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La libertad de expresión en la era de su amplificación tecnológica

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Una carta a John Stuart Mill sobre los límites de lo que se puede mostrar o decir en la Red.

  • por Jason Pontin | traducido por Lía Moya (Opinno)
  • 22 Febrero, 2013

Saludos, Pálido Fantasma. No sé qué noticias te llegan al más allá, si existe un boletín diario lleno de cotilleos, el Diario Celestial, con nuestros quehaceres. O si los recién llegados son quienes traen noticias sobre lo que sucede en la Tierra. O si os seguimos importando lo más mínimo. Pero han cambiado muchas cosas desde que falleciste en 1873. Algunos de esos cambios satisfarían a tu espíritu liberal, otros en cambio lo irritarían. Algunos, lo desconcertarían.

El sufragio adulto es universal en los países democráticos: las mujeres, por cuyos derechos peleaste con tanta frecuencia, pueden votar en Gran Bretaña, Estados Unidos, Europa, América Latina y gran parte de Asia, la India incluida. (Esta última debería complacer de forma especial al examinador jefe de correspondencia en India House). Por otra parte, el socialismo disfrutó solo de un éxito históricamente fugaz en algunos países porque entraba en contradicción con los principios liberales que tú defendías. Nadie ha resuelto lo que en tu Autobiografía denominabas "el problema social del futuro": "cómo reunir la mayor libertad de la acción individual con una propiedad común de las materias primas del globo, con una participación equitativa en los beneficios del trabajo combinado".

Los cambios más dramáticos han sido tecnológicos. Menos de un siglo después de que murieras, los ingenieros construyeron un "Integrador y Computador Numérico Electrónico," -heredero de la "máquina analítica" que tu coetáneo Charles Babbage planteó pero no pudo construir-, que se puede programar para usos generales, como esperaba Ada Lovelace. Ahora existen miles de millones de estas computadoras -en los hogares, las oficinas, sobre las paredes, incrustadas en el propio tejido de la vida- y están conectadas mediante una red planetaria denominada Internet, parecida al telégrafo. Las usamos para comunicarnos, escribir y calcular, y para consultar una biblioteca inmaterial que alberga la mayor parte del conocimiento de la humanidad. Resulta difícil de describir.

Lamento decir que la historia de tu reputación es mezclada. Durante décadas, tus obras Un sistema de lógica (1843) y Principios de economía política (1848) fueron los libros de texto estándar. Incluso a finales de la década de 1980, cuando yo estuve en Oxford, se seguían usando. Sin embargo, ambos campos se han formalizado en formas que no podías anticipar y tus libros han sido desbancados por completo. Pero tu lúcido librito Sobre la libertad (1859) ha perdurado, como predijiste: "Es probable que Libertad sobreviva más que cualquier otra cosa que haya escrito, porque... es una especie de libro de texto filosófico sobre una única verdad".

Merece la pena transcribir literalmente esa verdad, que ahora es tan famosa que simplemente se llama "el principio del daño de Mill". Tengo delante de mí la edición en tapa blanda de Sobre la libertad que leí por primera vez en el internado.

El único fin por el cual es justificable que la humanidad, individual o colectivamente, se entremeta en la libertad de acción de uno cualquiera de sus miembros, es la propia protección.... Que la única finalidad por la cual el poder puede, con pleno derecho, ser ejercido sobre un miembro una comunidad civilizada contra su voluntad, es evitar que perjudique a los demás. Su propio bien, ya sea físico o moral no es garante suficiente. En derecho no puede verse obligado a hacer o dejar de hacer porque será mejor para él, porque le hará más feliz, porque en opinión de otros, hacer sería inteligente o incluso correcto...  Sobre sí mismo, sobre su cuerpo y sobre su mente, el individuo es soberano.


