Aunque algunas investigaciones preliminares al principio de la pandemia parecían sugerir que la gente con grupo sanguíneo tipo A tenía más probabilidades de contagiarse por coronavirus y sufrir casos más graves, nuevos trabajos más detallados no detectan ninguna relación entre la sangre y la enfermedad
Las primeras evidencias: ya en marzo, investigadores chinos analizaron los grupos sanguíneos de 2.173 contagiados en Wuhan y Shenzhen (ambas en China) y compararon los resultados con los estudios de grupos sanguíneos de los habitantes sanos en la misma región. Descubrieron que el 38 % de los enfermos de coronavirus (COVID-19) tenían el grupo sanguíneo tipo A, en comparación con solo el 31 % de las personas sanas encuestadas. En cambio, el grupo sanguíneo tipo 0 parecía reducir el riesgo, con el 26 % de los casos infectados con este grupo frente al 34 % de las personas sanas. Además, los pacientes del grupo A representaron una mayor proporción de muertes relacionadas con la COVID-19 que cualquier otro grupo sanguíneo. Otro estudio de la Universidad de Columbia (EE. UU.) encontró tendencias similares: las personas del grupo sanguíneo tipo A tenían un 34 % más de probabilidades de dar positivo en la prueba del coronavirus, mientras que los del grupo 0 o AB tenían una menor probabilidad de dar positivo en ese test.
La cosa se complica: ninguno de estos estudios ha sido revisado por pares. Pero otro que sí lo fue, un estudio del genoma publicado en la revista New England Journal of Medicine (NEJM, por sus siglas en inglés) el 17 de junio, analizó los datos genéticos de más de 1.600 enfermos con COVID-19 hospitalizados en Italia y España, comparando sus genes con los de 2.200 personas no contagiadas. Los investigadores encontraron dos variantes genéticas en dos regiones del genoma asociadas con una mayor probabilidad de síntomas graves de COVID-19, incluida una región que determina el grupo sanguíneo. En general, los pacientes con grupo sanguíneo A tenían un 45 % más de riesgo de experimentar insuficiencia respiratoria después de contraer la COVID-19, mientras que los del grupo 0 tenían una reducción del riesgo del 35 %.
Pero los estudios más recientes parecen tirar por tierra las conclusiones de los anteriores. Investigadores del Hospital Presbiteriano de la Universidad de Columbia en Nueva York y del Hospital General de Massachusetts (ambos en EE. UU.) revisaron los registros médicos de miles de enfermos por COVID-19. Los resultados preliminares del primer hospital sugieren que los pacientes con grupo sanguíneo tipo A en realidad tenían un menor riesgo de acabar conectados a un respirador; mientras que el estudio del otro hospital (que es revisado por pares) muestra que las personas con grupo tipo 0 tenían una probabilidad ligeramente menor de contraer la COVID-19, y el grupo sanguíneo en general no tuvo un efecto significativo sobre la gravedad de la enfermedad ni con las probabilidades de muerte.
Razones desconocidas: si el grupo sanguíneo realmente está relacionado con el riesgo de COVID-19, los científicos aún no saben cuáles serían las causas. Los autores del estudio publicado en NEJM plantean la hipótesis de que las proteínas que definen la sangre del grupo A y B podrían afectar a la producción de anticuerpos del sistema inmunológico y, tal vez, como resultado estos grupos sanguíneos tienen una respuesta inmunológica más lenta. Los genes que determinan el grupo sanguíneo también podrían estar relacionados con el receptor ACE2 que el coronavirus utiliza para infectar las células humanas.
Dudas: además de los dos estudios realizados en los hospitales, existen errores metodológicos en los primeros estudios que se han llevado a cabo hasta ahora. El estudio publicado en NEJM, por ejemplo, utilizó un grupo de control compuesto principalmente por donantes de sangre con un número desproporcionadamente mayor de personas de grupo tipo 0 que la población general (cualquiera puede recibir sangre de grupo 0). Además, el grupo sanguíneo se dedujo en función de los genes en lugar de mediante un análisis directo de las células sanguíneas, algo que no es tan preciso.
En cualquier caso, el grupo sanguíneo no parece estar entre los factores de riesgo más significativos que distinguen los casos leves de los graves. Los factores de mayor riesgo siguen siendo la edad y las patologías previas. Y las personas con grupo 0 no son inmunes a la infección grave.