Ante las medidas del Gobierno chino que prohíben las ICO y los intercambios de monedas digitales, los empresarios del país han respondido con una serie de estrategias que pasan por debajo del radar gubernamental
El 4 de septiembre de 2017, a las 23:00, Chuan Zhang entró en su cuenta de Huobi.com, una popular página web china para la compraventa criptomonedas. Zhang quería vender todos sus bitcoins, y aunque perdió casi 55.000 euros, no tenía otra opción.
Ese mismo día, el Gobierno chino había dado un golpe mortal a su creciente mercado de criptomonedas. Aunque no las ilegalizó ni tampoco prohibió su minado, sí prohibió las ofertas iniciales de moneda (ICO) y las transacciones de intercambio de criptomonedas nacionales. Esta medida provocó que los criptoactivos de muchas personas perdieran su valor. La venta criptomonedas que tuvo lugar ese día fue tan masiva que provocó que los ingresos por venta de las criptomonedas de Zhang tardaran cuatro días en llegar a su cuenta. En un día cualquiera, este proceso suele tardar media hora en realizarse. Pero, de hecho, si Zhang fue capaz de venderlas, fue gracias a un retraso entre la prohibición del Gobierno y la orden de cierre de los intercambios.
En su época más candente, durante los últimos dos meses de 2016, las transacciones en yuanes representaron más del 90 % del volumen de comercio global de Bitcoin, de acuerdo con Morgan Stanley. En octubre de 2017, un mes después de la prohibición del Gobierno Chino, esa cifra se redujo a menos del 10 %. Desde entonces, las autoridades han endurecido las cosas aún más, acabando con algunas lagunas que permitían a los inversores comerciar con criptomonedas en sitios web extranjeros. En enero, el banco central del país propuso limitar el suministro de energía a la industria de minería de bitcoin de China. Actualmente, China concentra dos tercios de la capacidad del procesamiento mundial dedicada a dicha actividad, que en su mayoría se lleva a cabo en áreas escasamente pobladas con abundantes excedentes de electricidad. Las autoridades locales están aplicando las restricciones al azar.
Pero las criptomonedas no han muerto en China. De hecho, las medidas restrictivas del Gobierno pueden haber desencadenado inadvertidamente una ola de innovación que podría resolver algunos de los problemas de las criptomonedas en todas partes, no solo en China (ver La represión china no ha matado a Bitcoin, lo ha hecho más fuerte).
Nuevos tipos de intercambios
Las casas de cambio de criptomonedas gestionan las transacciones entre una moneda digital y otra distinta, así como los intercambios entre monedas digitales y monedas fiduciarias tradicionales. Pero mientras que las criptomonedas están (al menos en teoría) descentralizadas y ninguna organización las controla, los intercambios suelen ser administrados por una sola empresa, al igual que las bolsas ordinarias. Este es uno de los puntos débiles más grandes de las criptomonedas (ver Las casas de cambio se cargan la seguridad de las criptomonedas).
De hecho, esto crea una gran cantidad de problemas potenciales. Las casas de cambio de criptomonedas se han convertido en uno de los principales objetivos de los hackers porque, al igual que los bancos, controlan los activos de los inversores. Las negociaciones internas son difíciles de prevenir. Y hay cientos de casas de cambio repartidas en todo el mundo, lo que termina por generar un sistema financiero fragmentado e ineficiente: por lo general los titulares de cuentas en una casa de cambio no tienen acceso rápido a las mejores ofertas de otras casas.
Por todas estas razones, el exdirector de una casa de cambio centralizada en Shanghái (China) Daniel Wang decidió fundar un proyecto llamado Loopring. Se trata de una plataforma de software de código abierto que cualquiera puede usar para realizar intercambios descentralizados. Es una especie de mercado para las transacciones de criptomonedas que no retiene los activos de los inversores. En lugar de eso, todos los activos y transacciones se registran en una blockchain pública, al igual que cualquier cadena de bloques sobre las que funcionan las criptomonedas. Eso evita el uso de información privilegiada, ya que cualquiera puede ver las transacciones registradas en la cadena de bloques. Los contratos inteligentes en la cadena de bloques regulan la forma en que se hacen los pedidos. Cuando aparece una coincidencia, las partes transfieren la moneda entre sí de forma electrónica.
La campaña china contra las criptomonedas debería haber acabado con Loopring cuando aún estaba en sus inicios. Wang, a quien se le ocurrió la idea en 2016, acababa de recaudar dinero para su proyecto a través de una ICO tres semanas antes de que el Gobierno prohibiera las ICO y exigiera la devolución del dinero recaudado. Pero los inversores no dejaron de apoyar a Wang, por lo que pudo conservar parte de su inversión para continuar con el proyecto.