John Stuart Mill

Tu principio del daño ha guiado desde entonces a las sociedades abiertas a la hora de regular lo que se puede decir, escribir o mostrar. Es decir, lo que se suele denominar libertad de expresión, el tema de mi misiva. Puesto que aunque la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos ordena que "El Congreso no hará ley alguna... que coarte la libertad de expresión o de la prensa", y la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (1948) afirma "Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión", cualquier persona que reflexione sabe que esta libertad es limitada. La libertad de expresión es un derecho contingente que choca con otros derechos y costumbres, algunos de ellos protegidos explícitamente por leyes, otros sobreentendidos implícitamente, y otros más que no están establecidos pero que cuentan con sus defensores. Sin embargo, aunque esto se reconoce desde hace mucho, la ardua tarea de definir explícitamente los límites de lo que se puede expresar es una actividad relativamente reciente y le debe todo a Sobre la libertad. En Estados Unidos, desde que el Tribunal Supremo fallara en Shenck vs. Estados Unidos (1919), el gobierno ha tenido que demostrar que cualquier expresión que ha querido limitar presentaría "un peligro evidente y real". (Oliver Wendell Holmes, poniendo por escrito la opinión unánime dio el famoso ejemplo de alguien gritando "fuego" en falso en un teatro abarrotado). Posteriormente el tribunal ha elaborado esa prueba para proteger la defensa de acciones ilegales incluso aunque sea "probable" que tenga lugar un crimen grave e inminente. (La sentencia de 1969 en Brandenburg v. Ohio permitía a ­Clarence B­randenburg, un líder del Ku Klux Klan a pedir en un mitin "venganza" contra "negros" y judíos", pero no, por implicación, a instruir a sus seguidores a que lincharan al Sr. Washington del 33 de la calle Linden).

Los tribunales han defendido la difamación, los insultos y la indecencia. No solo en Estados Unidos sino en todos los países comprometidos con proteger este derecho, el estándar para la libertad de expresión se ha convertido en hipotéticamente absolutista. Todo el mundo supone que puede decir lo que quiere sin penalización, a menos que los censores puedan demostrar que la expresión cuestionable dañaría irremediable e inmediatamente a otro.

Tu principio, usando la jerga de los ingenieros "escaló" con la aparición de nuevas tecnologías y circunstancias históricas y según el mundo se iba llenando de más gente. Los críticos señalaron que, muy astutamente, nunca habías llegado a definir "daño", pero que parecía que te referías a un daño físico. Eso era claramente insuficiente en la práctica, y "daño" se expandió en todas partes para incluir daños comerciales, razón por la cual las leyes de derechos de autor circunscriben nítidamente lo que se puede citar o coger como ejemplo sin permiso del autor o editor. Pero tu única verdad se ha mantenido. Hasta ahora.

El acuerdo optimista

Tres sucesos recientes ponen en duda que tu principio pueda seguir escalándose en el futuro. Algunos de los términos y conceptos que voy a usar no te resultarán conocidos. Tengo entendido que  Steve y Aaron se han unido a ti en el edén. Pídeles que te lo expliquen.

Las empresas que poseen los sitios más populares de Estados Unidos están registradas en ese país, que posee la protección más amplia de la libertad de expresión, así como los límites más estrechos para la misma. Obligados legalmente por los límites pero no por las protecciones de la Primera Enmienda y su jurisprudencia, han seguido el estándar estadounidense en las condiciones de servicio que imponen a sus usuarios. Han animado a la libertad de expresión donde sea consistente con sus negocios y limitado expresiones consideradas ilegales en Estados Unidos, como la pornografía infantil, que son prueba de un delito. Es más, las empresas se fundaron en Silicon Valley, en California, cuya cultura política puede parecer desconcertante incluso para otros estadounidenses. (El director ejecutivo de una de estas empresas, Twitter, ha llamado a su empresa "el ala de la libertad de expresión del partido de la libertad de expresión"). Pero como las tecnologías creadas por estas empresas han llegado a tocar a casi todos seres humanos, su entendimiento particular de la libertad de expresión ha chocado con las distintas ideas de qué formas de expresión se consideran legales o adecuadas.

El problema es que "daño" se ha entendido de muy distintas maneras: no existe una definición común. Los países democráticos que no forman parte de la tradición denominada anglosajona, han interpretado la palabra en un sentido más amplio que Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá, Australia o Nueva Zelanda. Debido a dos grandes guerras y el asesinato de seis millones de judíos por el estado alemán, gran parte de Europa prohíbe los discursos políticos asociados con los partidos nacionalistas revanchistas así como las expresiones de odio hacia los judíos. En Escandinavia, muchos tipos de discursos de odio son ilegales porque se considera que lesionan la dignidad individual. Ni siquiera en todos los países anglófonos se acepta una definición estrecha de daño haciendo hincapié en el daño físico o comercial: desde la década de 1970 algunas feministas argumentan que la pornografía es un tipo de violencia contra las mujeres. Es más, la libertad de expresión no se acepta como una libertad universal. China, la última gran tiranía de la tierra, prohíbe cualquier cosa considerada subversiva respecto al mandato del partido comunista. La ley tailandesa no permite criticar al rey. Allá donde la Sharia sea la base del código legislativo de un país (y también en muchos países como la India, donde hay una gran población musulmana), las representaciones del profeta Mahoma son ilegales porque los musulmanes consideran dichas representaciones blasfemas. 

