Algunas de sus funciones, como pedir un taxi Uber y facturar en el aeropuerto, son impresionantes, pero tal vez abrumen al consumidor
Foto: Una versión del Apple Watch que tiene la caja de acero inoxidable y la correa de cuero negro.
La sensación y el aspecto del Apple Watch sobre la muñeca son fantásticos, y al contrario que la mayoría de los relojes inteligentes que he probado no es ni demasiado grande, ni demasiado pesado. Tiene una pantalla brillante y nítida, dos botones para navegar y su pantalla táctil es extremadamente sensible. Pero, ¿sabes? También es un poco abrumador.
Estaba deseando probar una versión con todas las funciones del dispositivo desde que Apple lo presentara por primera vez en un evento para la prensa en septiembre del año pasado. En aquel momento la empresa sólo permitió a los periodistas echar un vistazo a un dispositivo claramente sin terminar, con software de demostración, para poder presentar algunas funciones estrella (ver El Apple Watch podría vencer a los habituales relojes inteligentes).
Pero ayer, en un evento en San Francisco (EEUU), donde Apple volvió a presentar el reloj además de portátiles actualizados y otros productos, tuve la oportunidad de probar el reloj de verdad durante algunos minutos. Un asistente me colocó un Apple Watch en la muñeca: una lujosa versión en oro, completamente fuera del presupuesto de la mayoría de la gente ya que el precio de este modelo empieza en los 10.000 dólares (unos 9.000 euros) y sólo estará disponible en algunas tiendas Apple cuando salga a la venta el 24 de abril (se empezarán a tomar pedidos el 10 de abril). Hay versiones mucho más baratas, como el Apple Watch Sport, que empezará en los 349 dólares (unos 314 euros), y Apple Watch Collection, que empezará en 549 dólares (unos 494 euros), pero cuando estás en una sala compitiendo con otros periodistas por tener en las manos el último aparato, aceptas lo que te ofrecen.
Y a mí me tocó el reloj de lujo. Y al principio era muy chulo. La correa de cuero es suave y la corona, que en los relojes tradicionales se usa para dar cuerda pero en este caso se usa para navegar por la diminuta pantalla, gira con suavidad. La pantalla, que es sensible a la presión, ofrece la resistencia justa a los dedos para no confundir barridos con presiones. La batería dura supuestamente 18 horas, una fracción de la semana de batería que consigues con el reloj inteligente Pebble, que es mucho más sencillo, pero por otra parte el diseño y las capacidades del Apple Watch son mucho mayores.
Sin embargo, enseguida empecé a sentir que el dispositivo quizá fuera demasiado capaz. Hay una pantalla de inicio muy mona en la que se aparecen todas tus aplicaciones como burbujitas, pero si hay más de 10 la pantalla parece abigarrada. Puedes barrer la pantalla para ver todo tipo de "vistazos", cosas como el tiempo, tu calendario, los controles para la música, los resultados de la bolsa y más cosas que ves de una en una barriendo el dedo por la pantalla. Y se puede personalizar la esfera del reloj hasta en los detalles más pequeños, ya sea la fase de la luna en una esquina y tu actividad en otra, o viceversa.
Y puedes pagar con el Apple Watch. Y hacer el check-in en el aeropuerto. Y ver la retransmisión en vivo de una cámara de vídeo, recibir llamadas, leer correos electrónicos completos, comprobar Instagram, pedir un coche con Uber, enviar tu pulso a un amigo que tenga un Apple Watch y mucho más.
Muchas de estas cosas se pueden hacer con otros relojes inteligentes. Pero en este dispositivo, cuyo diseño industrial e interfaz de usuario parecen una oda a la sencillez y la elegancia, era demasiado abrumador y empecé a preguntarme si la visión de Apple para el reloj inteligente es demasiado amplia (ver: La 'estupidez' de los actuales relojes inteligentes). Me impresiona el trabajo que se ha hecho por hacer un dispositivo elegante y cómodo que se adapta relativamente a los distintos deseos y presupuestos de los usuarios. Pero sospecho que algunos compradores se sentirán abrumados por todas las cosas que puedes hacer con el Apple Wacth, con lo que quienes no pertenecen al grupo de los que saldrán corriendo a comprarlo en cuanto puedan, se acabarán preguntando si realmente lo quieren.
Con la llegada del iPhone y, a continuación, la App Store hace años tuve la sensación de que tenía posibilidades infinitas en la palma de la mano. ¡Podía jugar! ¡O encontrar una crítica de restaurante! ¡O pedir un taxi! Era mágico. No estoy segura de que necesite todas esas opciones en la muñeca.
Me impresionan las cosas que el Apple Watch hace automáticamente, como mandarte una vibración a la muñeca para que sepas cuándo girar si quieres orientarte por un sitio sin tener que mirar al mapa. Y parece que Siri será mucho más útil en el reloj que en el iPhone, ya que parece que puedes decir "Hey, Siri"" para que haga lo que quieras (por ejemplo "Hey, Siri, recuérdame que saque la ropa de la secadora cuando llegue a casa"). Me apetece mucho la idea de probar el Apple Watch en una salida en bicicleta y también probar las aplicaciones relacionadas con la salud.
Tim Cook tiene razón. Como dijo ayer, el Apple Watch es el dispositivo más personal creado por Apple. "No sólo lo llevas, sino que lo llevas encima", afirmó. "Y dado que lo que llevas encima es una expresión de lo que eres, hemos diseñado Apple Watch para que resulte atractivo a toda una variedad de personas con distintos gustos y preferencias".
Viendo el dispositivo eso queda claro. Y cuando tenga más tiempo para probar el Apple Watch, tendré una impresión más clara de si soy una de esas personas o no. De momento no estoy segura.