Una startup lanza un test de microfluidos barato y desechable.
Diagnostics for All, una startup sin ánimo de lucro en Cambridge, Massachusetts, ha diseñado un test sanguíneo barato y desechable para daños en el hígado. El dispositivo utiliza un papel apilado y del tamaño de un sello postal para probar la toxicidad de los medicamentos en el tratamiento del VIH y la tuberculosis.
Algunas terapias antirretrovirales y muchos medicamentos contra la tuberculosis son tóxicos para el hígado. Los pacientes que toman medicamentos contra el VIH y la tuberculosis en los países ricos suelen someterse a pruebas cada mes para ver si sufren daños en el hígado, y se les retira el tratamiento si el daño hepático es inminente. "En los EE.UU., las pruebas son de rutina. Es lo que se espera, es estándar ", afirma Nira Pollock, profesora de la Escuela Médica de Harvard y experta en enfermedades infecciosas en el Centro Médico Beth Israel Deaconess en Boston.
En el mundo en desarrollo, las pruebas de función hepática están a menudo por debajo de los niveles óptimos o inexistentes, afirma. "La gente no recibe un seguimiento porque las pruebas son caras o difíciles de obtener, o los resultados tardan demasiado." Los pacientes que reciben tratamiento contra el VIH o la tuberculosis sufren insuficiencias hepáticas causadas por la medicación.
Diagnostic for All quiere cambiar esa situación. "La prueba debe ser descentralizada, realizada por trabajadores de la salud que vayan por ahí [a zonas remotas del país], si tienen suerte, en motocicleta", afirma Patrick Beattie, científico de desarrollo de productos en DFA. Los trabajadores de la salud en las estaciones remotas tomarían una fotografía de los resultados utilizando su teléfono móvil y transmitirían los resultados a un hospital central para su análisis.
El dispositivo consta de unas pocas capas de papel con patrones, y laminado para su protección. La gota de sangre procedente de un pinchazo en un dedo será colocada en una pequeña abertura en la laminación. Un filtro en el interior detendrá las células rojas de la sangre, y liberará el plasma restante en los canales del papel. Aquellos reactivos que sean sensibles a los indicadores moleculares de daño hepático serán captados por el camino, y se unirán al plasma en la última capa de papel. Una prueba de color indicará la cantidad de marcador de daño presente en la muestra de sangre.
"Estamos hablando de centavos por cada dispositivo", afirma Beattie. Puesto que la materia prima para el test es el papel, esto reduce el coste de producción de forma exponencial. Asimismo, hace uso de las propiedades del papel para provocar flujos, eliminando la necesidad de utilizar costosos equipos como, por ejemplo, los de bombeo. La startup es una spin-off del laboratorio George Whitesides en la Universidad de Harvard, y tiene la licencia exclusiva de las tecnologías de diagnóstico que el laboratorio está adaptando para su uso en el mundo en desarrollo. El test de función hepática es la primera aplicación de la prueba de papel con patrones de microfluidos que el laboratorio Whitesides desarrolló en 2008.
Diagnostics for All en la actualidad funciona gracias a la financiación de organizaciones filantrópicas y subvenciones de la Fundación Gates. Sin embargo la compañía está respaldada por un astuto plan de negocios. "Nos diferenciamos del modelo sin fines de lucro en que buscamos activamente asociaciones con empresas con fines de lucro en el mundo desarrollado", afirma Beattie. Una vez que su tecnología pueda licenciarse, la compañía tiene previsto colaborar con empresas con ánimo de lucro para comercializar la tecnología más cerca de casa. "Nos proporcionará un grado de sostenibilidad y la capacidad de probar nuevos tests sin depender de subvenciones", afirmó Beattie.
Una vez que sus pruebas se hayan establecido para el mundo en desarrollo, la compañía planea comenzar a distribuir las pruebas de función hepática para su uso en los Estados Unidos, donde también posee un mercado. "Si fuera fácil hacer un seguimiento de la función hepática, podría tener algún impacto incluso aquí", afirma Pollock.
Este verano, Diagnostics for All colaborará con Pollock en el Beth Israel Medical Center para calibrar y validar la prueba usando un banco de sangre descartada y muestras de suero que ya han sido analizadas. El rendimiento del test en papel será comparado con los métodos estándar utilizados para detectar los marcadores de daño hepático. Después de los tests clínicos con muestras, la compañía espera trabajar con organizaciones locales en África y el Sur de Asia para dar comienzo a unas pruebas de campo a los pocos meses. "Esperamos estar en el laboratorio utilizando sangre humana real para este verano, las pruebas de campo a finales de este año, y la comercialización a escala real en 2012", afirma el director general de la compañía, Una Ryan. "Una vez que hayamos demostrado la eficacia de nuestras pruebas, vamos a solicitar la aprobación reguladora local, basándonos en las directrices de la OMS."
Bernhardt Weigl, investigador principal en el Center for Point-of-Care Diagnostics for Global Health, es optimista en relación a los resultados de las pruebas clínicas. "Está claro que la prueba de la función hepática es un componente crítico de la terapia anti-retroviral—estamos entusiasmados con la idea", afirma. Espera comenzar pronto la colaboración con el equipo de la compañía para evaluar la prueba antes de que comiencen las pruebas de campo.
Diagnostic for All también espera ampliar el alcance de su test en papel hacia otros diagnósticos. Los patrones mundiales de salud pronto podrían ser controlados utilizando este nuevo test desechable y de bajo coste. "Básicamente, estamos intentando colocar en nuestra plataforma la mayor cantidad de tests químicos clínicos e inmunoensayos conocidos", afirma Ryan, "El cielo es el límite".