De todas las universidades estadounidenses que ofrecen cursos en línea gratuitos al mundo entero, la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte (EEUU) está entre las más activas. Sus profesores han llenado la plataforma de aprendizaje a distancia de Coursera con 30 cursos, en campos desde la astronomía hasta las emociones caninas. Desde 2013, la universidad ha dispuesto de un administrador dedicado exclusivamente a las iniciativas educativas digitales y online. Incluso hay una colección de haikus alegres sobre la educación online en la página web de la Universidad de Duke.

"Hace un par de años, la pregunta era ‘¿Deberíamos enseñar en línea o no?", dice la rectora Sally Kornbluth, una genetista de formación. "Esa conversación ya pasó. Ahora es una conversación acerca de qué tipos de cosas innovadoras podemos hacer". En una charla con el colaborador de MIT Technology Review, George Anders, Kornbluth explicó por qué la Universidad de Duke es tan alcista en cuanto a la educación en línea y de las nuevas oportunidades por venir.

Las universidades han dependido de los libros, las clases y los seminarios desde el siglo XIV. ¿Representa el aprendizaje en línea un cuarto canal que pueda hacer la competencia a los demás?

Es complementario. No ha reemplazado a las clases presenciales ni a los libros. Pero no hay duda de que los estudiantes lo consideran otra avenida para conseguir la información que desean. Frecuentemente, actúa como un complemento a los entornos tradicionales. En otras palabras, buscan más información de base. El aprendizaje en línea realmente enriquece la experiencia presencial.

Cuéntame más acerca del aprendizaje mixto – donde los instructores utilizan una mezcla de herramientas online y entornos de aula. ¿Cómo se produce esto en la Universidad de Duke y cuáles son los resultados?

Realizamos mucha educación de "aula invertido". No ha invadido cada rincón de la universidad, pero sí se observan muchas situaciones donde los estudiantes realizan ejercicios online o ven materiales online antes de acudir a clase. Entonces los profesores pueden emplear el tiempo en clase al aprendizaje experimental o las discusiones, en vez de la tradicional entrega de materiales didácticos. Los estudiantes siguen teniendo interacciones en persona con sus compañeros de clase y profesores. Creamos puntos comunes que hacen de interfaz con la tecnología, en lugar de que la tecnología sea totalmente independiente.

¿Qué técnicas específicas de la educación online te parece que cambiarán el terreno de juego?

Estoy muy interesada en la tendencia hacia pequeñas piezas educativas. Los primeros MOOC eran réplicas de la tradicional experiencia de semestre. Sin embargo, ahora vemos a profesores que ofrecen módulos de 15 minutos o cursos emergentes de tres semanas. La gente está experimentando con muchos formatos distintos que rompen con la entrega de contenidos convencional. De hecho, le pillé a mi hijo dando cursos de física de la Universidad de Yale (EEUU), viéndolos al doble de velocidad.

¿Cuál ha sido el impacto de los MOOC sobre la manera en que tus profesores desempeñan su labor?

En la Universidad de Duke ha revitalizado la innovación pedagógica, de manera que sale del espacio online para introducirse en el aula. Puedes coger una asignatura de base, añadir algunos contenidos y luego personalizarlo para la educación de antiguos alumnos o la educación ejecutiva. Puedes interactuar directamente con personas de todo el mundo para atajar un reto común. O si te preguntas cómo puedes leerte 400.000 ensayos, puedes hacer que 400.000 alumnos lean sus ensayos entre sí. Existe mucha potencia aún sin explorar de la que nos podremos aprovechar.

¿Cuáles son algunos de los retos del aprendizaje en línea que no se han resuelto todavía?

Una de las cosas con las que hemos luchado es cómo afecta la enseñanza online a cosas como los ascensos y la permanencia de los profesores. Ahora mismo no juega un papel formal; todavía es sólo un añadido. Y a nivel universitario, no ofrecemos cursos online con crédito académico. Esta constituiría una conversación mucho más seria que necesitaría mucho debate con el profesorado y su aprobación. Realmente desconozco la respuesta a esto en este momento.

¿Cuando se solicita plaza para estudiar en la Universidad de Duke, representa la realización previa de MOOC un factor relevante dentro del proceso de la oficina de admisiones de cribado de candidatos?

Es muy interesante. Aún no hacemos nada a nivel agregado. Pero hemos estado evaluando a niños educados en casa que realizaron algunos de nuestros cursos online para averiguar si pueden trabajar al nivel de la Universidad de Duke. También los profesores que han impartido MOOC han contactado con algunos de sus mejores alumnos a nivel internacional para animarles a que vengan a realizar sus estudios de postgrado aquí. Así que los MOOC están entrando en el universo de nuestros métodos de reclutamiento.

¿Hasta qué punto podemos medir si los estudiantes en línea han llegado a dominar la materia?

Tenemos un proceso de evaluaciones bastante robusto. Tenemos personal dedicado a averiguar si los alumnos realmente están sacando de los cursos todo lo que esperamos. Mi impresión es que va bastante bien.

Los proveedores de educación online todavía están diseñando sus modelos de negocio. ¿Qué enfoques te parecen los más sabios?

Es complicado. Gran parte de la motivación inicial de los MOOC era altruista – conectar a nivel mundial con personas que quizás no dispongan de acceso a una educación al nivel de Duke. Creo que gran parte del profesorado sigue estando muy motivada por esto. Cobrar por ello, el ánimo de lucro, lo reduce. Cobrar por una acreditación parece razonable, pero casi tienes que disponer de exenciones parecidas a las becas de estudio.

¿Has probado tú misma algún MOOC, como estudiante clandestina?

Siempre quise realizar un curso de bioestadística de buena calidad. Probé con uno, pero entonces me di cuenta de que mis habilidades matemáticas de la universidad se habían oxidado tanto que hubiese necesitado dar un curso más introductorio antes. Ahora mismo, simplemente no dispongo del tiempo necesario. Pero cuando me jubile, daré alguno.