Mientras esperan la aparición de baterías más baratas capaces de almacenar más energía, los fabricantes de coches están probando toda una serie de estrategias para compensar por los fallos de las baterías existentes. Entre las últimas está la de BMW para el i3 eléctrico, cuyo lanzamiento está previsto para este año, ofrecer a los clientes coches en préstamo para los viajes largos.

Para compensar por las limitaciones de las baterías existentes, GM ha añadido un motor de gasolina -y una compleja transmisión- a su Volt eléctrico para que sus conductores puedan llevar a cabo viajes largos. Tesla, por su parte, ofrece grandes y carísimos paquetes de baterías para permitir una autonomía que es más del doble de la del Nissan Leaf eléctrico y está instalando una red de estaciones de recarga rápida capaces de recargar las baterías casi del todo en solo una hora. El Model S de Tesla con una autonomía de 440 kilómetros se vende por 80.000 dólares (unos 61.000 euros).

El enfoque de BMW se basa en varios años de pruebas con clientes de prototipos de vehículos eléctricos con una autonomía por carga de unos 165 kilómetros. El fabricante descubrió que la autonomía solo era un problema en un 10 por ciento de los desplazamientos diarios. Ahora planea proporcionar un vehículo de gasolina en préstamo para estos viajes poco frecuentes. "Te ofrecemos una solución en caso de que adquieras este coche y tengas que hacer un viaje de 800 kilómetros", explica Rolf Stromberger, vicepresidente de entorno de negocios y estrategia pública de BMW.

Según Michael Omotoso, analista de LMC Automotive, el coste de un programa de este tipo podría merecerle la pena a BMW, aunque solo sea por su valor en términos de marketing, ya que aborda las preocupaciones de los consumidores respecto a la autonomía y previene la publicidad negativa potencial de conductores frustrados. Este analista señala además que el enfoque seguido por Tesla de recargas rápidas sufrió un contratiempo después de que un periodista que estaba probando la red de recarga se quedara tirado sin energía. Pero afirma que la economía del asunto depende de cómo se plantee el programa de préstamo y con qué frecuencia usarían los conductores los coches en préstamo. BMW afirma que la cantidad de veces que se podría usar un coche en préstamo al año estaría limitada.

BMW también ofrece un motor de gasolina opcional para el i3, posiblemente un motor de motocicleta de dos cilindros. Funcionaría como generador para recargar la batería y sería más pequeño que en el Volt de GM. El depósito de gasolina también sería más pequeño, dando al coche una autonomía total (batería más gasolina) de solo 300 kilómetros, comparados con los casi 660 del Volt.

Stromberger sostiene que el fabricante también está haciendo un uso extensivo de plásticos reforzados con fibra de carbono para sustituir el acero, reduciendo así el peso del vehículo y permitiendo a la empresa usar un paquete de baterías más pequeño y más barato (ver "Los coches adelgazan para cumplir con los estándares energéticos").

Pero el coche -un familiar pequeño- seguirá siendo caro, costando casi lo mismo que las berlinas de serie 5 de BMW, que cuestan unos 40.000 euros.