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Biotecnología

Una empresa financiada con Bitcoin quiere crear bebés de diseño DIY

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El escándalo de las gemelas chinas editadas con CRISPR demostró que cualquiera con los recursos necesarios puede llevar a cabo un proyecto como este. Y eso es justo lo que intenta esta empresa formada por un científico y un programador a los que no les asustan las regulaciones

  • por Antonio Regalado | traducido por Ana Milutinovic
  • 09 Abril, 2019

El mecanógrafo Bryan Bishop, conocido por su velocidad al teclado, escribía velozmente una cordial solicitud a un destacado futurista de Reino Unido desde su casa de Austin (EE.UU.). Quería consejos para su "start-up de bebés de diseño".

Desde hace unos años, este programador e inversor de Bitcoin de 29 años publica comentarios en internet sobre "mejora" humana. Es lo que se conoce como un transhumanista: confía en el potencial de la tecnología para mejorar la especie humana. Pasó mucho tiempo animando a otros a hacer algo con respecto a nuestra condición. Finalmente decidió hacerlo por sí mismo.

Según el correo electrónico, enviado en mayo, Bishop y su socio, Max Berry, el excientífico de laboratorio de una empresa de biotecnología, estaban "creando una empresa especializada en bebés de diseño e ingeniería genética de la línea germinal humana". El joven indica que "el trabajo de laboratorio ha comenzado" y que ya tiene una "pareja de padres como cliente inicial".

En su correo, pedía consejos éticos que le ayudaran a conseguir el apoyo del famoso experto en genética de la Universidad de Harvard (EE.UU.), George Church, cuyo registro de posibles mejoras genéticas (un conjunto de genes con nombres como PCSK9 y CCR5, presentado en docenas de charlas) ha sido denominado como la "lista de deseos" de la era post-humana.

Bishop espera hacer realidad estas posibilidades. Una copia de su propuesta de negocios muestra que su proyecto espera poder ayudar a que los padres tengan hijos transgénicos capaces de "desarrollar músculos sin tener que levantar pesas", que posean los genes asociados a la longevidad de los "supercentenarios" o que tengan el tipo de sangre AB + para poder recibir una transfusión de cualquier tipo.

Los diseñadores de bebés entusiastas Bryan Bishop (izquierda) y Max Berry durante la conferencia de escritura del Proyecto Genoma.

Foto: Los entusiastas diseñadores de bebés Bryan Bishop (izquierda) y Max Berry en la conferencia Genome Project-Write. Créditos: MIT Technology Review

El pasado noviembre, un científico chino afirmó haber traído al mundo a los dos primeros bebés modificados genéticamente, una noticia que provocó una protesta mundial y que podría suponer penas severas en China para el científico responsable. Desde que MIT Technology Review destapó la noticia de He Jiankui, los líderes científicos internacionales se han apresurado a intentar frenar las intenciones del próximo investigador "deshonesto". Algunos han pedido una moratoria estricta sobre los bebés modificados genéticamente. Otros creen que lo que se necesita son criterios técnicos detallados y pautas médicas, para que los embriones de fecundación in vitro (FIV) puedan modificarse de manera segura y para los fines con los que la comunidad médica esté de acuerdo. Expertos en la edición genética de China, EE. UU. y Reino Unido planean crear otro comité especial que lo ponga todo bajo control.

Aunque las nuevas pautas y el rechazo público pueden frenar a los científicos que dependen de subvenciones gubernamentales, esta estrategia no sirve de nada en casos como el de Bishop. Este autodeclarado "biohacker hazlo-tú-mismo" (DIY – do it yourself) afirma haber invertido miles de euros en promover su propia visión para incorporar superpoderes genéticos en recién nacidos.

Hace un par de meses, una persona preocupada me envió una copia de las diapositivas para la recaudación de fondos que describían el plan de negocio de Bishop. El documento proyectaba la generación de miles de millones de euros en ingresos por la creación de cientos de miles de bebés mejorados genéticamente. Esta persona, que pidió permanecer en el anonimato, no estaba segura de si se trataba de una "tontería" o de algo "terriblemente viable". Me dijo que le preocupaba que los transhumanistas estuvieran intentando poner en práctica sus ideas para mejorar la especie, y eso fue lo que le impulsó a dar la alarma sobre Bishop.

