Este hito médico podría aumentar el número de trasplantes exitosos y salvar miles de vidas. El enfoque consiste en reducir la temperatura del órgano hasta -6 °C sin que se congele y luego volverlo a calentar con una lenta transfusión de sangre templada
Un equipo de investigación afirma que ha sumergido con éxito un conjunto hígados humanos a temperaturas bajo cero y luego los han vuelto a calentar. Y lo más importante, estos órganos "superenfriados" todavía estaban en buen estado tras 27 horas, lo que añade casi un día de duración a la vida útil de los hígados fuera del cuerpo.
La investigación forma parte de un proyecto más amplio centrado en aprender a mantener los órganos operativos fuera del cuerpo durante períodos más largos. El investigador de órganos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard (EE. UU.) responsable proyecto y de un laboratorio en el Hospital General de Massachusetts (EE. UU.), Korkut Uygun, detalla: "Lo que realmente necesitamos es un programa Apolo para crear un nuevo paradigma para la preservación y el trasplante de órganos. Creemos que todas las tecnologías clave ya están disponibles o son fácilmente accesibles".
A pesar de que España es líder mundial en trasplantes, el suministro de corazones, riñones e hígados de donantes, generalmente víctimas de accidentes, es muy limitado. En Estados Unidos, el Sistema Nacional de Registros y los centros de trasplantes se coordinan para transportar los órganos por el aire en refrigeradores para ser trasplantados en cirugías de urgencia.
Los órganos no pueden simplemente congelarse y almacenarse porque formaría cristales de hielo que les causarían daños irreparables. Así que el equipo de Uygun ha usado una técnica llamada superenfriamiento, que permite reducir la temperatura del agua a -6 °C sin congelarla.
El grupo de Harvard previamente había conseguido superenfriar hígados de ratas, pero sus homólogos humanos son 200 veces más grandes, y preservarlos ha sido un "objetivo difícil de alcanzar", hasta ahora. Así lo afirma su investigación, publicada la semana pasada en la revista Nature Biotechnology. El texto detalla que el equipo encontró formas de introducir productos químicos de "preacondicionamiento" en los hígados humanos y enfriarlos de manera uniforme hasta llevarlos a un estado de "animación suspendida".
A temperaturas tan bajas, los procesos físicos disminuyen drásticamente. Después, el equipo reactivó los hígados mediante una lenta transfusión de sangre tibia.
El frío no es la única herramienta para mantener un órgano en buena forma. Los investigadores también han tenido éxito manteniendo órganos unidos a sistemas circulatorios artificiales. Estos enfoque incluso han logrado que los corazones de los donantes se hayan mantenido latiendo fuera del cuerpo y han conseguido reactivar la circulación de cerebros de cerdos después de su muerte.
Uygun concluye: "En mi opinión, la tecnología clave es la perfusión mecánica". El equipo estima que el 30 % de todas las muertes solo en EE. UU. podrían evitarse mediante un trasplante de órganos.