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Merijn Hos

Tecnología y Sociedad

IA en la nube, la próxima nueva tecnología más lucrativa de la historia

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Amazon, Google y Microsoft están peleándose por dominar el negocio de proporcionar servicios de inteligencia artificial a través de la computación en la nube. El ganador será quien decida el siguiente sistema operativo dominante del futuro

  • por Peter Burrows | traducido por Mariana Díaz
  • 26 Marzo, 2018

La esposa de Swami Sivasubramanian se pasó años queriendo ver a los osos que salían del bosque en las noches de verano para robar los contenedores de basura de su casa en los suburbios de Seattle (EE. UU.). Así que durante las vacaciones de Navidad, Sivasubramanian, que dirige la división de Inteligencia Artificial (IA) de Amazon, comenzó a trabajar en un sistema con el que su mujer pudiera observarlos.

De momento, el responsable ya ha conseguido un modelo informático entrenado para identificar osos e ignorar mapaches, perros y corredores nocturnos. Para ello, utilizó un servicio en la nube de Amazon llamado SageMaker, un producto de aprendizaje automático diseñado para desarrolladores de aplicaciones sin conocimientos sobre esta tecnología. Sus siguientes pasos incluyen instalar la cámara de vídeo inalámbrica DeepLens de Amazon en su garaje. El dispositivo, que cuesta unos 200 euros y saldrá la venta en junio, contiene un software de aprendizaje profundo para poner en práctica la inteligencia del modelo y enviar una alerta al teléfono móvil de su esposa cuando identifique a un visitante úrsido.

El detector de osos de Sivasubramanian no es precisamente la aplicación más útil de la inteligencia artificial, pero el simple hecho de que exista es una señal de que las capacidades del aprendizaje automático se están volviendo mucho más accesibles. En los últimos tres años, Amazon, Google y Microsoft han ido incorporando funciones como el reconocimiento facial para fotos online y traducción oral de idiomas en sus respectivos servicios en la nube: Amazon Web Services, Google Cloud y Azure. Ahora, los tres gigantes están impacientes por utilizar estas capacidades básicas para crear plataformas basadas en inteligencia artificial que puedan ser utilizadas por casi cualquier tipo de empresa, independientemente de su tamaño y sofisticación técnica (los servicios de inteligencia artificial en la nube han sido una de las tecnologías seleccionadas en nuestra lista de las 10 Tecnologías Emergentes de 2018).

"Ahora mismo, el aprendizaje automático está en el mismo punto en el que estaban las bases de datos relacionales a principios de la década de 1990. Todo el mundo sabía que iban a ser muy útiles en prácticamente todas las empresas, pero muy pocas eran capaces de aprovecharse de ellas", dice Sivasubramanian.

Amazon, Google y Microsoft, y en menor medida empresas como Apple, IBM, Oracle, Salesforce y SAP, cuentan con los recursos informáticos masivos y el talento necesario para construir sistemas de inteligencia artificial que puedan aportar sus beneficios a otras empresas. Y también tienen la urgencia comercial de adquirir una posición dominante en lo que podría convertirse en la megatendencia tecnológica más lucrativa hasta el momento.

"En última instancia, la nube será el vehículo más común para que la mayoría de las empresas se aprovechen de la inteligencia artificial, y la tecnología que permitirá a los proveedores de servicios generar su negocio", dice el analista de CCS Insight Nick McQuire.

Cuantificar las posibles recompensas financieras es difícil, pero para los principales proveedores de inteligencia artificial, es una situación sin precedentes. La IA podría duplicar el tamaño del mercado de la nube para llegar a los cerca de 211.000 millones de euros en los próximos años, dice el director sénior de gestión de productos en la unidad Cloud AI de Google, Rajen Sheth. Y debido a la propia naturaleza del aprendizaje automático, cuantos más datos reciba el sistema, mejores serán las decisiones que tomará, lo que fomentará que los clientes se aferren a su proveedor inicial.