A todos estos países, las empresas estadounidenses han ofrecido un acuerdo optimista. A los gobiernos cuyo entendimiento de la libertad de expresión no coincide con el estándar americano les han prometido: cumpliremos con las leyes locales. A las comunidades convencidas de que una expresión de odio es dañina, les han dicho: censuraremos las palabras de odio. El acuerdo es un parche diseñado por los ingenieros y abogados de Silicon Valle para permitir que distintas concepciones legales y culturales de lo que se puede expresar coexistan en sitios que se usan en todo el mundo. Pero ha sido un parche complicado que ha exigido incómodos acomodos.

En Julio de 2012,  "Sam Bacile," identificado posteriormente por el gobierno de Estados Unidos como un egipcio copto llamado Nakoula Basseley Nakoula, subió dos vídeos cortos a YouTube: "La verdadera vida de Mahoma" y "Tráiler de la película Mahoma". Los vídeos estaban en inglés y pasaban por ser tráileres de un largometraje que nunca se ha estrenado. Ambos representaban a Mahoma como un Don Juan, un homosexual y un pedófilo. Como ejemplos de arte cinematográfico eran risibles. Nakoula, su productor, quería provocar, pero los vídeos languidecieron en YouTube sin ser vistos hasta que en septiembre la televisión egipcia emitió un extracto de dos minutos doblado al árabe. Almas emprendedoras proporcionaron subtítulos en árabe para los vídeos que pronto pasaron a denominarse en conjunto La inocencia de los musulmanes; millones de personas los vieron. Como reacción, algunos musulmanes provocaron disturbios en ciudades de todo el mundo.

Los vídeos colocaron a Google, propietario de YouTube, en una posición difícil. La empresa hace gala de un "sesgo a favor de la libertad de expresión" oficial. Ross LaJeunesse, su director global para la libertad de expresión y las relaciones internacionales afirma "Valoramos la libertad de expresión porque creemos que es lo correcto para nuestros usuarios y para la sociedad en general. Creemos que es lo correcto para Internet y creemos que es lo correcto para nuestro negocio. Más discursos y más información conducen a mayores opciones y mejores decisiones para nuestros usuarios".

El gobierno de Estados Unidos pidió a Google que revisara los vídeos para decidir si violaban las condiciones de servicio de la empresa. Indudablemente urgía tomar una decisión. En septiembre, algunos manifestantes pasaron los muros de la embajada de EE.UU. en El Cairo y sustituyeron la bandera de las barras y estrellas por la bandera negra del Islam militante. Más tarde ese mismo mes, un consulado estadounidense en Bengasi, Libia, fue atacado y el embajador Estadounidense y tres compatriotas suyos murieron (un suceso que en aquel momento se creyó conectado con los vídeos). Para diciembre, había habido 600 heridos en manifestaciones, y entre 50 y 75 muertos. Una exigencia generalizada entre los manifestantes, que en su mayoría vivían en países sin libertad de expresión y donde el gobierno tenía licencia sobre o posesión directa de los medios, era que "América" debía retirar los vídeos de YouTube.

