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Biotecnología

Las cuatro grandes incógnitas sobre la inmunidad contra el coronavirus

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Hemos depositado todas nuestras esperanzas en la llegada de una vacuna, pero, para que sea efectiva y saber a quién hay que vacunar, necesitamos responder algunas preguntas clave como cuánto dura la inmunidad, qué grado de protección debería ofrecer y qué factores influyen en la inmunidad

  • por Neel V. Patel | traducido por Ana Milutinovic
  • 24 Junio, 2020

Seguimos sin estar muy seguros de cómo funciona la inmunidad contra el coronavirus (COVID-19). Sin embargo, a medida que nos acercamos a la creación de una vacuna, depositamos nuestras esperanzas en que la inmunidad colectiva nos permitiría reabrir las comunidades de manera segura, lo que hace que las dudas sobre ella sean cada vez más apremiantes. Presentamos algunas de las incógnitas más importantes que todavía estamos intentando resolver. 

¿Cuál es el nivel de inmunidad necesario? Cuando la mayoría de las personas (es decir, la sociedad en general) habla de la inmunidad, se refiere a la protección contra una enfermedad. Pero para muchas enfermedades infecciosas, "inmune" y "no inmune" es un concepto más gradual que binario. El virólogo de la Universidad de Tulane (EE. UU.) Robert Garry señala que la vacuna contra la gripe, por ejemplo, no ofrece protección absoluta, sino que está diseñada para prevenir una infección significativa y evitar "una gran caída por un precipicio".

Cuando hablamos de inmunidad contra la COVID-19, nos referimos principalmente a la producción de anticuerpos por parte del sistema inmunológico de nuestro cuerpo. Pero esto también resulta engañoso. Un estudio publicado este mes en preprint, que midió los niveles de anticuerpos en los pacientes de Londres (Reino Unido), encontró que entre el 2 % y el 8,5 % de los sujetos ni siquiera desarrolló anticuerpos detectables. Los que pertenecen a este grupo y sobrevivieron al contagio (generalmente personas más jóvenes) probablemente tuvieron que luchar contra la infección a través del sistema inmunitario mediado por las células (glóbulos blancos y citoquinas que atacan y matan directamente a los patógenos) en vez de los anticuerpos que neutralizan el virus. 

¿Cuánto dura la inmunidad a la COVID-19 después del contagio? Realmente no tenemos ni idea todavía. Hemos visto informaciones esporádicas de que algunas personas en el mundo han enfermado dos veces por COVID-19, y hasta ahora no se sabe por qué. Está bien documentado que algunas infecciones causadas por otros tipos de coronavirus solo confieren inmunidad temporal, que a veces no dura más de unos pocos meses. La COVID-19 podría seguir el mismo patrón, pero es demasiado pronto para saberlo. 

¿Qué factores influyen en la inmunidad? Como señala la profesora de la Escuela de Salud Pública TH Chan de la Universidad de Harvard (EE. UU.) Sarah Fortune, ya se sabe muy bien que la inmunidad contra una enfermedad infecciosa está relacionada con la fuerza y durabilidad de la respuesta inmunológica durante la infección. Es probable que una enfermedad que causa síntomas graves conduzca a una respuesta inmunológica más fuerte, lo que también ayudaría a fomentar una inmunidad sólida y duradera en el futuro. Por otro lado, un caso leve o asintomático probablemente produzca niveles más bajos de anticuerpos, como se encontró en los pacientes con COVID-19 en el nuevo estudio publicado en Nature Medicine el pasado jueves.

En el estudio, los investigadores analizaron un pequeño grupo de pacientes asintomáticos con COVID-19 y descubrieron que parecía que desarrollaban niveles más bajos de anticuerpos. A simple vista, esto podría sugerir que estas personas no son tan inmunes a la COVID-19; pero Fortune destaca que aún no se puede sacar ese tipo de conclusiones; podría ser que esos niveles más bajos de anticuerpos aún sean capaces de proteger contra la enfermedad,  como sugiere el nuevo artículo publicado en Nature

Todavía no sabemos cómo difieren los casos asintomáticos y los sintomáticos en términos de la inmunidad, ya que los primeros no se están identificando activamente ni sometiéndose a test de diagnóstico. Tampoco existe una definición universal de lo que se califica como caso asintomático. ¿Es la ausencia total de los síntomas? ¿Qué pasa si existen síntomas moderados?

Otra investigación ha demostrado que "los que tienen inflamación muestran una respuesta inmunológica más detectable y posiblemente más sólida", añade el decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Drexel (EE. UU.), Charles Cairns. Todas estas crecientes pruebas podrían subrayar la importancia de la respuesta inmunológica mediada por las células para combatir el coronavirus. 

¿Qué significa esto para el desarrollo de una vacuna?  A riesgo de sonar como un disco rayado: aún no lo sabemos. Como ya se ha mencionado, todavía no estamos seguros de qué tipo de inmunidad contra la COVID-19 obtendremos de una vacuna: total o solo la protección contra los peores síntomas. Fortune cree que para los enfermos de COVID-19, es probable que consigamos una verdadera protección, pero no lo sabemos con seguridad, y no es algo que se pueda calcular a partir de los niveles de anticuerpos. Solo con los ensayos de fase III (que medirán directamente la eficacia de la vacuna) tendremos una mejor idea de cuál es la relación entre los niveles de anticuerpos y la inmunidad, y qué tipo de respuesta inmunológica se debería conseguir con una vacuna para proporcionar una verdadera protección.

Si resulta que la exposición previa a la COVID-19 no garantiza una inmunidad permanente o fuerte, se recomendaría la vacunación casi total. Y los ensayos clínicos para estudiar la seguridad y la eficacia de la vacuna deberán incluir también a las personas contagiadas previamente.

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