En otras palabras, quien llegue primero a la cima será muy difícil de destronar. "El premio consiste en convertirse en el sistema operativo de la próxima era tecnológica", afirma el investigador de la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York (EE. UU.) Arun Sundararajan, que estudia la influencia de las tecnologías digitales en la economía. Por su parte, el presidente de Avendus Capital US (un banco de inversión), Puneet Shivam confirma: "Los líderes de la IA en la nube se convertirán en las compañías más poderosas de la historia".

No solo Amazon, Google y Microsoft persiguen este dominio. Los gigantes chinos como Alibaba y Baidu se están convirtiendo en fuerzas importantes, particularmente en los mercados asiáticos (ver El futuro de la IA está en manos de China y, sobre todo, de Alibaba). Las principales empresas de software empresarial, incluidas Oracle, Salesforce y SAP, incorporan el aprendizaje automático en sus aplicaciones. Y miles de nuevas empresas relacionadas con la IA también intentan convertirse en los líderes de IA del mañana.

Crédito: Merijn Hos.

¿Quién ganará la carrera?

Amazon, Google y Microsoft ofrecen servicios de reconocimiento facial y otros objetos en fotos y vídeos, para convertir el habla en texto y viceversa, y para realizar tipo de procesamiento del lenguaje natural que permite a Alexa, Siri y a otros asistentes digitales comprender las consultas del usuario realice (o algunas de ellas...).

Hasta el momento, ninguna de estas actividades ha generado ingresos.  Ninguno de los principales actores de la inteligencia artificial se molestan en vender sus servicios de IA en sus llamadas comerciales. Pero eso cambiaría rápidamente para la compañía que logre crear las tecnologías subyacentes y las herramientas de desarrollo necesarias para respaldar la comercialización generalizada del aprendizaje automático. Eso es justo lo que Microsoft hizo con los ordenadores personales con la plataforma de Windows, que millones de desarrolladores usaron para crear programas para PC. Apple hizo lo mismo con iOS, que dio lugar al inicio de la era de las aplicaciones móviles.

Google se puso a la delantera en 2015, cuando atrajo a un montón de desarrolladores con su plataforma TensorFlow, el marco de software que sus propios expertos en IA utilizaron para crear herramientas de aprendizaje automático (ver El regalo de aprendizaje automático que Google le hizo al mundo y a sí misma). Pero desde entonces,  Amazon y Microsoft también han creado tecnologías similares; incluso se unieron en 2017 para crear Gluon, una interfaz de código abierto diseñada para facilitar el uso del aprendizaje automático con o sin TensorFlow.

Las tres compañías continúan trabajando en formas de hacer accesible el aprendizaje automático incluso para gente totalmente inexperta en la inteligencia artificial. Esa era la premisa de SageMaker de Amazon, diseñado para que el proceso de construir aplicaciones de aprendizaje automático no sea mucho más complicado que crear un sitio web. Unas semanas después del anunció de SageMaker el pasado mes de noviembre, Google presentó Cloud AutoML (ver Construya una inteligencia artificial a medida con lo nuevo de Google). La plataforma permite que una empresa pueda alimentar su propia colección de datos con esta tecnología para que, de manera automática, genere un modelo de aprendizaje automático capaz de mejorar el negocio. Google dice que más de 13.000 compañías han pedido probar Cloud AutoML.

"Hay 20 millones de organizaciones en el mundo que podrían beneficiarse del aprendizaje automático, pero no pueden contratar a personas con la experiencia necesarios. Para lograr que haya incluso solo 10 millones de trabajadores capaces de utilizar el aprendizaje automático tenemos que hacer que sea mucho más fácil de usar", afirma el director de Google Brain, Jeff Dean (ver "Era ridículo creer que todo el mundo se iba a convertir en científicos de datos").

Entonces, ¿cuál de estos tres gigantes informáticos está mejor posicionado para ganar la importantísima ventaja que tiene el primer jugador? Todos tienen muchas fortalezas y pocas debilidades obvias.

