los parásitos son complejos organismos multicelulares, con genomas de 500 a 1.000 veces más grandes que los que se encuentran en la mayoría de los virus y bacterias. Esta complejidad les permite mutar de innumerables maneras cuando son desafiados por la respuesta inmunológica. La vacuna de Glaxo consiste en copias de una sola proteína que aparece en la superficie del parásito en una etapa temprana de su vida, junto con una serie de moléculas diseñadas para activar las alarmas en el sistema inmunitario y catalizar la producción de anticuerpos que protegerán a los posibles huéspedes contra el parásito real.
Las autoridades de salud pública creen que es probable que la aprobación fomente la innovación. Las vacunas contra la malaria de segunda generación, así como las vacunas para otras enfermedades parasitarias, ya están en desarrollo.