Según las diapositivas, los humanos diseñados no se crearían como en China, inyectando las moléculas de edición genética en un óvulo en el momento de la fertilización. En lugar de eso, para dejarnos con la boca abierta, la propuesta prevé realizar una terapia génica en los testículos de un voluntario. De esa manera, los espermatozoides portadores de ADN mejorado podrían usarse para dejar a una mujer embarazada. Según su plan, Bishop y Berry creen que podrían pasar rápidamente de las pruebas con animales a un primer voluntario con algo menos de dos millones de euros. "Resultado: el primer ser humano con esperma transgénico, y comenzaríamos a aceptar pedidos anticipados", afirma la diapositiva sobre la financiación.

El profesor del postdoctorado en el Instituto Francis Crick de Londres (Reino Unido) Güneş Taylor, quien también recibió una copia de la propuesta, alerta: "Creo que se trata de un enfoque muy equivocado y profundamente preocupante sobre la modificación genética en humanos. Su afirmación de contar con un primer participante también resulta extremadamente preocupante".

El plan de negocio de "bebés de diseño" de Bishop

Otros afirman que la presentación de lanzamiento bordea lo absurdo. Los dos empresarios, por ejemplo, afirman que el mercado potencial de su tecnología es "toda la humanidad  del futuro". "Mi reacción general se basa en preguntarme si me lo tengo que tomar en serio", comenta el profesor asistente en la Universidad de Columbia (EE. UU.) Samuel Sternberg. Y plantea la idea de que el objetivo real de Bishop sea "resultar provocador al máximo para estar en el centro de atención".

Otras personas al tanto de los planes de Bishop también creen que no son más que palabrería, pero tal vez no sea del todo así. El propio George Church, quien afirma que habló con Bishop, afirma: "Su idea está mucho menos avanzada que la de Jiankui He, quien tenía muchos fondos y conocimientos relevantes". Church reconoce que el método del esperma "es técnicamente viable", aunque cree que "requerirá una gran depuración".

El experto me dijo: "Definitivamente podría ocurrir, por eso debemos hablar de ello". Este genetista, que trabaja como asesor para un gran número de empresas genéticas, afirma que ha rechazado el puesto en la compañía de Bishop. En lugar de eso, le dijo que debería buscar consejos éticos y la aprobación de la Agencia Estadounidense del Medicamento (FDA), así como realizar los adecuados ensayos clínicos si decide continuar. Church añade: "Doy consejos a casi todos, especialmente si creo que lo necesitan".

Chico bitcoin

Durante una entrevista telefónica, Bishop y Berry se negaron a dar el nombre de su posible cliente o a decir si alguno de ellos planeaba ofrecerse como voluntario. Bishop, de complexión ancha y con una altura de 1,83 metros, señaló que le gustaría ver una mejora relacionada con un gen para controlar el peso. Afirmaron que solo habían comenzado un estudio preliminar en animales y que estaban lejos de intentar crear un bebé a la carta. Bishop destacó que podría llevar algunos años. El joven afirmó: "No hemos empezado con humanos todavía, pero sí creemos que es ético. La gente ha lanzado una especie de caza de brujas para encontrar irregularidades. Me temo que no van a encontrar nada".

Más allá de la genética, Bishop es muy conocido en el campo de las criptomonedas. Hasta hace poco trabajó en LedgerX, una casa de intercambio de Bitcoin, y una vez agregó algunas líneas de código al software subyacente que mantiene la moneda digital. Pero sus funciones públicas más visibles han sido como moderador en foros de discusión, dando conferencias y publicando transcripciones, que él mismo hacía. Dos días después de la entrevista telefónica, en mi correo electrónico apareció una transcripción de todo lo que me había dicho. El encargado de la competición de mecanografía online Type Racer, Noah Horn, afirma que Bishop "está en el percentil más alto de todos los mecanógrafos del mundo en inglés", con una velocidad de 173.66 palabras por minuto.

El CEO de la start-up de terapia genética Humane Genomics, Andrew Hessel, quien afirma que conoce a Bishop desde hace varios años, detalla: "Lo describo como lo más parecido a la forma humana de la inteligencia artificial. Es un fantasma metido dentro de una máquina".

