Un método para extraer petróleo de las arenas petrolíferas podría reducir los costes de producción y la emisión de gases de efecto invernadero asociados con su extracción.
Existe un nuevo método para la extracción de petróleo de las arenas petrolíferas que podría producir más del doble de la cantidad de petróleo que se extrae en la actualidad de estos abundantes depósitos. También podría reducir la emisión de gases de efecto invernadero que emite el proceso en un 85 por ciento. La tecnología para lograrlo ha sido desarrollada por N-Solv, un consorcio con sede en Alberta que recibió hace poco 10 millones de dólares por parte del gobierno canadiense para desarrollarla.
Los bancos de arenas petrolíferas canadienses son un recurso inmenso, contienen suficiente cantidad de petróleo para cubrir las necesidades de Estados Unidos durante décadas. Pero están compuestos de una sustancia parecida a la brea denominada bitumen, cuya extracción y preparación para el transporte hasta una refinería requiere el uso de muchísima energía. Este hecho disparados las alarmas sobre el impacto de las arenas petrolíferas en el cambio climático; los planes para construir un nuevo oleoducto para transportar petróleo crudo de las arenas a refinerías en Estados Unidos no han hecho más que aumentar la preocupación al respecto.
En la actualidad, la mayor parte de la producción de petróleo proveniente de arenas petrolíferas implica excavar depósitos arenosos cercanos a la superficie y procesar el material viscoso con calor y productos químicos para separar el petróleo de la arena y reducir su densidad para que pueda fluir por un oleoducto. Pero el 80 por ciento de las arenas petrolíferas están a demasiada profundidad para poder extraerse usando este método. Acceder al petróleo más profundo requiere procesar el bitumen bajo tierra para que sea bombeado fuera a través de un pozo de petróleo. La técnica más habitual de extracción inyectar vapor en el bitumen bajo tierra. Pero para producir el vapor hay que quemar gas natural, que emite dióxido de carbono. Y aún así el petróleo que se bombea es demasiado espeso para fluir por un oleoducto, así que hay que refinarlo parcialmente, lo que emite aún más gases de efecto invernadero.
El proceso de N-Solv requiere menos energía porque usa un solvente en vez de vapor para liberar el petróleo, comenta Murray Smith, miembro de la junta directiva de N-Solv. El solvente, propano, se calienta a temperaturas relativamente bajas (unos 50º centígrados) y se inyecta en un depósito de bitumen, descomponiéndolo y permitiendo que sea bombeado junto con el propano, que a su vez puede reutilizarse. Este método con solventes requiere menos energía que calentar, bombear y reciclar agua para producir vapor. Y puesto que los componentes más pesados del bitumen permanecen bajo tierra, el petróleo resultante del proceso de extracción con solventes necesita de un menor refinado para poder transportarse por un oleoducto.
Como el nuevo método requiere menos energía, también debería resultar más barato. Smith añade que el equipo necesario para calentar y reutilizar el propano es más barato que la tecnología necesaria para manejar el gran volumen de agua utilizado en el método por vapor. Con las técnicas convencionales, los precios del petróleo tienen que estar por encima de los 50 o 60 dólares por barril, como han estado durante varios años, para que las arenas petrolíferas resulten rentables. Smith dice que con el método de extracción con solventes, las arenas petrolíferas serán rentables aunque el petróleo esté a 30 o 40 dólares por barril, cerca del precio que tenía en los años 90 y a principios de la década de 2000 (precios ajustados a la inflación). N-Solv afirma que los costes menores harán que sea rentable extraer más del doble de petróleo de las arenas petrolíferas en comparación con las tecnologías convencionales.
La idea de usar solventes para acceder a las arenas petrolíferas se propuso en la década de los 70, pero los primeros experimentos demostraron que el proceso no producía petróleo a una velocidad aceptable. Según N-Solv, hay dos factores que han cambiado esa realidad. En primer lugar, las técnicas de perforación horizontales ahora posibilitan la inyección de solvente a lo largo de todo un depósito de arenas petrolíferas, aumentando la zona que está en contacto con el solvente y por lo tanto aumentando la producción. En segundo lugar, N-Solv vio que incluso pequeñas cantidades de metano -un derivado de usar un solvente- podrían contaminar el propano y degradar su rendimiento. Así que la compañía introdujo equipo de purificación para separar el metano del propano antes de reutilizarlo. El metano separado también se puede usar para calentar el propano, reduciendo aún más el coste energético.
Si bien la tecnología de N-Solv puede reducir las emisiones de dióxido de carbono de la producción, la mayor parte de las emisiones asociadas con las arenas petrolíferas -como con cualquier fuente de petróleo- provienen no de la producción del petróleo, sino del uso del mismo en vehículos y calderas. El impacto de la nueva tecnología sobre el cambio climático dependerá de si el proceso conduce a un aumento de la producción de petróleo y, si es así, puede dar lugar a un aumento de la emisión de gases de efecto invernadero, asegura David Keith, un profesor de química y petróleo en la Universidad de Calgary (Canadá).
Por ahora el método sólo se ha probado en laboratorio. Ahora N-Solv pondrá en marcha un proyecto piloto que podría producir hasta 500 barriles de petróleo al día. El proyecto, que tiene un coste de 60 millones de dólares, financiados en su mayoría por fuentes privadas, determinará si el método puede funcionar a gran escala.