El gigante quiere crear nanopartículas que detecten el cáncer y otras dolencias a través del torrente sanguíneo
La semana pasada Google anunció su ambicioso plan para usar nanopartículas magnéticas en sangre para detectar e informar sobre síntomas de cáncer o un infarto inminente. Sin embargo, algunos expertos en nanotecnología han respondido preguntándose si el proyecto de Google es más ciencia ficción que una realidad médica.
"Es muy emocionante que una empresa con ese potencial financiero asuma este enorme reto", afirma el director del Instituto Internacional de Nanotecnología de la Universidad Northwestern (EEUU), Chad Mirkin. Pero considera que lo descrito por Google es "un intento por hacer algo, no un descubrimiento o una vía para llegar ahí". En este momento, explica, la tecnología es especulativa, básicamente es "un buen episodio de Star Trek".
La idea básica de Google no es nada nuevo, los investigadores llevan años desarrollando diagnósticos y tratamientos mediante nanopartículas magnéticas. En la presentación, el director del equipo de Ciencias de la Vida de Google, Andrew Conrad, afirmó "en su esencia, la idea es sencilla".
Pero aunque el concepto sea sencillo, llevarlo a cabo no lo es tanto. Usar nanopartículas en el cuerpo es muy difícil y es improbable que la visión de Google pueda llevarse a cabo a corto plazo.
El principal problema al que se enfrenta el gigante de los buscadores es la biología. Google tiene intención de producir una pastilla de nanopartículas que se pueda tragar. A partir de ahí las nanopartículas entrarían de alguna manera en el flujo sanguíneo, algo para lo que Mirkin afirma hace falta "un gran acto de fe". Una vez en el flujo sanguíneo, se supone que circularán, encontrarán el camino hasta objetivos como células cancerígenas y después se recogerán para tomar medidas. Un imán colocado cerca de vasos sanguíneos superficiales de la muñeca, por ejemplo, podría concentrar las nanopartículas en un mismo punto. Google no explicó cómo mediría una señal de las nanopartículas.
Cada uno de estos pasos es un desafío. Para empezar, las defensas naturales del cuerpo están diseñadas para eliminar cuerpos extraños, explica Mirkin, así que Google tendrá que encontrar una forma de evitarlo.
Además de los desafíos que representan la administración de las nanopartículas y la lectura de las señales que produzcan, otra pregunta clave es si el sistema será seguro, según el profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts (EEUU), Robert Langer. Y el profesor de Georgia Tech (EEUU) John McDonald, explica que, efectivamente, "uno de los grandes obstáculos que tenemos con las nanopartículas magnéticas es su toxicidad", y que "aunque todo es posible, creo que puede haber formas más eficaces de detectar el cáncer y otras enfermedades en sus primeras fases que el enfoque imaginado por Google".