Hasta ahora, se creía que el planeta llevaba inactivo desde los últimos 500 millones de años, pero estas estructuras invalidan la teoría. Aunque todavía no se sabe qué pasa exactamente en el interior de Venus, el descubrimiento refuerza el apoyo para lanzar una misión que investigue su superficie
Un grupo internacional de investigadores ha identificado 37 estructuras volcánicas en Venus que recientemente han estado activas y probablemente todavía lo estén en la actualidad. Los resultados, publicados el pasado lunes en Nature Geoscience, invalidan las viejas hipótesis de que el segundo planeta más cercano al Sol está en gran parte inactivo.
Lo que creíamos: a diferencia de la Tierra, Venus no tiene placas tectónicas que se muevan constantemente y moldeen de forma progresiva su superficie, por lo que muchos científicos suponían que el planeta llevaba inactivo posiblemente desde los últimos 500 millones de años. Pero esta suposición nunca se había comprobado realmente, ya que la increíblemente espesa atmósfera de este planeta y las temperaturas abrasadoras han dificultado bastante su análisis.
Los nuevos hallazgos: se centran en las estructuras en forma de anillo conocidas como coronas, grandes cantidades de material volcánico del interior del planeta, que son señal de actividad geológica. Los investigadores simularon cómo deberían ser las coronas activas del planeta basándose en los datos térmicos recopilados por el orbitador Venus Express de la Agencia Espacial Europea (cuya misión finalizó en 2014). Con estas simulaciones, los investigadores sabían qué características de la superficie deberían buscar para identificar las coronas activas. Específicamente, tendrían trincheras alrededor de sus anillos exteriores y protuberancias en los bordes de las trincheras.
Luego, buscaron estas características en imágenes infrarrojas de la topografía de Venus, recogidas por la sonda Magellan de la NASA a principios de la década de 1990. En total, identificaron y mapearon 133 estructuras en forma de corona, 37 de las cuales probablemente habían sido grandes puntos calientes volcánicos que estallaron en los últimos dos millones de años más o menos (hace muy poco en escalas de tiempo geológico).
La mayoría de los sitios estaban ubicados en una formación parecida a un cinturón alrededor del planeta, que los investigadores denominaron el Anillo de Fuego. Estas coronas son mucho más grandes que cualquier objeto de la Tierra: la más larga, Artemis, se extiende por más de 2.000 kilómetros de diámetro. (El volcán activo más grande de la Tierra, Mauna Loa en Hawái, tiene solo 120 kilómetros de diámetro.
Implicaciones: Los hallazgos sugieren que Venus es más activo de lo que pensábamos, por lo menos en la superficie. Pero las simulaciones de la reciente actividad tectónica y magmática no pueden decirnos nada específico sobre lo que realmente ocurre en el interior de Venus. La única forma de confirmar la actividad volcánica en curso sería estudiando el planeta a través de las misiones de naves espaciales capaces de analizar la superficie. Los nuevos hallazgos podrían ayudar a reforzar el apoyo para la misión propuesta por la NASA que consistiría en mapear la superficie de Venus y proporcionar nuevos datos sobre su geología.