El propio intercambio descentralizado de Loopring se encuentra alojado en Amazon Web Services, y en abril ya estaba listo para comenzar a ofrecer sus servicios de intercambio. Y dado que Loopring también es un software de código abierto que cualquiera puede usar para fijar un intercambio, es relativamente resistente a las restricciones de cualquier país. Ahora, Wang pasa mucho tiempo en Nueva York (EE. UU.) intentando conseguir que Loopring se popularice en la comunidad criptográfica estadounidense. En su opinión, si intercambiar activos digitales en blockchain se convierte en una práctica generalizada, será más difícil bloquearlo en un país como China. "Cerrarlo reduciría la competitividad internacional [de un país]", apunta su creador.
Del "token de humo" a las ventas reales
La campaña de septiembre del Gobierno chino contra las criptomonedas también incluyó la prohibición de las ICO, una especie de crowdfunding basado en criptomonedas. En China, al igual que en otros lugares, las ICO habían adquirido una reputación bastante mala (ver Las ofertas iniciales de moneda, bajo el ojo del huracán en 2018). Las empresas que intentan recaudar fondos en poco tiempo están vendiendo tokens digitales, o "monedas". En teoría, estos tokens servirían para comprar acceso a algún producto o servicio en el futuro, pero a menudo las empresas no cumplían su promesa. En China apareció un término para describir este fenómeno: kongqibi, o "token de humo" (ver "Algunas ICO se aprovechan de la desesperación de las personas").
La prohibición de las ICO suprimió este crowdfunding digital, pero no solucionó la raíz del problema. La recaudación ilegal de fondos de todo tipo ha continuado en China porque el sector bancario tradicional sigue favoreciendo a las grandes corporaciones y las empresas estatales. Así que las pequeñas empresas y los empresarios necesitan utilizar un sistema bancario en la sombra para satisfacer sus necesidades de financiación.
Pero aunque ahora la venta de tokens para recaudar fondos es ilegal, el simple hecho de emitir un token digital no está explícitamente prohibido. Por ello, a pesar de la prohibición de las ICO, algunas personas están llevando a cabo algunos experimentos con tokens.
Una empresa vanguardista es Spectra Ventures, con sede en Pekín (China). La compañía se lanzó alrededor de un mes después de la represión china de septiembre. Sus fundadores Iris Zhang y Aaron Chen han trabajado en la banca de inversión y en la comunidad de criptomonedas de China. Gracias a su experiencia para evaluar tanto a las empresas que desean emitir tokens como a los compradores de esos tokens, asesoran a las compañías sobre cómo fijar el precio de los tokens, cuántos emitir y cómo apuntarse a un intercambio de criptomonedas. Para sortear las restricciones sobre las ventas de tokens, Spectra no se involucra en el crowdfunding de los inversores minoristas chinos, sino que se limita a trabajar con fondos de criptomonedas registrados en el extranjero.
La cofundadora cuenta que es muy normal que, en una semana, un proyecto recaude entre 10.000 y 40.000 ethers (la criptomoneda de Ethereum). Según el tipo de cambio que había a principios de abril, esa cantidad de ethers vale entre tres millones de euros y 13 millones de euros. Entre los proyectos que ya han ofrecido tokens a través de Spectra Ventures destacan una aplicación para fanáticos del fútbol y otra de mensajería instantánea que permite a los usuarios transferir criptomonedas entre sí.
Puede que parezca que estas actividades van en contra de las órdenes del Gobierno chino. Pero en cierto sentido, puede que sean justo lo que los funcionarios chinos querían ver tras las prohibiciones.
En la orden de septiembre, las autoridades hablaron sobre "evitar el caos del mercado, fortalecer la información de los inversores y salvaguardar colectivamente el orden financiero natural". China no odia las criptomonedas; de hecho, su banco central está desarrollando su propia moneda digital fiduciaria (ver La primera criptomoneda que convivirá con el dinero tradicional podría ser china). "Una moneda digital generará un nuevo ecosistema financiero", explica el decano de la Academia de Finanzas de Internet de la Universidad de Zhejiang (China), Shenglin Ben. Y añade que el propósito de la prohibición del Gobierno es frenar la especulación excesiva y dar tiempo a las autoridades para actualizar sus capacidades regulatorias.
Algunos de los intercambios de criptomonedas centralizados que China prohibió el año pasado todavía existen. Solo tuvieron que establecer sus servidores en el extranjero y, de hecho, hasta mediados de marzo, era posible acceder a sus servidores desde China. Ahora sido bloqueados, aunque los usuarios chinos aún pueden acceder a ellos a través de redes virtuales privadas. El sitio utilizado por Chuan Zhang y sus amigos inversores, Huobi.com, está en una de ellas.
Después de la ola de pánico del año pasado, Zhang y sus amigos volvieron a invertir los ahorros que les quedaban en criptomonedas. Pero esta vez, no planean venderlas. Antes de la prohibición de septiembre, veían las criptomonedas como una forma de asegurar su frágil bienestar financiero. Ahora se ha convertido en una especie de fe. "Es algo que no se puede eliminar. Definitivamente valdrán mucho en el futuro", concluye Long Zhang, de 30 años, que es íntimo amigo de Chuan Zhang.