Conocí a Bishop en mayo pasado en una conferencia científica llamada Genome Project – Write, organizada por Church en un campus de Harvard que concentra a personas interesadas en las aplicaciones futuristas de la ingeniería genética. En aquel momento, Bishop me explicó que estaba trabajando en un proyecto de bebés de diseño, pero fue su trabajo en Bitcoin, que en ese momento valía 7.950 euros la unidad, lo que me llamó la atención. ¿Podría el niño de la camisa safari ser inmensamente rico? Sin duda la idea de crear un bebé CRISPR y pagarlo con bitcoins tenía sentido. Le hice una foto y le dije que deberíamos estar en contacto.

Entonces no había ninguna razón para tomar a Bishop muy en serio. Pero eso cambió después de las noticias de las gemelas CRISPR de China. Casi nadie esperaba que los primeros bebés modificados genéticamente nacieran tan pronto. Ahora está claro que la posibilidad de mejorar el genoma humano tiene un atractivo irresistible. He ignoró los consejos de algunos colegas que le advertían que no procediera. Pero al mismo tiempo, había señales de aprobación tácita. Durante el verano, un consejo de ética líder en Reino Unido cambió una opinión previa, con un informe en el que afirmaba que no había nada esencialmente malo en tratar de "influir" en las habilidades, cuerpos o apariencias de los niños mediante cambios en su ADN.

Algunos apasionados de la biología DIY tampoco creen que los gobiernos deban decidir sobre lo que sucede en los genomas de las personas, y algunos ya se han autoadministrado terapias genéticas no probadas. Estos experimentos han sido, en su mayor parte, espectáculos para acaparar la atención. Un empresario que clavó una jeringa llena de ADN en su muslo fue encontrado muerto más tarde en un tanque de aislamiento sensorial, una muerte declarada como accidente. El biohacker Josiah Zayner se inyectó lo que dijo que eran ingredientes de edición genética durante una conferencia de San Francisco (EE.UU.) en 2017.

En resumen, en la comunidad de biohackers, la idea de que alguien intente modificar sus propias células productoras de esperma no sería tan disparatada. Hessel afirma: "Si Bryan dice que tiene la intención de modificar a otro humano, yo diría: 'No, estás loco'. Pero si quisiera hacérselo a sí mismo, le diría: 'Bueno'".

Esperma de Mississippi

Nunca averigüé si Bishop tenía una fortuna en bitcoins. Él afirmaba haber "creado y perdido millones de euros" en la moneda digital volátil, pero empezó a mostrarse escéptico en cuanto los bitcoins empezaron a perder valor, lo que tal vez le hizo perder la oportunidad de conseguir una verdadera y excepcional fortuna digital. Aun así, es un programador que puede cobrar más de 500 euros la hora, según su agente, Michael Solomon, de 10X Management en Nueva York (EE.UU.), una empresa que representa a los programadores de software independientes.

Eso significa que Bishop tiene más dinero que otros biólogos hazlo-tú-mismo y puede dirigir sus esfuerzos, ya sea comprando equipos o asignándoles puestos de trabajo. "Muchos biohackers provienen de orígenes bastante modestos", señala Zayner, que dirige la empresa de suministros The Odin genéticos, que vende kits de CRISPR por 139 euros.

Una persona a la que Bishop proporcionó recursos recientemente es el trabajador de la industria petrolera y criador de perros de Mississippi (EE.UU.) David Ishee, que fue noticia por intentar modificar genéticamente a sus propios perros. Trabajando en un hangar convertido en un laboratorio, Ishee ha estado mezclando ADN de medusa con esperma de mastín, con la esperanza de crear cachorros brillantes. Todavía no lo ha logrado, a pesar de haber inseminado al menos a seis perras con el esperma modificado.

Ishee me contó que, después de reunirse con Bishop y Berry, también intentó añadir ADN modificado a una muestra de su propio esperma. Fue Bishop quien le envió dinero por PayPal para que pudiera comprar los reactivos necesarios. Ishee recuerda: "Me consiguió algunos kits de coloración de ADN fluorescentes. Cuestan unos 175 euros. Para mí, eso es caro. Solo me dijo: 'Si logras algo, házmelo saber'. Obviamente, nunca traté de fecundar a nadie con eso, ja ja".

Por su experiencia con los perros, Ishee cree que no hay ninguna posibilidad de que un biólogo hazlo-tú-mismo pueda crear un bebé de diseño en sus ratos libres. El científico amateur afirma: "¿Están los biólogos DIY cerca de crear un bebé CRISPR? No, ni remotamente. Pero si un hombre rico paga a un científico para que haga el trabajo, va a ocurrir".