¿Qué podía hacer Google? Como explica LaJeunesse, la empresa se preocupa por las solicitudes para censurar cualquier cosa; después de todo su misión es "organizar toda la información del mundo". En general, la empresa cumple con las leyes locales, bloqueando resultados de búsqueda o contenidos ilegales dentro de un país, excepto cuando dichas leyes también entran en conflicto con sus principios corporativos, y los ejecutivos de la empresa sienten que no pueden seguir operando en dicho país. (Este fue el caso en China, de donde Google se retiró en marzo de 2010; en la actualidad la empresa tiene una división de investigación dentro del país, pero las solicitudes de búsqueda se redirigen a Google.com.hk en Hong Kong.) Las solicitudes específicas para retirar información se tratan de distinta forma dependiendo de si afectan al negocio de buscador de Google, a sus redes de publicidad o a sus plataformas, YouTube y Blogger. Cuando se suprime un resultado de búsqueda, Google indica a los usuarios que el resultado se ha retirado. Los anuncios para las redes de anuncios de Google, AdWords y AdSense deben cumplir con las normas de la empresa. Material subido por terceros a YouTube o Blogger deben adecuarse a las condiciones de servicio de cada plataforma (por ejemplo, las Normas de la Comunidad de YouTube prohíben las imágenes sexuales explícitas, los discursos de odio y "cosas malas como maltrato a los animales, abuso de drogas, menores bebiendo o fumando, o fabricación de bombas"). Se sube tanto material a YouTube y Blogger que la empresa solo acepta una "responsabilidad de intermediario" limitada, confiando en la comunidad para que destaque el material que viola las normas. Google se enorgullece de su transparencia respecto a todas las solicitudes de retirada de información: la empresa publica un "Informe de transparencia" que describe solicitudes de poseedores de derechos de autor y gobiernos para retirar información de sus servicios (así como solicitudes de gobiernos y tribunales para que les cedan datos sobre los usuarios).

Google rechazó la petición del gobierno de Estados Unidos para que retirase La inocencia de los musulmanes, porque los vídeos no infringían las condiciones de servicio de YouTube (aunque la prohibición de YouTube de discursos de odio sí que incluye cualquier expresión que menosprecie a un grupo "basado... en la religión", Google decidió que los vídeos criticaban los textos, historias y profetas del Islam, pero no a los propios musulmanes, una bonita distinción para los millones de musulmanes que se sintieron ofendidos). La empresa sí que bloqueó los vídeos en Arabia Saudí, India e Indonesia, donde el material era ilegal. Otros países musulmanes directamente bloquearon YouTube del todo. Pero a mediados de septiembre Google decidió restringir temporalmente el acceso a los vídeos en Egipto y Libia porque le preocupaba "la situación tan sensible en esos países". Durante algo menos de tres semanas, ni egipcios ni libios pudieron ver La inocencia de los musulmanes. Fue una decisión sin precedentes: Google estaba anunciando de facto que si los manifestantes se oponían a algo con la violencia suficiente, suprimiría lenguaje legal consistente con sus normas de la comunidad.

El segundo suceso enredó a Twitter en la idiosincrática idea que tiene Europa sobre la libertad de expresión. La empresa ha intentado conformarse al acuerdo optimista. En enero de 2012 anunció algo denominado "contenido retenido por país": suprimiría tuits dentro de un país en respuesta a una solicitud adecuadamente defendida por un ente autorizado. "Twitter aspira a ser tan transparente como Google: los usuarios tienen que saber que un tuit ha sido censurado. La primera aplicación de la política fue el bloqueo de Besseres Hannover, una organización antisemita y xenófoba proscrita en respuesta a una solicitud del parlamento de Baja Sajonia. Desde octubre del año pasado, los seguidores alemanes de Besseres Hannover ven una caja en gris con las palabras "@hannoverticker retenido" y "Esta cuenta está retenida en: Alemania". El abogado de la empresa, Alex MacGillivray (@amac), tuiteó: "Nunca queremos retener contenido; está bien poder hacerlo de forma limitada y con transparencia".

