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Alexander Pohl / Sipa USA vía AP Images

Biotecnología

Más dosis y limitaciones para atajar la ola de COVID-19 en Europa

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Se están imponiendo nuevas restricciones a medida que aumentan los casos en el continente, que actualmente representan la mitad de todos los mundiales. Volver a vacunar para reforzar la inmunidad es clave

  • por Bobbie Johnson | traducido por Ana Milutinovic
  • 17 Noviembre, 2021

Los casos de coronavirus en Alemania han alcanzado sus niveles más altos desde los primeros días de la pandemia, con advertencias de que la COVID-19 se está "extendiendo drásticamente" y requiere una "respuesta rápida y unificada". Al mismo tiempo, los Países Bajos han impuesto restricciones parciales para controlar el aumento de casos, incluido el toque de queda a las 20 horas en tiendas y restaurantes, y estadios sin público para los deportes profesionales. Austria, en cambio, acaba de ordenar un nuevo y estricto confinamiento, pero solo para las personas no vacunadas.

La situación es similar en gran parte de Europa, y Reuters informa que Europa es actualmente responsable de más de la mitad de todos los casos de COVID-19 en el mundo, la proporción más alta desde abril de 2020. En Croacia, que tiene 4 millones de habitantes, los números de casos y muertes son más altos que en la ola de primavera en el país. La media de 55 muertes diarias supera sus niveles de hace un año en esta época, un patrón que se detecta en gran parte del continente.  Entonces, ¿qué está pasando?

"Las dos principales causas son el frío y la baja vacunación", resalta el profesor asociado y epidemiólogo digital de EPFL en Suiza Marcel Salathé. "Solo una de ellas es inevitable".

Los expertos señalan los diferentes factores que influyen en este aumento de casos. Uno es el propio virus y la continua propagación de la variante delta del SARS-CoV-2, que es más contagiosa y se transmite más rápido. Apareció por primera vez en la India a finales de 2020, lo que significa que para muchos países este es el primer invierno con esta variante y será la cepa dominante.

La semana pasada, en una sesión informativa para Royal Society of Medicine, el epidemiólogo británico Tim Spector afirmó que acabábamos de darnos cuenta de que "las vacunas por sí solas no son la solución final para esto, ni siquiera en los países que tienen las tasas de vacunación más altas que las nuestras".

Spector, que dirige el estudio ZOE COVID de King's College de Londres (Reino Unido), aseguró: "Necesitamos una combinación de medidas. Cuán altas queremos que sean esas tasas está determinado por nuestra complacencia y la relajación de algunas de las normas que teníamos en vigor, que el año pasado pensé que eran exageradas y este año creo que son insuficientes".

A pesar de esto, las tasas de vacunación son el factor más importante que explica la variación entre los países como Croacia e Italia.

Muchos países de Europa del Este tienen tasas de vacunación más bajas que algunos de sus vecinos: Croacia tiene un 46 % de vacunación completa, por ejemplo, mientras que Eslovaquia llega a un 43 % (la media europea es de alrededor del 56 %). Las personas no vacunadas están provocando el aumento en los números de casos, afirmó el canciller austriaco Alexander Schallenberg al anunciar el nuevo confinamiento de su país: "La tasa [de infección diaria] para los no vacunados es de más de 1.700, mientras que para los vacunados está en 383".

Cuando las tasas de vacunación son más altas, el resultado es una enfermedad menos grave y menos muertes, aunque la transmisión sigue elevada. En Reino Unido, por ejemplo, el 80 % de las personas mayores de 12 años han recibido dos dosis de la vacuna contra la COVID-19.

"Los países que tienen mejor situación son los que cuentan con una alta tasa de vacunación y medidas efectivas", destaca Salathé. "Los peores países son los que no tienen ninguna de las dos. La mayoría están en el medio".

Pero, incluso cuando las tasas de vacunación son altas y la presión de los casos es relativamente baja, es posible que eso no sea suficiente para la protección a largo plazo, especialmente dada la disminución de la eficacia de las vacunas con el tiempo.

"Reino Unido implementó el programa de vacunación antes que la mayoría de los países y, por lo tanto, ha experimentado antes el efecto de la inmunidad menguante", explica el investigador principal en salud global de la Universidad de Southampton (Reino Unido) Michael Head. "Las dosis de refuerzo aquí en Reino Unido claramente están teniendo un impacto en los ingresos hospitalarios y en los nuevos casos entre las personas mayores".

Eso significa que sigue siendo de vital importancia continuar con la vacunación y reforzar la respuesta inmunitaria de las personas que se vacunaron al principio del ciclo.

Head resalta: "Cuando vemos brotes no controlados, también detectamos la aparición de nuevas variantes preocupantes y de interés, y no queremos que ninguna nueva variante se convierta en dominante y tenga un mayor impacto en la eficacia de nuestras vacunas. Al fin y al cabo, el mundo no puede relajarse por completo hasta que la gran mayoría de las personas esté vacunada. La combinación de las dudas en las vacunas y la falta de acceso a las vacunas es un problema de todos".

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