Y agrega: "Su reportaje no va sobre Bryan, sino sobre el espacio intermedio invisible, una capa de biotecnología ubicada en una zona gris del mercado y la ciencia donde las personas con recursos pueden hacerlo todo". Le pregunté si pensaba que Bishop y Berry podrían lograrlo, y me respondió: "No tengo ni idea. Obviamente, solo Max y Bryan no pueden, tiene que haber una mujer involucrada. Supongo que lo tienen planeado. Porque la pregunta '¿quiere usted tener mi bebé mutante?' es un poco extraña para iniciar una conversación ".

Un laboratorio en Ucrania

En enero, me uní a Bishop y Berry en una visita virtual a un laboratorio ucraniano que están financiando para realizar experimentos exploratorios en ratones. Forma parte del Instituto de Gerontología de la Academia de Ciencias Médicas de Ucrania en Kiev. La cara de nuestro guía, Dmytro Krasnienkov, apareció a través de Skype frente a una planta y un cartel que decía "HAZ MÁS DE LO QUE TE HACE FELIZ".

Bishop organizó el recorrido después de que le pidiera que demostrara si había algún fundamento científico en su proyecto. Krasnienkov, con una bata blanca, llevó su portátil a través de las salas que contenían láseres, micromanipuladores y áreas para el cultivo de células. Más tarde en un correo electrónico me explicó que compartían el espacio con el instituto y una compañía privada del país llamada Geron, que analiza la telomerasa, un biomarcador del envejecimiento (y que no debe confundirse con la compañía estadounidense del mismo nombre). Krasnienkov añadió: "Esta es la zona de reposo, el lugar donde podemos dormir durante los experimentos".

Un investigador en el Instituto de Gerontología en Kiev, Ucrania, donde un biohacker estadounidense ha pagado por la investigación utilizando Bitcoin.

Foto: Un investigador en el Instituto de Gerontología en Kiev, Ucrania, donde el biohacker estadounidense financia la investigación mediante Bitcoin. Créditos: Instituto de Gerontología

"La cobertura wifi de su laboratorio es bastante buena", observó Bishop. También le interesó el recorrido, ya que aún no ha viajado a Ucrania a pesar de haber pagado por los experimentos en bitcoins. Tras detenerse ante una plataforma con un microscopio sobre ella, el ucraniano afirmó: "Aquí es donde hacemos las cirugías".

Previamente, Bishop me había enviado una foto de un ratón desollado y tendido bajo el microscopio, así como un primer plano de contraste rastreable que se inyectaba en sus testículos. Krasnienkov afirmó que habían llevado a cabo experimentos con unos 30 ratones hasta ahora. En pocos casos, los investigadores han tenido un relativo éxito al incorporar el material genético en los testículos de los animales. Para lograrlo es necesario inyectar hebras invisibles de ADN y luego aplicar una descarga eléctrica para que las células productoras de esperma incorporen la carga genética. Hasta el momento, no se han obtenido crías de los ratones transgénicos.

Durante nuestra llamada por Skype, Krasnienkov expresó que aún no estaba preparado para ver humanos modificados a través del esperma, al menos no hasta que se realicen más investigaciones. El investigador dijo: "No quiero que nadie lo haga corriendo. No quiero hacer algo demasiado rápido". Añadió que Ucrania es un país pobre. El salario medio roza los 300 euros al mes. "No hay mucho apoyo financiero del Gobierno, ni siquiera antes de la guerra era bueno" destacó, refiriéndose al conflicto con los separatistas del Este apoyados por Rusia. Esa es una de las razones por las que las instalaciones estatales aceptan proyectos desde el extranjero, pero Krasnienkov agregó: "Hemos aceptado este proyecto porque estamos interesados ​​en él".

Sin respuesta

Desde que comencé a hablar por teléfono con Bishop en diciembre, él y Berry empezaron a dudar del método de la alteración de esperma. Berry, licenciado en Biología, cree que deberían adaptar una técnica llamada "Velocimouse", inventada por una compañía de biotecnología de Nueva York (EE.UU.) para diseñar ratones con ADN personalizado rápidamente. El método utilizaría un embrión humano de FIV, al que primero se le despojaría de sus células madre y luego, tras someterlo a los pasos de ingeniería genética necesarios, sería inyectado en un segundo embrión. Sería una forma radical de crear un bebé humano.