Nadie se sintió demasiado indignado cuando se apagaron los tuits de un oscuro grupo neonazi hannoveriano. Pero el siguiente uso que hizo Twitter del contenido retenido por países fue más preocupante porque la aplicación fue más amplia. Poco después de que la empresa bloqueara Besseres Hannover, en respuesta al Sindicato de Estudiantes Judíos de Francia, decidió censurar los tuits en Francia con la etiqueta "#UnBonJuif" (que significa "un buen judío"). Los tuiteros franceses habían estado usando la etiqueta como ocasión para toda una variedad de chistes antisemíticos y protestas contra Israel. (Ejemplos: "Un buen judío es un montón de ceniza" y "Un buen judío es un no sionista"). Los tuits no eran oscuros: cuando se cerró, #UnBonJuif era el tercer término más popular en Francia. Pero la expresión de antisemitismo es un crimen en la Quinta República. El sindicato de estudiantes pidió a Twitter que revelara información que se pudiera usar para identificar a los tuiteros transgresores; la empresa se negó y el sindicato llevó el caso a los tribunales. En enero, el Tribunal de Grande Instance sentenció que Twitter debía divulgar los nombres de los tuiteros antisemitas franceses para poder procesarlos. El tribunal también sentenció que la empresa debía crear algún tipo de mecanismo para que los usuarios pudieran señalar "contenido ilegal, especialmente aquel que entra dentro del campo de la apología de los crímenes contra la humanidad y la incitación al odio racial" (como ya existe en YouTube, por ejemplo). En el momento en que te escribo, Twitter tiene dos semanas para responder. Si la empresa no entrega la información sobre sus usuarios y no se retira de Francia (ninguna de las dos cosas es muy probable), entonces no podrá aplicar el acuerdo optimista consistentemente. Twitter lo que hará será cumplir con las leyes locales que le convengan.

El tercer suceso disgustó a los observadores que valoran la intimidad, respetan a las mujeres y se preocupan por el acoso sexual. Reddit, un tablón de anuncios en línea cuyos enlaces y material los generan su comunidad de usuarios, alberga foros llamados "subreddits"; hasta hace poco varios se dedicaban a compartir fotografías de chicas pubescentes y adolescentes. Estos subreddits formaban parte de una tendencia mayor de sitios web que proporcionan material para quienes gustan de ver imágenes de chicas jóvenes que no han dado su consentimiento para la exposición pública de las mismas (entre los ejemplos "autofotos" desnudas destinadas a alegrar a sus novios que acaban encontrando el camino a la red y "porno venganzas", fotos sexualmente explícitas de mujeres subidas a Internet por sus amargados exnovios).  Los dos subreddits más populares que publicaban imágenes de mujeres jóvenes, "r/jailbait" y "r/creepshot,"  no traficaban con pornografía infantil ilegal; el moderador de los foros, un troll de Internet conocido como Violentacrez, estaba muy bien valorado por los usuarios registrados de Reddit, llamados "redditores", por su diligencia a la hora de retirar contenido ilegal. (Hablo de oídas, nunca visité r/jailbait ni r/creepshot). En cambio, las fotografías de menores que sí había mostraban a estas vestidas o parcialmente vestidas y estaban tomadas en público (donde los tribunales estadounidenses han decidido que nadie tiene una expectativa razonable de privacidad). Inevitablemente,  r/jailbait y r/creepshot atraían la desaprobación generalizada (no es de extrañar: una toma popular era la "debajo de la falda"), y Adrien Chen, escritor de Gawker, identificó (o doxxeó) a Violentacrez como Michael Brutsch, un programador informático tejano de 49 años. En consecuencia, Brutsch perdió su trabajo y fue humillado.

Los redditores se mostraron poco contentos y afirmaron que doxxear a Violentacrez violaba su intimidad y traicionaba los principios de la libertad de expresión a los que se había comprometido Reddit. Los moderadores de r/politics explotaron, sin ironía aparente: "Creemos que este tipo de comportamiento es absolutamente intolerable. Dedicamos nuestro tiempo a Reddit para que sea un lugar mejor para los usuarios y no deberíamos ser ni acosados ni amenazados por ello. Reddit se enorgullece de tener un subreddit para todo y por mucho que uno esté en contra de lo que suscribe otro usuario, no es motivo para amenazarlo".

En represalia por el artículo de Chen, los moderadores de r/politics desactivaron todos los enlaces a Gawker, una especie de censura de Gawker dentro de las fronteras de Reddit. Yishan Wong, director ejecutivo de Reddit, señaló tibiamente que la eliminación de los enlaces "no dejaba en muy buen lugar a Reddit", pero insistió en una nota a sus usuarios, "Representamos la libertad de expresión. Esto significa que no vamos a prohibir subreddits de mal gusto". Después Reddit prohibió r/jailbait y otros foros parecidos sin revisar las reglas del sitio.

El estándar de libertad de expresión hipotéticamente absolutista de Silicon Valley, basado en una definición limitada de daño, se exportó a partes del mundo que no comprendían el estándar o no lo querían. En los tres casos que he descrito, el acuerdo optimista fue aceptado por las partes involucradas y, al verse retado, se hundió.