Veamos el ejemplo de Microsoft. La compañía lleva dos décadas trabajando para encontrar soluciones para problemas de inteligencia artificial, como la visión artificial y el procesamiento del lenguaje natural. La empresa tiene acceso a grandes cantidades de datos valiosos para entrenar a su nube Azure, incluidos los contenidos de Bing, LinkedIn, Skype y las más de 1.000 millones de personas que usan Microsoft Office. En pocas palabras, ninguna otra compañía sabe sobre lo que se necesita para vender, o ayudar a otros desarrolladores a vender software a empresas y otras organizaciones.

Suena bastante bien, hasta que lea el currículum de Google. El gigante de las búsquedas ya se ha convertido en el líder de las investigaciones sobre inteligencia artificial (ver Google se alza como primer investigador del mundo en inteligencia artificial). Para ello se ha centrado en aplicar la IA a problemas verdaderamente ambiciosos, especialmente la construcción de coches autónomos. Ha desarrollado su propia línea de chips para ejecutar su infraestructura de aprendizaje automático.

Desde que presentó TensorFlow, se ha convertido en el campeón del código abierto. Y gracias a su motor de búsqueda, puede tener acceso a más datos que cualquier otra empresa, una información que le proporciona una imagen detallada de nuestros intereses y deseos colectivos. "Están en la mejor posición y tienen mucha ventaja", dice el fundador de 20 años de una start-up de IA llamada Scale, Alexander Wang.El joven experto añade: "Tienen toneladas de datos que podrían monetizar, y los mejores investigadores de aprendizaje automático del mundo".

Luego está Amazon. Con su estilo Apple basado en el secretismo, se le consideró como uno de los principales competidores de la IA hasta hace aproximadamente un año. Pero el secreto de la empresa parecía estar ocultando unas ambiciones radicales. Durante los últimos siete años, cada plan de negocios de Amazon debía incluir un apartado de cómo se integraría con el aprendizaje automático, dice Sivasubramanian. (Este requisito figuraba en las plantillas para formularios que los responsables utilizaban para redactar los planes de negocios e incluían una cláusula entre paréntesis que decía: "Ninguno no es una buena respuesta", cuenta Sivasubramanian).

Aunque Amazon aún no ha publicado demasiadas investigaciones, tiene el 40 % del mercado de la nube y se está moviendo ferozmente para usar esa posición para expandirse al mercado de la IA en la nube. La empresa introdujo algunos servicios nuevos que se usaron solo a nivel interno y de forma limitada. También es la empresa que mayor esfuerzo ha hecho para adquirir otras empresas emergentes especializadas en IA. Su inversión para estas adquisiciones ha sido de más del doble que la de Google y cuatro veces superior a la de Microsoft, dice el CEO de Iterate Studio, Jon Nordmark, un proveedor de servicios de inteligencia artificial.

Amazon está intentando que Alexa domine la próxima gran interfaz de usuario, la voz. Y aunque Google acaparó titulares cuando su algoritmo AlphaGo derrotó a los mayores maestros del Go, Amazon utiliza su experiencia en robótica de fábrica y la logística de entregar millones de paquetes al día. Esto le da una posición aventajada en proyectos de inteligencia artificial que combinan información digital con datos recolectados de sensores del mundo real. "Otras compañías aparecen más en los periódicos, pero Amazon es quien pone los pies en la tierra y avanza", dice Nordmark.

Tal vez sea cierto. Pero mientras que Amazon llevaba mucha delantera cuando presentó Amazon Web Services, ahora el resto de sus competidores no es que esté de brazos cruzados precisamente. El premio es demasiado grande y las oportunidades para el dominio de la IA son demasiado lucrativas.

Que comience el juego.

Peter Burrows es un editor colaborador con sede en California (EE. UU.) que ha cubierto a Silicon Valley durante 25 años.

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