Es posible descartar el esfuerzo de Bishop y Berry alegando que probablemente no llegará a ninguna parte. Pero también será difícil contener a otros interesados en crear bebés de diseño. En un correo electrónico, Barry me preguntó: "¿La FDA comenzaría a derribar puertas si ofreciéramos a los padres esta tecnología en un entorno privado y con su consentimiento?. Supongo que habrá batallas legales, en las que espero que nos financien y apoyen". Actualmente, crear un bebé modificado genéticamente es ilegal en cualquier parte del mundo, aunque en algunos países como Ucrania las leyes son más flexibles. Bishop es escéptico sobre el papel que pueden desempeñar las regulaciones, una lección que afirma haber aprendido cuando trabajaba con Bitcoin, una moneda digital fuera del control de cualquier banco central.

En general, la comunidad científica criticó los experimentos de China, pero los biohackers como Bishop y Zayner creen que He está recibiendo un trato demasiado duro por intentar dar el siguiente paso obvio en la historia humana. Durante la cumbre internacional celebrada en Hong Kong (China) en noviembre, donde He fue llamado a explicarse, Bishop fue uno de los más de un millón de personas que le vieron online, y parte de la tal vez mayor audiencia en la historia de un discurso científico.

Bishop transcribió rápidamente los comentarios del científico, que mantiene publicados en su perfil de Twitter. "Si este es un terreno resbaladizo, entonces quiero resbalar", escribió en Twitter.

Después de la debacle china, algunas personas que defendían fuertemente la mejora humana han empezado a publicar opiniones más cautelosas, incluso sobre los propios biohackers. Una de ellas es el filósofo del Instituto del Futuro de la Humanidad de Oxford Julian Savulescu. El intelectual, conocido por defender que los padres deberían usar la ingeniería genética para tener los "mejores" hijos que puedan, ya sean más inteligentes o más morales, afirmó recientemente: "Simpatizo con el movimiento transhumanista, pero si este es el resultado, creo que es un caso de intentar correr antes de caminar".

Colorantes y material genético que se inyecta en un ratón.

Foto: Contraste y material genético que se inyecta en los testículos de un ratón en un laboratorio ucraniano. Créditos: Instituto de Gerontología.

Bishop me dijo que ninguno de los expertos en ética a los que escribió le habían contestado. Me puse en contacto con el futurista Anders Sandberg, al que Bishop pidió consejo en mayo pasado y también reside en la Universidad de Oxford. "Tenía que haber respondido", me dijo Sandberg, un personaje muy influyente en el movimiento transhumanista y escribe sobre temas como la moralidad de los coches autónomos y la posibilidad de preservar fetos criogenizados como alternativa al aborto.

El experto continuó: "Estoy diciendo abiertamente que la mejora podría ser algo bueno, y es un objetivo médico válido", pero también cree que los programadores informáticos como Bishop adolecen de una forma peculiar de arrogancia: "Todo les parece código. Son solo letras, no puede ser tan difícil. Pero la mayoría de los biólogos saben que esos pobres chicos, van a descubrir que no es tan fácil".

Y continuó: "Bryan no me parece tan loco, parece una persona razonable. Si tiene una compañía que ofrece algo, necesita demostrar que puede proporcionarlo, y eso va a ser complicado. Si tuviera que usar esta tecnología en mi hijo, bueno, tendría que estar muy bien estudiada. No quiero ser el padre de un conejillo de Indias. Va a ser difícil demostrar que funciona. Espero que podamos obtener el modelo correcto de bebés de diseño, pero hacerlo demasiado pronto, demasiado temprano, dará lugar a una reacción violenta, algo muy malo. No estamos del todo preparados para esto".

Terminé preguntándome por las motivaciones subyacentes de Bishop. Mientras me hablaba libremente sobre sus ideas, se calló cuando le pregunté sobre su origen familiar. Nunca supe por qué, en el fondo, se había obsesionado con la mejora humana, con escalar la doble hélice. Bishop sintió que estas preguntas eran "demasiado personales". Sus motivaciones, continuó, eran complicadas. En otro correo electrónico me dijo: "¿Se podría decir que fui mordido por un escritor de ciencia ficción radioactivo?"

*Morgen Peck ha contribuido a este artículo

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