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Biotecnología

Alargando la vida de los órganos donados

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Una solución experimental podría dar más tiempo a los pacientes de trasplante.

  • por Arlene Weintraub | traducido por Francisco Reyes (Opinno)
  • 03 Mayo, 2010

Los más de 100.000 pacientes de EE.UU. a la espera de un trasplante de órgano se enfrentan a una peligrosa carrera contra el tiempo. La mayoría de los órganos sólo se pueden preservar en el exterior del cuerpo entre cuatro y 24 horas—un problema que agrava la escasez crónica de donantes. En 2008, 6.684 pacientes murieron a la espera de un órgano, según la Fundación Nacional del Riñón.

Un científico de Harvard tiene la esperanza de poder cambiar estas sombrías estadísticas. Hemant Thatte, profesor asociado de cirugía cardiotorácica, ha desarrollado una solución líquida capaz de preservar los órganos durante un máximo de 10 días fuera del cuerpo. El laboratorio de Thatte creó una receta de 21 compuestos químicos que, según creen, podrá ralentizar el proceso de deterioro celular.

"Nuestro objetivo general es mantener el metabolismo del órgano, sin tener que bajar la temperatura" del sistema de preservación, explica Thatte. "Es como un estado de animación suspendida". Thatte ha usado el nombre "Somah" para su solución, que en sánscrito significa "ambrosía de rejuvenecimiento".

En octubre de 2009, Thatte y sus colegas publicaron un artículo en la revista Circulation comparando la solución Somah con la popular solución de preservación Celsior, producida por la empresa de biotecnología Genzyme. Los investigadores cosecharon corazones de cerdos hembra, los guardaron en una de las dos soluciones, y luego tomaron biopsias a lo largo de varios momentos durante las cuatro horas siguientes. Prestaron atención a la función de las células endoteliales y cardiomiocitas—que deben ser preservadas para que el corazón transplantado sobreviva a largo plazo. Mediante la medición de ciertas proteínas clave, determinaron que la tasa de muerte celular fue significativamente menor en los corazones preservados con Somah en comparación con aquellos almacenados con Celsior. Sus experimentos en cerdos sugieren que Somah mantiene los corazones e hígados viables durante al menos 10 días. Por el contrario, soluciones como Celsior sólo se pueden utilizar para preservar corazones e hígados durante aproximadamente cuatro y 12 horas, respectivamente.

Tres estudiantes que estaban tomando una clase en la escuela de negocios de Harvard se enteraron de la investigación de Thatte a través de la Oficina de Desarrollo de Tecnología de Harvard, y decidieron redactar un plan empresarial como parte de sus tareas dentro de la clase. El equipo nombró a su startup Hibergenica y se puso a buscar inversores en enero. Creen que necesitan 5 millones para poder llevar Somah al mercado.

El equipo de Hibergenica está acercándose a los inversores con la idea de que Somah ampliará el mercado de órganos trasplantados desde 30 millones de dólares al año hasta una cifra cercana a los 200 millones. Parte de ese crecimiento se derivará de la ampliación de la oferta de órganos viables, que en potencia podrían enviarse desde lugares lejanos como Hawai, o incluso desde el extranjero. El miembro del equipo Haytham Elhawary, científico del Brigham & Women's Hospital encargado de la supervisión del plan empresarial de la clase, cree que la expansión del mercado también puede provenir de la creación de precios más altos—Somah podría alcanzar un precio hasta cinco veces superior al de las soluciones de la competencia, afirma.

Para alcanzar ese precio, Hibergenica tendrá que demostrar que Somah mejora la calidad de los órganos cosechados y, por lo tanto, aumenta las posibilidades de supervivencia a largo plazo para los pacientes de trasplante. La solución posee el potencial para lograr ese objetivo, según creen los empresarios, puesto que está diseñada para preservar el metabolismo de los órganos mientras se encuentran fuera del cuerpo.

Los ingredientes funcionan juntos para transformar los metabolitos de tejido en productos que protegen las células. En el corazón, por ejemplo, Somah convierte el amoniaco—un subproducto del metabolismo de los tejidos—en un metabolito que aumenta la vía del óxido nítrico. "Esto abre la vasculatura del corazón, lo que ayuda a preservar su función", afirma Alison Williams, científica en la Escuela de Salud Pública de Harvard, y que realiza las funciones de directora científica de Hibergenica. En concreto, el óxido nítrico inhibe la vasoconstricción, la coagulación y la inflamación.

El plan de Hibergenica es trabajar a partir de la investigación inicial de Thatte y transplantar órganos de cerdos preservados en Somah en otros cerdos, para medir las cuotas de supervivencia después del trasplante. Si sus expectativas se cumplen, necesitarán alrededor de un año de ensayos en humanos antes de poder solicitar la aprobación de la FDA. Empezarán con los riñones y otros órganos abdominales, "puesto que ahí es donde se haya el mayor volumen", señala Elhawary. Si todo va bien, probarán la solución en trasplantes de corazón y pulmón.

No se ha producido ningún avance significativo en la preservación de órganos durante más de 20 años, aunque existen otras compañías que ciertamente lo están intentando. En marzo, TransMedics, con sede en Andover, Massachusetts, reunió 36 millones para desarrollar una tecnología que utiliza la perfusión sanguínea para preservar los órganos en un sistema diseñado para imitar las condiciones del cuerpo humano.

Demostrar que Somah reduce el daño en los órganos será crucial a la hora de convencer a los cirujanos de trasplantes para que adopten la solución, señala Luca Cicalese, director del Centro de Trasplantes de Texas y Presidente Distinguido John Sealy en Cirugía de Trasplantes en la Rama Médica de la Universidad de Texas en Galveston, Texas. "Los órganos no se echan a perder debido a factores de tiempo, sino a problemas de calidad", asegura Cicalese. "Si esta solución reduce el daño celular, eso sería de gran ayuda".

Otros cirujanos sostienen que la extensión del margen de tiempo para el trasplante podría, de hecho, ofrecer ventajas significativas. Marvin Michael, jefe de cirugía de trasplantes en la Universidad de Louisville, señala que muchos órganos donados tienen que viajar en aviones fletados y ser trasplantados en mitad de la noche. "Los cirujanos trabajan con muy pocas horas de sueño, lo que quizá no resulte algo óptimo", afirma. Y si los órganos pudieran viajar en líneas aéreas comerciales en lugar de aviones fletados, "me imagino que habría una reducción drástica de los costes", añade.

Gran parte del argumento de venta de Hibergenica ante sus inversores reside en la idea de que Somah ahorrará costes de salud a largo plazo, a pesar de su alto precio. "Si los órganos que estamos ofreciendo se encuentran en un estado mucho mejor, se reducirán las complicaciones postoperatorias y la morbilidad", afirma Elhawary, que ha pasado los últimos meses en la carretera con sus tres compañeros de equipo, presentando la idea a capitalistas de riesgo e inversores ángel. "En última instancia, esto ahorrará dinero a los hospitales y las compañías de seguros".

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