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Jerome Palle / Carbios

Biotecnología

Este proceso reciclaje enzimático podría revolucionar el uso del PET

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La planta de demostración de la 'start-up' francesa Carbios puede descomponer el equivalente a 100.000 botellas molidas en entre 10 y 16 horas. Aunque el coste del subproducto es el doble de caro que el PET virgen, las empresas podrían estar dispuestas a pagarlo para reducir sus emisiones de efecto invernadero

  • por Casey Crownhart | traducido por Ana Milutinovic
  • 11 Octubre, 2021

El plástico es una lacra ambiental y la mayoría no se recicla. Afortunadamente, las enzimas, los catalizadores propios de la naturaleza, pueden ayudarnos. A finales de septiembre, la start-up francesa Carbios abrió una planta de demostración en el centro de Francia para probar la idea. La instalación utilizará enzimas para reciclar el PET, uno de los más comunes plásticos de un solo uso y el material utilizado para fabricar la mayoría de las botellas de bebidas.

Aunque llevamos décadas con métodos mecánicos para reciclar algunos plásticos, como el PET, los procesos químicos y basados en enzimas podrían producir subproductos más puros o permitirnos reciclar artículos como la ropa, que las técnicas convencionales no pueden procesar.

Debido a que los plásticos de un solo uso derivan en gran medida del petróleo, en 2050 los plásticos podrían representar el 20 % del consumo anual de petróleo en el mundo. Reducir nuestra dependencia de los plásticos y encontrar formas de reutilizarlos podría bajar en gran medida las emisiones.

Actualmente, solo alrededor del 15 % de todos los plásticos en el mundo se recogen cada año para reciclaje. Los investigadores llevan desde la década de 1990 intentando encontrar nuevas formas de descomponer los plásticos con la esperanza de reciclar más. Muchas empresas e investigadores han trabajado para desarrollar procesos enzimáticos, como el que utiliza Carbios, así como distintos procesos químicos, como el método de Loop Industries. Pero los procesos enzimáticos y químicos han empezado a comercializarse hace muy poco tiempo.

El nuevo reactor de Carbios mide 20 metros cúbicos, aproximadamente el tamaño de una camioneta de carga. Puede contener dos toneladas métricas de plástico, o el equivalente a unas 100.000 botellas molidas a la vez, y descomponerlo en sus componentes básicos del PET (el etilenglicol y el ácido tereftálico) en 10 a 16 horas.

La empresa planea usar lo que aprenda de la instalación de demostración para construir su primera planta industrial, que tendrá un reactor unas 20 veces mayor que el de demostración. Esa planta a gran escala se construirá cerca de un fabricante de plástico en algún lugar de Europa o Estados Unidos, y debería estar operativa en 2025, según afirma el director científico de Carbios, Alain Marty.

Carbios ha estado trabajando en el reciclaje enzimático desde que se fundó en 2011. Su proceso se basa en enzimas para triturar las largas cadenas de polímeros que componen el plástico. Los monómeros resultantes se pueden purificar y unir para fabricar nuevos plásticos. Los investigadores de Carbios comenzaron con una enzima natural utilizada por las bacterias para descomponer las hojas, luego la modificaron para volverla más eficiente en la descomposición del PET.

Foto: El centro de demostración de Carbios en Clermont-Ferrand, Francia. Imagen de cortesía de SkotchProd.

Carbios estima que su proceso de reciclaje enzimático reduce las emisiones de gases de efecto invernadero en aproximadamente un 30 % en comparación con el PET virgen. Marty espera que ese número crezca a medida que solucionan los problemas.

En un informe reciente, los investigadores estimaron que la fabricación del PET a partir del reciclaje enzimático podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 17 % y un 43 % en comparación con la fabricación de PET virgen. El informe no se refería específicamente a Carbios, pero probablemente sea una buena estimación de su proceso, según el investigador del Laboratorio Nacional de Energía Renovable de EE. UU. y coautor del informe, Gregg Beckham.

Si bien el desarrollo de nuevas enzimas ha sido un foco importante de nuevas investigaciones y esfuerzos comerciales, otras partes del proceso determinarán lo eficiente y rentable que será la tecnología, asegura Beckham, quien lidera un consorcio sobre los nuevos métodos de producción y reciclaje de plástico. "Son cosas menos glamorosas", admite Beckham, como hacer que el plástico tenga una forma que las enzimas puedan descomponer de manera eficiente o separar lo que las enzimas generan, algo que requiere mucha energía y tiempo, y sube las emisiones y los costes.

El producto de Carbios es aproximadamente el doble de caro que el PET virgen, advierte Marty. En comparación, el PET reciclado mecánicamente es solo un 50 % más caro que el virgen. Marty señala que aun así el PET de Carbios solo costaría alrededor de dos centavos por una botella pequeña de plástico transparente, lo que, según él, es un gasto relativamente pequeño para los fabricantes.

Las empresas podrían estar dispuestas a pagar. En el comunicado de prensa a principios de este año, Carbios reveló algunas botellas de demostración de marcas asociadas que incluían a PepsiCo y Nestlé. Carbios recicló el plástico desechado y lo entregó a las empresas, que lo utilizaron para fabricar nuevas botellas.

Algún día, el reciclaje enzimático podrá hacer cosas que el reciclaje mecánico no puede, como reciclar la ropa o las mezclas de plásticos. Pero por ahora, ambos métodos se enfrentan a muchos de los mismos problemas, como el hecho de que en gran parte del mundo se recogen muy pocos plásticos de un solo uso para reciclar. Y el reciclaje enzimático sería solo una de las varias soluciones necesarias para reducir significativamente las emisiones y los impactos ambientales de los plásticos.

"¿Existe un proceso para dominarlas todas? Probablemente no", concluye Beckham.

Biotecnología

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