Algunas funciones del asistente de voz son ideales para facilitar la vida de las personas mayores, y eso es justo lo que está probando una comunidad de jubilados de EEUU, que lo está utilizando para escuchar audiolibros, estar al día y controlar su medicación
Cuando Lois Seed se despierta por la mañana, una de las primeras cosas que dice es: "Alexa, ¿qué tiempo hace hoy?" Seed, que tiene 89 años y tiene poca visión por culpa de la degeneración macular, considera conveniente obtener información meteorológica hablando con la asistente de voz Alexa de su Amazon Echo. También le pide la hora y que reproduzca música clásica de una emisora de radio de su ciudad natal.
"La vida es más agradable [con Alexa]", afirma Seed, con cuyas palabras ilustra que la reciente parodia de Saturday Night Live sobre Alexa y la gente mayor no podría estar más lejos de la verdad.
Seed y otros 50 residentes de la comunidad de jubilados de Carlsbad by the Sea (EEUU), han estado probando la tecnología en sus casas desde finales de febrero. Front Porch, la organización sin ánimo de lucro que gestiona la comunidad, ideó el programa piloto después de que los residentes expresaran su interés por Alexa y solicitaran probarla.
Algunos adultos más mayores han estado usando Alexa por su cuenta para aliviar la soledad y fijar recordatorios de medicamentos, pero Front Porch parece ser la primera comunidad de jubilados en estudiar el impacto de la tecnología en profundidad. El objetivo es que la experiencias de sus residentes sirva para modelar las futuras versiones de Alexa para que resulten más útiles a los usuarios de tercera edad. Este grupo demográfico podría convertirse en un importante mercado nuevo para Amazon. Hoy en día, más de un millón de estadounidenses vive en centros de vivienda asistida, y se espera la cifra se duplique para 2030.
Front Porch empezó a ofrecer los dispositivos de Alexa a un pequeño grupo de residentes y ahora organiza presenciales talleres de capacitación bisemanales, hace entrevistas con los usuarios, realiza visitas a domicilio y escribe informes de investigación. La organización dirige el proyecto a través del Centro Porch de Innovación y Bienestar, un programa de divulgación tecnológica que también está probando robots domésticos y la realidad virtual para satisfacer las necesidades de los adultos más mayores. El objetivo consiste en desarrollar un marco para ayudar a integrar dispositivos habilitados para Alexa en otras comunidades de jubilados, que juntas suman más de 1.000 residentes en el estado de California (EEUU).
La mayoría de las personas del grupo tienen más de 80 años. Algunos utilizan andadores, y otros tienen deficiencias visuales y/o auditivas. La mayoría usa su Echo para tareas sencillas: configurar alarmas, escuchar música, escuchar audiolibros y enterarse de las noticias, los resultados deportivos, la hora y la previsión del tiempo. A Jim Bates, un hombre de 79 años que sufre temblores en la mano, le resulta mucho más rápido y fácil buscar en la web a través de Alexa que tener que escribir las consultas en su portátil o smartphone.
Front Porch también está enseñando a los residentes a utilizar Alexa para comunicarse con familiares y amigos. Pueden realizar llamadas a través de comandos de voz con el servicio de llamadas Alexa-a-Alexa de Amazon, que es compatible con otros dispositivos Echo y con la aplicación de smartphone de Alexa. Si se quieren enviar y recibir mensajes de texto, se puede usar una "habilidad" o aplicación de Alexa, llamada Marvee, que traduce fragmentos de voz en texto y los envía a contactos predeterminados. Por ejemplo, un residente que intente comunicarse con su nieto podría decir: "Alexa, pídele a Marvee que llame Eric", y la aplicación le enviaría un mensaje de texto o correo electrónico a Eric que dice: "Llama a tu abuela cuando tengas un momento". Los familiares también pueden enviar sus propios mensajes a Marvee, que pueden ser recuperados simplemente diciendo: "Alexa, pídele a Marvee las noticias de mi familia."
Dentro de pocas semanas, Front Porch conectará los Echos de los residentes de Carlsbad a enchufes y termostatos inteligentes para que puedan ajustar sus luces y la temperatura a través de Alexa. Si todo va bien después de esa prueba de dos meses, es probable que despliegue dispositivos Alexa en sus otras nueve comunidades de jubillados.
El probrama también ha resultado algo frustrante, sobre todo cuando se trataba de aprender a formular las consultas para que Alexa las entienda. Hasta ahora, el mayor obstáculo ha estado relacionado con la voz de Alexa. El software habla en un tono grave profundo que puede sonar confuso a las personas con limitaciones auditivas. Para ayudar a esos usuarios, Front Porch ha pedido a Amazon que lance una función de ecualización que permita a los usuarios ajustar los tonos agudos, medios y bajos de Alexa. Amazon está estudiando la solicitud, según el ejecutivo de Front Porch Davis Park que está liderando el proyecto de investigación de Alexa.