Ubicada en pleno desierto, lleva décadas adaptándose a la escasez de agua con políticas sociales y medidas tecnológicas, pero todo podría ser insuficiente ante la creciente amenaza de la emergencia climática. Estas intervenciones no son infinitas, ¿hasta dónde seremos capaces de llevarlas?
La pequeña ciudad-Estado, que importa agua de Malasia, quiere la autosuficiencia también para hacer frente al crecimiento industrial y de población. Por ello, está probando técnicas de desalinización, mientras recicla hasta el 40 % de sus aguas residuales
Tras meses de advertencias y sequías, en 2017 la capital de Sudáfrica se vio asolada por la escasez hídrica. El Gobierno tuvo que construir plantas desalinizadoras de urgencia y establecer un plan para resistir a unas condiciones de falta de agua que irán a peor por culpa del cambio climático