Cambio Climático
Un nuevo método para fabricar hidrógeno que podría potenciar los vehículos de pila de combustible
La empresa química BASF ha descubierto una forma más ecológica de producir hidrógeno, lo que reaviva las esperanzas para los vehículos de pila de combustible.
Nos han vendido los vehículos movidos por hidrógeno como una alternativa ecológica a los vehículos de gasolina, pero uno de los problemas que plantean es que el hidrógeno se suele producir partiendo de un combustible fósil -gas natural- en un proceso que emite mucho CO2.
BASF, la mayor empresa química del mundo, quizá tenga la solución. Está desarrollando un proceso que podría reducir esas emisiones a la mitad, logrando que los vehículos movidos por hidrógeno sean significativamente más ecológicos que los vehículos eléctricos para la mayoría de las localizaciones (los beneficios medioambientales de los coches eléctricos varían dependiendo de cómo se genera la electricidad que consumen). Más allá de proporcionar una fuente más limpia de hidrógeno para los vehículos de pila de combustible, el proceso también podría servir para hacer más limpios algunos procesos industriales, como el refinado de petróleo, que usan grandes cantidades de hidrógeno.
BASF está trabajando en una planta piloto para demostrar la tecnología como parte de un proyecto por valor de 30 millones de dólares (unos 22 millones de euros) financiado en parte por el Gobierno alemán. Una segunda parte del proyecto demostrará una nueva forma de aprovechar las emisiones de dióxido de carbono como materia prima para su uso en la producción de químicos y combustibles al combinarlo con el hidrógeno producido en el proceso de bajas emisiones de BASF.
En su conjunto, estos sistemas podrían crear nuevos mercados para el gas natural, sobre todo en Estados Unidos, donde la fractura hidráulica ha supuesto un aumento importante de la producción. Una forma más limpia de hidrógeno también podría servir para resucitar el interés por los vehículos de pila de combustible. Un puñado de fabricantes automovilísticos tiene planes de empezar a vender modelos de pila de combustible para 2015 (ver ""). La producción convencional de hidrógeno implica hacer reaccionar el metano -el ingrediente principal del gas natural- con oxígeno o agua. Esta reacción produce gas de hidrógeno y, cuando el carbono reacciona con oxígeno, dióxido de carbono.
Los investigadores saben desde hace tiempo que se puede crear hidrógeno sin introducir oxígeno, evitando así la producción de CO2. A una temperatura lo suficientemente elevada, el metano forma hidrógeno y carbono sólido. (Este carbono se puede usar en procesos industriales, como la fabricación de acero). Pero el método no resulta económico.
Y eso tiene que ver en parte con que generar altas temperaturas implica el uso de gran cantidad de energía, y producir dicha energía suele implicar la emisión de dióxido de carbono, lo que anularía el potencial beneficio medioambiental. BASF ha encontrado una forma mejor de reciclar el calor dentro de su sistema, reduciendo de manera significativa la cantidad de energía necesaria. "La producción de hidrógeno será competitiva en términos de coste, con la ventaja añadida de tener una huella de CO2 reducida", afirma Andreas Bode, coordinador del proyecto en BASF.
BASF está trabajando con la acerería ThyssenKrupp para usar el carbono producido en este proceso en la fabricación de acero.
La segunda parte del proyecto es usar el hidrógeno para fabricar productos útiles partiendo del dióxido de carbono. En presencia de nuevos catalizadores desarrollados por BASF, el hidrógeno y el dióxido de carbono forman gas de síntesis (conocido como Syngas), una mezcla principalmente de monóxido de carbono e hidrógeno. El Syngas se usa para fabricar metano y otros productos químicos y combustibles. Usar hidrógeno producido emitiendo relativamente poco dióxido de carbono, sirve para mantener las emisiones globales bajas. La reacción básica se conoce desde hace tiempo, pero BASF cree que sus nuevos catalizadores -cuyos detalles no quiere revelar- pueden hacer que resulte económica. "Es un auténtico avance", afirma Bode.
Aunque encontrar aplicaciones de este tipo para el CO2 probablemente no incida mucho en las emisiones globales de gases de efecto invernadero, el proceso puede ser importante porque permitiría a los productores químicos usar alternativas al petróleo.