La libertad de expresión importa

John Stuart Mill, la propia Internet está sesgada en favor de la liberta de expresión. Es más, sus tecnologías amplifican la libertad de expresión, distribuyendo ampliamente ideas y actitudes que si no pasarían desapercibidas, y ocultando a sus voceros mediante seudónimos o el anonimato. Para poder parecer inofensivas, las empresas estadounidenses tendrán que trapichear con el acuerdo optimista, pero es un parche poco satisfactorio. A quienes no les gusta la libertad de expresión o a aquellos cuyo lema sea "libertad de expresión para mí, pero no para ti", odiarán la amplificación que hace Internet de la libertad de expresión. Será un follón y a veces será violento. En todo el mundo hay gente que odia la libertad de expresión porque es un bien contraintuitivo.

¿Quién odia la libertad de expresión? Los poderosos y los impotentes: los partidos en el poder y las religiones establecidas, quienes suprimirían lo que se dice para mantenerse en el poder y quienes cambiarían lo que se dice con el objetivo de alterar las relaciones de poder. ¿Quién más? Quienes no desean que se les moleste también odian la libertad de expresión. ¿Por qué, se dirán, debería importarme a la libertad de expresión? Yo no tengo nada que decir y mientras haya que decir las cosas, solo quiero escuchar las cosas que dice la gente como yo.  ¿Por qué tengo yo que escuchar cosas ofensivas, inmorales o ligeramente molestas siquiera?

En Libertad diste respuestas a quienes odian la libertad de expresión. Tu principal explicación era vigorizantemente utilitaria, como corresponde al hijo de James Mill. Valoramos la libertad de expresión, escribiste, porque los seres humanos son falibles y olvidadizos. Nuestras ideas se deben probar con argumentos: las opiniones erróneas deben ser expuestas y la verdad debe verse obligada a defenderse, si no quiere "considerarse un dogma muerto, y no una verdad viva". (Tus seguidores afirmaron que un floreciente mercado de ideas era una precondición necesaria de la democracia participativa e incluso de una economía innovadora). Pero después de tu juvenil crisis de fe, cuando rechazaste el sistema de pensamiento de tu padre, nunca fuiste un utilitarista refunfuñón: en tu madurez siempre describiste la utilidad en general como aquello que tendía a promover la felicidad, y definiste la felicidad para que incluyera placeres intelectuales y emocionales. Creías que debemos ser libres para "perseguir nuestro propio bien a nuestra propia manera, siempre que no intentemos privar a otros o impedir sus esfuerzos por lograrlo". La libertad de expresión es tanto útil como moral, y las justificaciones consecuencialistas y deontológicas de la libertad de expresión "escalan la misma montaña desde distintas caras"

Puesto que la libertad de  expresión es tan importante, y puesto que Internet seguirá amplificando sus expresiones, las empresas de Internet de Estados Unidos deberían aplicar un estándar consistente en todas partes a la hora de decidir qué censurar bajo solicitud. (Sus condiciones de servicio son asunto suyo, siempre que se pongan en práctica con justicia). Y el único principio que me puedo imaginar que funcionaría es el tuyo, donde "daño" se interpreta como un perjuicio físico o comercial, pero excluye las ofensas personales, religiosas o ideológicas. Las empresas deberían obedecer las leyes estadounidenses sobre qué formas de expresión son legales, cumpliendo con las leyes locales solo cuando son consistentes con tus principios, o, si no, negarse a operar dentro de un país. En el análisis final, los humanos, muy dados a una rectitud indignada, necesitan toda la libertad de expresión que puedan tolerar.

Sé que el Cielo gobierna nuestros asuntos sin un director ejecutivo, sino mediante comités rotatorios de almas. ((Vladimir Nabokov y Richard Feynman copresiden el Comité sobre Luz y Materia, donde Nabokov supervisa un subcomité sobre el Movimiento de la Sombra de las Hojas en las Aceras). Discutís todo el tiempo. Aquí abajo debemos seguir vuestro ejemplo aunque nuestras circunstancias son otras. Tenemos derecho a decir lo que queramos siempre que no dañemos a otros, pero no podemos obligar a otros a que escuchen o esperar que nunca se nos ofenda.

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