Un nuevo método para el tratamiento del cáncer de hueso se está poniendo a prueba en perros.
A principios de febrero, Melissa Dauvalt notó que su San Bernardo, Juno, tenía un bulto en una de sus patas delanteras que le hacía cojear. Las pruebas confirmaron que el perro había desarrollado un osteosarcoma, un tumor óseo agresivo y difícil de tratar que ocurre con más frecuencia en niños adolescentes y perros de razas grandes. Dauvalt es veterinaria, por lo que sabía que el tratamiento más eficaz sería la amputación. Sin embargo no podía soportar la idea de que su perro, de 165 libras de peso, tuviese que caminar usando sólo tres patas. "Es un perro grande," afirma Dauvalt. "La amputación no era una opción que quisiera considerar."
De ese modo, Dauvalt ofreció a su perro como voluntario dentro de un ensayo clínico en la Universidad Texas A&M, donde un grupo de veterinarios está probando una nueva tecnología capaz de emitir radiación directamente sobre tumores en huesos sólidos. Durante un procedimiento de dos horas llevado a cabo el 12 de marzo, los veterinarios utilizaron un taladro del tamaño de un cepillo de dientes eléctrico para inyectar un isótopo radioactivo directamente dentro del tumor, con la esperanza de poder contraerlo sin por ello dañar los tejidos colindantes. Todo lo aprendido tras la experiencia con Juno—y con otros perros durante las pruebas—ayudará a los científicos a determinar si tales tratamientos de radiación altamente orientados también podrían funcionar en humanos.
El osteosarcoma afecta a alrededor de 900 personas cada año en los Estados Unidos, aproximadamente la mitad de las cuales son menores de 20 años, según la Sociedad Americana del Cáncer. Algunos tumores se pueden eliminar con eficacia, pero lo que hace que la enfermedad sea tan devastadora es su tendencia a la dispersión: Uno de cada cuatro casos de nuevo diagnóstico ya ha sufrido metástasis, y la tasa de supervivencia a largo plazo es inferior al 25 por ciento, afirma Crystal Mackall, jefa de la Unidad de Oncología Pediátrica del Instituto Nacional del Cáncer.
El osteosarcoma es genéticamente similar en perros y humanos, por lo que las pruebas llevadas a cabo por los veterinarios suponen un importante laboratorio para la investigación de terapias humanas. "Los perros desarrollan cáncer de forma natural, y comparten nuestro entorno," señala Melissa Paoloni, científica del Programa de Oncología Comparativa del NCI. Esto ofrece la oportunidad de probar nuevos tratamientos potenciales en sujetos que no sean roedores, los cuales tienen que ser modificados para desarrollar el cáncer y, por lo tanto, probablemente no reflejen con exactitud la experiencia humana. Cerca de 6.000 nuevos casos de osteosarcoma canino son diagnosticados cada año, según la Fundación Nacional de Cáncer Canino.
El taladro fue idea de Stan Stearns, fundador y presidente de Valco Instruments, fabricante de productos sanitarios con sede en Houston. Stearns perdió a su San Bernardo, Gabriel, debido a un osteosarcoma en 2008. Después de dedicar un año a salvar la vida de Gabriel, Stearns llegó a la conclusión de que la radiación de haz externo—el tipo de radiación que comúnmente se utiliza para tratar el cáncer—no era realmente eficaz con los tumores de hueso, y suponía un riesgo demasiado alto para los tejidos sanos colindantes. Sin embargo, después de leer sobre una serie de experimentos que habían utilizado herramientas de biopsia para suministrar medicamentos directamente a los huesos, tuvo una revelación. "Valco había desarrollado un catéter que, pensé, podría ser la base de un taladro lo suficientemente flexible como para usarse alrededor de las esquinas," excavar entre los huesos, y proporcionar la radiación directamente a los tumores, señala Stearns.
Los ingenieros de Valco desarrollaron el taladro en cuestión de meses, y más tarde se asociaron con la startup IsoTherapeutics, cerca de Angleton, Texas, para formular la solución radiactiva. IsoTherapeutics fue fundada en 2005 por dos veteranos de Dow Chemical, que se propusieron desarrollar "radiofármacos"—compuestos radiactivos destinados a reducir los tumores. Combinaron un radioisótopo llamado itrio-90 con una fórmula patentada que evita que el compuesto viaje más allá del tumor. El taladro hace varios pequeños agujeros en el hueso que rodea al tumor y, a continuación, libera cantidades microscópicas del compuesto en cada agujero. Puesto que el itrio-90 emite beta partículas de alta energía, "podemos cubrir todo el tumor con una dosis mínima," afirma Keith Frank, cofundador de IsoTherapeutics. Además, el itrio-90 no emite radiación gamma, con lo que se reduce riesgo de exposición a la radiación para las personas que trabajan con el compuesto.
Los veterinarios de Texas A&M que llevaron a cabo el procedimiento con Juno se guiaron por un escáner PET/CT de alta potencia. "Pudimos ver el contorno de la pierna a la perfección," señala Fossum. Después de que el equipo hubiese inyectado un agente de contraste capaz de unirse a la glucosa en los tumores, el escáner PET/CT "nos mostró dónde inyectar el radioisótopo," afirma Theresa Fossum, profesora de cirugía veterinaria en la universidad.
Hasta el momento, un total de dieciséis perros han sido tratados con el procedimiento experimental dentro de varias escuelas de veterinaria, afirma Frank. Aunque es demasiado pronto para cuantificar los resultados, señala, "siempre observamos una reducción del dolor, y sin duda un aumento en la cuota de supervivencia." Frank cree que el procedimiento también funcionará con otros tipos de tumores en los huesos. IsoTherapeutics se encuentra actualmente en conversaciones con investigadores que quieran probar la técnica en mujeres con cáncer de mama que se haya extendido por metástasis a los huesos, afirma Frank.
En cuanto a Juno, pudo caminar sin cojear 10 días después del tratamiento. Se someterá a quimioterapia para atacar cualquier tipo de células cancerosas latentes, y después se le hará un escáner de seguimiento en aproximadamente seis meses. Su propietaria, Dauvalt, afirma que no se arrepiente, independientemente de cuál podría haber sido el resultado. "Tenemos que encontrar modos distintos de tratar el cáncer," afirma. "Creí que era una oportunidad no sólo para ayudar a mi perro, sino posiblemente para ayudar a las personas."