La misión Chang'e 5 debería llegar mañana, extraer unos dos kilos de material de su superficie y empezar su regreso en menos de 14 días. Si tiene éxito, confirmará la impresionante potencia espacial del gigante asiático y podría resolver algunos misterios lunares como la ausencia de su campo magnético
La semana pasada, China lanzó su misión Chang'e 5 a la Luna desde el puerto espacial del país en la isla de Hainan en el mar de la China Meridional. El objetivo del lanzamiento consiste en que, por primera vez, sea el gigante asiático quien traiga a la Tierra muestras de suelo y rocas de la superficie lunar, para su estudio científico.
Qué va a pasar: Chang'e 5 debería llegar a la Luna mañana (27 de noviembre). La misión completa consta de cuatro partes: un orbitador, un módulo de aterrizaje, una etapa de ascenso y una cápsula de retorno. La nave espacial no está equipada con ninguna unidad de calefacción para ayudar a los componentes electrónicos a bordo a soportar las temperaturas extremadamente frías de la noche lunar. Eso significa que la misión debe tomar la muestra y comenzar a regresar a la Tierra en el plazo de 14 días que dura un día lunar.
Qué más: el módulo de aterrizaje descenderá a la superficie de la Luna en un sitio cercano a la formación volcánica Mons Rümker, en la región de Oceanus Procellarum que se encuentra en el borde occidental de la cara visible de la Luna. El módulo de aterrizaje intentará recoger cerca de dos kilogramos de suelo lunar de la superficie. Primero perforará alrededor hasta unos dos metros en el terreno y tomará una base del suelo lunar debajo de la superficie. Luego, un brazo robótico recogerá la muestra de tierra de la propia superficie. Un espectrómetro de infrarrojo cercano y un radar de penetración en el suelo ayudarán al Chang'e 5 a analizar parte del suelo mientras aún está in situ, además de garantizar que no toque rocas pesadas o peligrosas.
Después de la recogida del material, la muestra se almacenará en el vehículo de ascenso que la llevará al orbitador que se mantendría en el aire. El orbitador colocará la muestra en una cápsula de retorno que debería regresar a la Tierra el 17 de diciembre y aterrizar en algún lugar de Mongolia Interior (China).
Qué podríamos descubrir: se cree que el área alrededor de Mons Rümker cuenta con rocas que tienen cerca de algo más de 1.000 millones de años de antigüedad. Podrían ser las rocas lunares más jóvenes jamás traídas a la Tierra, mucho más que las rocas de entre 3.000 y 4.000 millones de años traídas por las misiones Apolo. Esas muestras podrían ayudar a los científicos a comprender mejor la historia de la Luna, arrojando luz sobre las dudas de, por ejemplo, cómo se fue enfriando con el tiempo y cómo desapareció su campo magnético. Será la primera vez que los científicos chinos estudien directamente el material lunar, ya que el Congreso de EE. UU. actualmente prohíbe a la NASA trabajar con China y no le permite acceder a las rocas de la era Apolo.
Carrera espacial: si tiene éxito, esta misión convertiría a China en el tercer país del mundo (después de Estados Unidos y la antigua Unión Soviética) en traer materiales de la superficie de la Luna a la Tierra. La última misión de retorno de muestras lunares fue la misión Luna 24 de la Unión Soviética en 1976. Las misiones de obtención de muestras siguen siendo increíblemente difíciles de llevar a cabo, y si todo va bien, Chang'e 5 podría ser uno de los mayores logros tecnológicos de China hasta la fecha.
Chang'e 5 es la última misión del exitoso programa de exploración lunar chino. Su logro más destacado hasta ahora ha sido el róver Chang'e 4, que se convirtió en la primera nave espacial en aterrizar de forma segura en la cara oculta de la Luna. Esa misión ya ha dado lugar a bastantes descubrimientos científicos muy interesantes de una región de la Luna que apenas se había visto antes. Chang'e 6, programada para ser la segunda misión de retorno de muestras lunares de China, debería lanzarse en 2023 o 2024.