La científica Joan B. Mannick está estudiando un compuesto que aumenta la respuesta inmune del organismo y que podría convertirse en el primer fármaco dirigido a la biología del envejecimiento humano. Los primeros resultados llegarán en 2020 y, si son positivos, podrían revolucionar el sector
Uno de los medicamentos actuales más prometedores contra el envejecimiento tiene una larga historia. En 1999, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos aprobó la rapamicina como inmunosupresor para evitar el rechazo de órganos trasplantados. Más tarde, los científicos encontraron que el compuesto interfería en todo tipo de procesos biológicos.
El "objetivo de la rapamicina en mamíferos" (o mTOR, por sus siglas en inglés) incluye la función inmunológica y la inflamación. Los experimentos también mostraron que la rapamicina era capaz de alargar la vida útil de levaduras, gusanos y ratones. ¿Podría hacer lo mismo en humanos?
El medicamento se dirige a personas de 65 años o más para aumentar la respuesta inmunitaria para combatir las infecciones del tracto respiratorio, la séptima causa principal de muerte en personas mayores. Los resultados se esperan a mediados de 2020.
En la actualidad, no hay una manera fiable de probar el potencial de la rapamicina para retrasar el envejecimiento humano. Así que los investigadores se han centrado en un aspecto importante del envejecimiento, la disminución de la función inmune, para ver si los medicamentos que imitan a la rapamicina podrían mejorar la función inmunitaria en personas mayores.
La cofundadora y directora médica de la empresa biotecnológica resTORbio, una rama de Novartis en 2017, Joan B. Mannick, está llevando a cabo ensayos clínicos con RTB101. Se trata de un candidato a medicamento a la vanguardia de los esfuerzos para frenar el declive de la respuesta inmunitaria relacionado con la edad. Mannick asegura que tendremos las primeras respuestas sobre el potencial de este compuesto contra el envejecimiento llegarán dentro de un año.
En 2009, una serie de experimentos mostraron que las moléculas que bloquean la vía de rapamicina alargaron la vida útil de animales de laboratorio. ¿Ha seguido ese trabajo?
Sí. En esa época, en 2010, fui a la Nueva Unidad de Descubrimiento de Indicaciones de Noveartis. Allí podíamos elegir indicaciones no tradicionales de las grandes farmacéuticas que podían haberse perdido en el desarrollo de medicamentos. El área en la que quería trabajar era el envejecimiento. Le propuse a Novartis que examinara los efectos del compuesto análogo de rapamicina de Novartis, un medicamento contra el cáncer, en una enfermedad relacionada con el envejecimiento humano.
¿Por qué eligió la función inmune de pacientes de Nueva Zelanda y Australia?
Tuvimos que pensar cuál era la variable relacionada con el envejecimiento que podíamos evaluar en un período relativamente corto de tiempo en un ensayo clínico. Y decidimos que lo primero que íbamos a estudiar iba a ser la función inmune. Cuando a los animales viejos reciben inhibidores de TORC1 [fármacos que bloquean la vía TOR], su función inmune mejora y responden mejor a la vacunación antigripal. En el primer estudio, lo primero que hicimos fue decir: ¿Pueden las personas mayores responder mejor a una vacuna antigripal cuando se les administra un inhibidor de TORC1? Y en el momento en el que llevábamos a cabo este ensayo, la temporada de frío y gripe se estaba dando en el hemisferio sur, en Australia y Nueva Zelanda.
El estudio demostró que el fármaco mejoró su función inmune en un 20 %. ¿Fue una sorpresa?
Estábamos entrando en un territorio desconocido. Nadie había estudiado todavía si la inhibición de TORC1 tenía algún beneficio en el envejecimiento humano. Así que sí, ese fue uno de esos grandes momentos de la investigación, cuando se obtienen los datos, y son positivos.
¿Cómo se explica la paradoja de la rapamicina, que se ha utilizado para suprimir el sistema inmunitario tras trasplantes de órganos pero en este caso mejora la función inmune?
"El campo no está a una década de distancia. Aún no lo sabemos, y tenemos que esperar los resultados del ensayo. Pero si este resultado es positivo, tendremos un producto dirigido a la biología del envejecimiento".
Cuando se utiliza como agente inmunosupresor, se administra en dosis altas. Cuando estudiamos sus efectos en la modulación de la función inmune, utilizamos dosis mucho más bajas o intermitentes, y ahí es donde realmente mejora la función inmune.
Otra cosa interesante es que, a medida que envejecemos, la vía mTOR se vuelve hiperactiva en algunos tejidos. Así que, en lugar de desactivarlo, que es lo que intentamos hacer en pacientes trasplantados, basta con bajar el mTOR a niveles "más jóvenes". Esto puede ser beneficioso para las enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
¿Puede adelantar algo sobre los resultados provisionales del medicamento que su empresa está probando en ensayos clínicos avanzados?
No podemos decir nada sobre los resultados provisionales. Los veremos en 2020.
Lo fascinante de todo esto, aunque no sé si el sector del envejecimiento es consciente, es que este nuestro enfoque ha llegado más lejos que cualquier otro en el campo del envejecimiento. Tenemos dos ensayos de fase III dirigidos a la biología del envejecimiento, para prevenir enfermedades relacionadas con el envejecimiento de seres humanos, cuyos resultados se verán en un año. ¡Eso es importantísimo!
El campo no está a una década de distancia. Aunque aún tenemos que esperar los resultados del ensayo, si son positivos y si las autoridades sanitarias aprueban este medicamento (dos cosas obligatorias), tendremos un producto para las personas dirigido a la biología del envejecimiento capaz de prevenir enfermedades relacionadas con el envejecimiento. No sólo dentro de nuestra vida, sino en cuestión de años.
Creo que todo lamenta que falte una década, pero, ¡en realidad esto es muy pronto!