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Tecnología y Sociedad

Cómo los test de COVID-19 gratuitos aumentan la desigualdad en EE. UU.

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El Gobierno lanzó una web para ofrecer cuatro pruebas sin coste a cada domicilio, pero los bloques de apartamentos figuran como dirección única y muchas de las personas más necesitadas carecen de internet, lo que afecta a los colectivos más vulnerables. La Administración no reconoce su error

  • por Tanya Basu | traducido por Ana Milutinovic
  • 01 Febrero, 2022

Lisa Levy es trabajadora social de gestión de viviendas en Columbus House (New Haven, EE. UU.), donde supervisa a los residentes de 25 apartamentos. Cada uno de ellos está diagnosticado con una enfermedad mental grave y un trastorno por uso de sustancias, y todos han pasado por situaciones de sinhogarismo. Levy señala: "Se encuentran entre las personas más vulnerables, y mi trabajo es mantenerlas bajo techo".

Levy ha tenido problemas para obtener pruebas de COVID-19 para estas personas, especialmente porque la variante ómicron se propagó muy rápido por EE. UU. y muchas de ellas se enfermaron. Cuando la Casa Blanca lanzó su sitio web COVIDtests.gov hace dos semanas, en el que ofrecía cuatro pruebas gratuitas por hogar, Levy pensó que cada residente recibiría cuatro pruebas gratuitas, algo que sería una bendición para este grupo de personas que necesitaban las pruebas desesperadamente, pero no podían pagarlas y a menudo se encontraban demasiado enfermas para hacer cola para conseguirlas.

Entró inmediatamente en el sitio web e introdujo la información para el primer apartamento, 101. Cuando intentó solicitar las pruebas para el siguiente piso, apareció un mensaje de que ya había pedido el número máximo para su dirección. Durante los días siguientes, Levy trató de solucionar el problema: llamó a la línea directa y al Servicio de Correos de EE. UU., que se encarga de entregar las pruebas, buscó consejos en Facebook e intentó cambiar la información en el formulario online sobre la dirección y el apartamento, pero todo fue en vano.

Levy no es la única persona que tiene problemas para conseguir pruebas. Otros residentes en apartamentos informan continuamente de problemas con el sitio web, cuyo diseño mezcla los apartamentos con los edificios, lo que significa que solo uno de los residentes en un bloque de apartamentos determinado podía registrarse para los kits de prueba.

Además de los errores en la web, la iniciativa parece haber excluido por completo a algunos grupos, según los datos de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (EE. UU.), como las personas sin dirección fija; los 11,8 millones de hogares estadounidenses de más de cuatro miembros, que es más probable que no sean blancos; los 7,5 millones de familias que no tienen acceso a internet en su casa; y los 3,5 millones que no hablan inglés ni español, los dos idiomas en los que actualmente está disponible el sitio web.

Lejos de reducir el acceso desigual a las pruebas, la iniciativa lo ha intensificado, ya que muchas de las personas más pobres y vulnerables aún no pueden conseguirlas.

La Casa Blanca no ha reconocido las críticas al problema, y el subsecretario de Comunicación Kevin Muñoz dijo a The Verge que los errores "habían sido solo un pequeño porcentaje" de las experiencias generales. La secretaria de Comunicación Jen Psaki añadió: "Cada sitio web, en nuestra opinión, supone un riesgo. No podemos garantizar que no habrá un error o dos".

Pero, como ha sucedido tantas veces durante esta pandemia, cuando el Gobierno falla, los ciudadanos intervienen a través de internet.

Casi inmediatamente después del lanzamiento del sitio, comenzaron a aparecer publicaciones en Twitter de personas que querían donar sus pruebas, y algunos grupos que el año pasado ayudaron a personas a pedir cita para vacunarse, ahora se centran en ayudarlas a conseguir las pruebas. El grupo de Facebook Maryland Vaccine Hunters, por ejemplo, que empezó con información colaborativa sobre citas de vacunación, ahora publica detalles actualizados sobre dónde comprar las pruebas rápidas y facilita donaciones de las mismas.

Los grupos de ayuda mutua (las organizaciones comunitarias que intercambian bienes y servicios para personas necesitadas) se han vuelto populares durante la pandemia y cada vez más activos ofreciendo equipos de protección, ayudando a las personas a pedir cita para vacunarse y, más recientemente, distribuyendo las pruebas.

Uno de esos grupos es la organización sin ánimo de lucro Serve Your City de Washington (EE. UU.), que trabaja con la gente sin hogar de la ciudad. Para averiguar quién necesitaba pruebas, Serve Your City acudió a los datos recogidos de una línea de atención establecida para ayudar a las personas desfavorecidas a citarse para la vacunación.

Aun así, estos esfuerzos colaborativos suponen un problema: requieren un acceso fiable a internet. Maryland Vaccine Hunters tiene un grupo bastante grande de Facebook de personas dispuestas a donar las pruebas. Pero ¿cómo hacerlas llegar a las personas que no pueden conectarse?

Las vías alternativas para conseguir las pruebas han estado plagadas de dificultades. Además de las peculiaridades del formulario online, la Casa Blanca no estableció una línea de atención hasta un par de días después del lanzamiento, por lo que, hasta ese momento, las personas no podían obtener ayuda por teléfono. Tampoco está claro quién supervisa exactamente la distribución justa de las pruebas: los representantes de la línea directa nos remitieron a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, que a su vez nos remitieron a la Casa Blanca, que no respondió a nuestras solicitudes de comentarios. Tampoco lo hizo el Departamento de Sanidad y Servicios Sociales de EE. UU. ni el Servicio de Correos de EE. UU.

Eso significa que las personas que necesitan urgentemente las pruebas siguen teniendo problemas para conseguirlas.

Levy concluye: "La COVID-19 está afectando más a esta población. Tienen discapacidades, sus recursos son limitados, muchos son negros o hispanos. Se trata de personas realmente vulnerables". El 24 de enero, Levy llamó a la línea directa para intentar solicitar pruebas para los residentes de su edificio por enésima vez, pero, de nuevo, no tuvo éxito.

*Este artículo incluye información de Eileen Guo.

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