Una píldora inteligente podría permitir a los doctores saber el momento en que los pacientes han tomado sus medicamentos.
El armario de medicinas del futuro podría servir para asegurarnos de que los pacientes se toman sus medicamentos a tiempo gracias a una serie de tecnologías inteligentes. Ya existen envases de medicamentos que de forma inalámbrica informan a un ordenador en el momento en que se abre la tapa, y dispositivos para dispensar medicamentos de forma automática en el momento adecuado, así como para recordar a los pacientes que deben tomar sus medicamentos.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Florida acaba de diseñar una píldora inteligente con una antena y un microchip de reducido tamaño que podría enviar una señal al alcanzar el estómago del paciente—informando después a un teléfono móvil o a un ordenador de que la medicina ha sido tomada. Su diseño es lo último dentro de una serie de acciones de alta tecnología dentro del campo de la información generada por píldoras para mejorar la adherencia del paciente y proporcionar una información exacta.
La píldora prototipo se compone de una cápsula de píldora estándar, envuelta en una fina etiqueta grabada en nano-tinta de plata, que incluye una antena. El equipo también dotó a la etiqueta de un pequeño microchip, que puede ser cargado con sensores para detectar mediciones como la temperatura corporal o los niveles de pH. Tanto la antena como el microchip se comunican con un transmisor externo, que los investigadores señalan podría configurarse como dispositivo portátil, a modo de pulsera. El transmisor envía pulsos de baja frecuencia al cuerpo; la antena de la pastilla sintoniza la frecuencia específica del transmisor y envía sus pulsos, junto con los datos recogidos en el microchip, posiblemente incluyendo la hora en que el paciente ingirió la píldora, y el tipo de píldora que se tomó.
Daniel Touchette, profesor asistente de práctica farmacéutica en la Universidad de Illinois en Chicago, estudia el uso de la tecnología para mejorar la disciplina del paciente. "Con la tuberculosis o las enfermedades mentales, en las que hay que asegurarse de que se están tomando las medicinas, este sistema permitiría asegurarnos de que la gente está tomando sus medicamentos, y potencialmente reduciría el tiempo de vigilancia", afirma Touchette, que no estuvo involucrado en la investigación.
Estas píldoras inteligentes también pueden ayudar a que las empresas farmacéuticas pongan a prueba nuevos medicamentos. En la actualidad, la forma principal en que las compañías pueden hacer un seguimiento de si los sujetos toman un determinado fármaco o placebo es a través de los diarios de los pacientes, que pueden ser fácilmente manipulados para sesgar los resultados de una prueba del medicamento. Para contrarrestar este problema, las compañías ponen a prueba el fármaco en poblaciones muy grandes de sujetos, para así obtener resultados estadísticamente relevantes, lo cual puede resultar caro.
Rizwan Bashirullah, profesor asistente de ingeniería eléctrica e informática en la Universidad de Florida, afirma que las pastillas capaces de informar sobre cuándo han sido ingeridas podrían mejorar significativamente la precisión de una prueba de fármacos, y potencialmente reducir los costes. Él y sus colegas han creado una empresa, eTect, para seguir desarrollando el sistema de píldoras inteligentes y ofrecerlas a las compañías farmacéuticas.
"Todo esto consistiría en la creación de algo que pudiera meterse en una cápsula y dentro de un sistema de manufacturación a gran escala", señala Bashirullah. "Del mismo modo en que etiquetamos una pastilla de Tylenol, tenemos en mente un sistema de impresión que pudiera imprimir miles de pastillas por segundo".
Bashirullah afirma que una gran ventaja de la píldora inteligente es que no requiere baterías. En vez de ello, la antena de la píldora recoge la energía del transmisor de baja frecuencia. El equipo ha probado hasta ahora la píldora inteligente en modelos que simulan las propiedades eléctricas de un cuerpo humano. Fueron capaces de encontrar una señal de baja frecuencia que provocase una respuesta de la antena de la píldora dentro de un margen de algunos milisegundos.
Maysam Ghovanloo, profesor asistente de ingeniería eléctrica e informática en el Georgia Institute of Technology, ha diseñado una píldora inteligente similar que contiene un diminuto imán. Un collar magnético usado por el paciente crea un campo magnético sólo cuando se detecta la píldora magnetizada en el tracto digestivo. Además, una empresa llamada Proteus Biomedical ha diseñado una píldora inteligente marcada con una sustancia química que reacciona con el ácido del estómago para producir una señal eléctrica que puede ser transmitida a un receptor externo.
Ghovanloo señala que estos dos diseños de la competencia emplean receptores externos relativamente pasivos. "El problema está en la píldora, en el hecho de que se anuncie e identifique a sí misma", afirma Ghovanloo. Por el contrario, el diseño de la Universidad de la Florida se basa más en el transmisor externo para enviar señales, en busca de la presencia de una pastilla.
"La cuestión es, ¿cuánta energía se puede almacenar en ese reloj de pulsera para que sea suficiente?", afirma Ghovanloo. "Si logran resolver ese problema, la ventaja sería la simplicidad y el reducido tamaño de la píldora."
Como solución energética, Bashirullah sugiere que el sistema podría estar asociado con otras tecnologías, tales como recordatorios automatizados procedentes de teléfonos móviles que por un momento podrían encender el transmisor externo para buscar la presencia de una pastilla.
"Tiene que estar integrado con otras tecnologías", afirma Bashirullah. "Desde luego vamos a encontrarnos con limitaciones en cuanto a la energía; y eso es algo que estamos tratando de resolver en este momento."