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Descrita la primera composición de música cuántica

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La pieza, descrita de forma teórica, sería interpretada de forma distinta y aleatoria para cada miembro del público

  • por The Physics Arxiv Blog | traducido por Lía Moya
  • 04 Mayo, 2015

Una de las características del arte del siglo XX es una abstracción cada vez mayor, desde el cubismo y el surrealismo de los primeros años hasta el expresionismo abstracto y la fotografía matemática más adelante. Una pregunta interesante que cabe hacerse es, ¿con qué clase de abstracciones podremos encontrarnos en el siglo XXI?

Ahora tenemos una respuesta de la mano del trabajo de los físicos teóricos de la Universidad de Tecnología de Viena (Austria) Karl Svozil y Volkmar Putz. Estos investigadores han diseñado una forma de representar la música mediante las extrañas características de la teoría cuántica. El arte resultante es el equivalente cuántico de la música y demuestra muchas de las curiosas propiedades del mundo cuántico.

Svozil y Putz empiezan planteando la posibilidad de representar una nota o una octava en forma cuántica y desarrollando las herramientas matemáticas para manejar la música cuántica.

Empiezan tomando las siete notas de una octava cuántica como hechos independientes cuyas probabilidades suman uno. En este escenario, la música cuántica se puede representar mediante una estructura matemática que se conoce como espacio Hilbert de siete dimensiones.

Un estado musical cuántico puro estaría compuesto por una combinación lineal de las siete notas con una probabilidad específica asociada con cada una. Y una melodía cuántica sería la evolución de este estado a lo largo del tiempo.

Un público que escuchase esta melodía viviría una experiencia curiosa. En el mundo de la música clásica, cada miembro del público oye la misma secuencia de notas. Pero en el caso de un estado de música cuántica, este puede colapsarse en cualquiera de las notas que lo conforman. La nota que se forma es completamente aleatoria, pero la probabilidad de que ocurra depende de la composición lineal precisa del estado.

Y dado que este proceso es aleatorio para todos los observadores, la nota resultante no será la misma para cada miembro del público. Svozil y Putz denominan a esto "rendición musical cuántica paralela". "Un público clásico puede percibir la misma composición musical cuántica de formas muy distintas", afirman.

Como ejemplo describen las propiedades de una composición cuántica creada usando dos notas: Do y Sol. Demuestran como, en un caso, quien escucha puede percibir una nota como Do en el 64% de las ocasiones y como un Sol en el 36% restante.

Prosiguen para demostrar cómo una melodía cuántica de dos notas da lugar a cuatro resultados posibles: Do seguida de Sol, Sol seguida de Do, Do seguida de Do y Sol seguida de Sol. Y calculan la probabilidad de que el público reciba estos resultados durante una interpretación cualquiera. "Por lo tanto una única composición cuántica se puede manifestar durante la reproducción en formas muy distintas", afirman Svozil y Putz. Es la primera descripción que existe de una melodía cuántica.

Los investigadores hablan a continuación del extraño fenómeno cuántico del entrelazamiento en el contexto de la música. El entrelazamiento es la conexión profunda entre objetos cuánticos que comparten la misma existencia aunque estén en partes distintas del universo. Una medida tomada en uno influye inmediatamente en el otro, independientemente de la distancia que los separe.

No está claro qué forma puede adoptar esto exactamente en el mundo musical. Pero abre la perspectiva de un público que escucha una melodía cuántica en una parte del universo y que influye sobre una melodía cuántica en otra parte.

Svozil y Putz también intentan desarrollar una notación musical para la música cuántica (ver imagen del principio del texto).

Esto lleva la composición musical a un nuevo nivel de abstracción. "Ofrece la posibilidad de combinaciones aleatorias en la música mucho más allá de los clásicos métodos aleatorios de John Cage y sus aliados", sostienen.

Sin embargo, existe un problema evidente. Nadie sabe cómo crear música cuántica o cómo podría experimentarla un humano. El trabajo de Svozil y Putz es completamente teórico.

Pero eso no debería detener a los autores o a cualquier otro a la hora de interpretar una composición de música cuántica. Debería resultar fácil simular el efecto usando un ordenador normal y un par de cascos. En vez de música cuántica, podríamos experimentar una simulación de la música cuántica.

Es un trabajo interesante que tiene implicaciones para otras formas artísticas. ¿Qué tal escultura cuántica que cambia para cada observador, o un móvil cuántico que esté entrelazado con otro en cualquier otra parte del universo?

Una cosa parece evidente, el arte cuántico llegará, o al menos la simulación del mismo. Así que no te sorprendas si ves que un día no muy lejano van a interpretar una melodía cuántica en el auditorio local.

Ref: arxiv.org/abs/1503.09045: Música Cuántica

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