Durante años, EE. UU. ha liderado la investigación en inteligencia artificial, pero una serie de nuevas políticas gubernamentales amenazan con destruir su liderazgo. Los recortes en financiación se unen a una posible reforma fiscal que aumentaría las tasas de los estudiantes universitarios
En pleno auge de la automatización, liderar los avances en inteligencia artificial (IA) se ha convertido en uno de los objetivos prioritarios de las principales economías del mundo (ver Quien posea los robots acaparará las riquezas del mundo). De momento, parece que EE. UU. domina el sector, como demuestra que el país sea la sede de la conferencia de Sistemas de Procesamiento de Información Neuronal (NIPS, por sus siglas en inglés), el lugar número uno donde los investigadores presentan sus nuevos trabajos de inteligencia artificial. Además, el año pasado, Google se convirtió en la principal entidad de investigación del campo (ver Google se alza como primer investigador del mundo en inteligencia artificial). Pero las políticas gubernamentales del país amenazan su liderazgo.
El plan de impuestos del Congreso de EE. UU. se ha convertido en una nueva piedra en el camino de la inteligencia artificial, ya que podría aumentar los costes para los estudiantes universitarios de manera importante. Esta medida acompaña a otras estrategias previas que también podrían dañar al sector, como la reducción de financiación para investigación y el endurecimiento de las normas de inmigración para los investigadores internacionales.
"Gracias a décadas de inversión pública y privada, Estados Unidos se ha convertido en el líder de la investigación básica en inteligencia artificial, afirma Andrew Ng, una figura destacada en el campo que ocupó un puesto académico en la Universidad de Stanford (EE. UU.) antes de liderar los esfuerzos de investigación de Google en EE. UU. y de Baidu en China. "Las políticas desaconsejables pueden dilapidar rápidamente esta ventaja", añade (ver El líder en inteligencia artificial que dejó huérfana a Baidu para ayudar al mundo).
Las consecuencias del plan de impuestos fue uno de los temas principales del pasado NIPS, celebrada en diciembre. En este evento, las empresas y las escuelas intentan atraer a los mejores talentos. Durante muchos años, la conferencia no fue más que una pequeña reunión de investigadores trabajando arduamente en redes neuronales, un subcampo de la inteligencia artificial que había tenido un éxito limitado y que en gran parte había pasado de moda. No obstante, alrededor del año 2012, un gran avance revitalizó el campo por completo (ver El hallazgo de hace 30 años en el que se basa toda la inteligencia artificial actual)
Desde entonces la conferencia NIPS ha crecido, pasando de ser una pequeña reunión de unos pocos cientos de académicos hasta convertirse en un evento extenso con miles de asistentes, grandes reclutadores corporativos y fiestas lujosas.
El proyecto fiscal de EE. UU. propone que los estudiantes universitarios paguen impuestos sobre sus matrículas, unas tarifas que normalmente no se aplican a las instituciones académicas. Para muchos, esto significaría de repente una factura de más de 8.000 euros en impuestos, lo que haría mucho más difícil para las universidades y los profesores estadounidenses atraer a estudiantes.
"Es absurdo", critica el investigador de inteligencia artificial en la Universidad Carnegie Mellon (EE. UU.) que previamente trabajó en Amazon, Zachary Lipton. El experto advierte: "Es una grave amenaza tanto para nuestra competitividad con universidades extranjeras como para la competitividad de la academia con la industria".
Las medidas del Gobierno de Estados Unidos llegan en un momento inoportuno, dada la importancia de la inteligencia artificial y el énfasis que otros países están haciendo en el sector. A largo plazo, las consecuencias también podrían sentirse no solo en el ámbito académico, sino también en la escena tecnológica de EE. UU., que a menudo se ha nutrido de los avances de la academia.
Mientras tanto, otros gobiernos analizan la oportunidad y la obligación de invertir fuertemente en la investigación en inteligencia artificial. El gobierno Chino, por ejemplo, ha anunciado planes para invertir miles de millones de euros en investigación y desarrollo (ver China despierta al dragón de la inteligencia artificial).
Quienes estudian las implicaciones de la inteligencia artificial alertan de las consecuencias negativas de los planes del Gobierno de EE. UU. El profesor del Sloan School of Management del MIT Erik Brynjolfsson, que estudia el impacto de la IA en el crecimiento económico y la desigualdad, advierte: "Estoy con todos los demás, esto es devastador.Honestamente, parece que fue diseñado por los enemigos de Estados Unidos que quieren llevarnos a un nivel inferior. La política estadounidense está contribuyendo a que la investigación en inteligencia artificial se vaya del país, literalmente".
El plan fiscal también coincide con un momento en el que las grandes empresas están invirtiendo enormes sumas de dinero en reclutar talento. Los gigantes de la industria como Google, Facebook y Amazon suelen ofrecer a los aspirantes a estudiantes de universidad entre 80.000 euros y 160.000 euros para unirse a sus filas. La experta en visión automática Olga Russakovsky (una de las ganadores de Innovadores menores de 35 globales de MIT Technology Review), que recientemente se trasladó a la Universidad de Princeton (EE. UU.) como profesora asistente, teme que el atractivo de los trabajos de la industria dañe los avances de investigación básica en inteligencia artificial. La investigadora señala: "En este momento, las empresas ya están invirtiendo más dinero en investigadores de inteligencia artificial que el propio Gobierno, lo que ya es bastante preocupante. Si la disparidad aumenta aún más, el tipo de investigación que hacemos, y nuestros objetivos y valores se verán seriamente afectados".
La política de inmigración del país también está afectando a las start-ups de inteligencia artificial. El CTO de nuTonomy, Karl Lagnemma, cuya start-up procedente del MIT se centra en coches autónomos, reconoce que ha tenido dificultades para reclutar investigadores de EE. UU., así que ha decidido centrarse en reclutar talento para las oficinas de la compañía en Singapur.
Pero las acciones del gobierno probablemente tendrán mayor impacto en el mundo académico. Russakovsky concluye: "Los estudiantes están sacrificando mucho para continuar su educación, para retribuir a la sociedad de maneras más significativas, para empujar las fronteras de la ciencia y para convertirse en educadores de la próxima generación de estudiantes. Hacerles la vida más difícil o negarles la oportunidad de hacerlo en absoluto, es simplemente terrible y una idea realmente mala para la sociedad en general".