Una startup tiene como objetivo reparar los daños en el corazón con péptidos que activen la proliferación de células del corazón.
Aunque se creía que el corazón humano era incapaz de regenerarse, cada vez hay más evidencias que muestran que incluso el corazón adulto puede generar nuevas células, aunque de forma lenta. Roger Hajjar, director del Centro de Investigación Cardiovascular de la Escuela de Medicina Mount Sinai, en Nueva York, y Bernhard Kuhn, cardiólogo del Hospital Infantil de Boston, tienen como objetivo aprovechar esta capacidad regenerativa para cambiar la forma en que se tratan las enfermedades del corazón. Juntos han cofundado una empresa llamada CardioHeal, con sede en Brookline, Massachusetts, para desarrollar fármacos basados en péptidos que puedan estimular el crecimiento de nuevas células del músculo del corazón en el cuerpo humano.
Los científicos han identificado un par de péptidos capaces de estimular el crecimiento de células nuevas y mejorar la función cardiaca en roedores a los que se les había inducido un ataque al corazón. El laboratorio de Hajjar en Mount Sinai está probando en la actualidad uno de los péptidos, llamado periostina, en cerdos inducidos para sufrir ataques cardíacos. Debido a que estos animales tienen un corazón de tamaño similar al de los seres humanos, son un buen modelo para probar nuevas terapias antes de proceder con los ensayos clínicos humanos. Los resultados preliminares muestran que inyectar el péptido en el pericardio, la membrana que recubre el corazón, parece ser de ayuda. "No vuelven completamente a la normalidad, pero están mucho mejor", afirma Hajjar.
Los investigadores esperan que las moléculas, en última instancia, proporcionen un método alternativo para el tratamiento de enfermedades del corazón. En la actualidad, a las personas que sufren un ataque al corazón se les suministran medicamentos, tales como los bloqueadores beta, para que sea más fácil que el corazón lata, y se les somete a cirugía para limpiar las arterias bloqueadas. "No obstante, ninguno de ellos tiene como objetivo hacer crecer músculo nuevo en el corazón después de un infarto de miocardio", afirma Kuhn. El cardiólogo señala que los pacientes frecuentemente le preguntan si el tratamiento está disponible, y esa es una razón, entre otras, por la que decidió fundar la empresa. "He estado recibiendo solicitudes de pacientes durante un par de años, pero no hemos empezado un ciclo de pruebas ni tenemos previsto comenzarlo a corto plazo."
El método de Cardioheal, en cierta medida, compite con las terapias de células madre, que ya están siendo probadas en humanos. Los científicos están trabajando en distintas formas de recolección y distribución de células madre para pacientes con enfermedades del corazón, y hasta la fecha los ensayos clínicos han arrojado resultados desiguales. Las células trasplantadas parecen tener dificultades para sobrevivir e integrarse en su nuevo ambiente. De hecho, algunos científicos sugieren que los beneficios de los trasplantes de células provienen de la capacidad de las células para estimular el crecimiento innato. Activar este proceso con péptidos "puede ser un método de tratamiento más simple para ciertas enfermedades como la cardiomiopatía, que consiste en un agrandamiento del corazón y la falta de células viables contráctiles del músculo cardíaco", afirma Amish Raval, cardiólogo de la Universidad de Wisconsin, en Madison, y que no está involucrado en la compañía.
Cardioheal aún tiene que solucionar una serie de cuestiones antes de poner a prueba los péptidos en pacientes. "¿Cuál es la forma menos invasiva de alcanzar el corazón del paciente?" se pregunta Hajjar. "¿En qué momento después de un ataque al corazón se llevaría a cabo el proceso—¿de forma temprana, más tarde, cuando un paciente desarrolle insuficiencia cardiaca congestiva? Los investigadores afirman que no han observado efectos adversos en los animales tratados, aunque hay que llevar a cabo pruebas de seguridad más extensas antes de proceder con los ensayos en seres humanos. "La formación de tumores, la formación de tejido muscular no cardiaco, el hecho de poder provocar arritmias peligrosas, todo esto debe ser evaluado de forma sistemática en modelos animales con un amplio rango de pruebas", señala Ravel. "Me interesaría saber si en realidad las células cardíacas se integran en el corazón, o si se contraen sólo de forma independiente. Debe darse una integración eléctrica y mecánica para que este tratamiento funcione. "