Los centros de datos para consumidores pueden ayudar a reducir el uso de energía, según afirman los expertos.
Puede que la computación en la nube siembre dudas acerca de la privacidad y la seguridad, pero esta práctica cada vez más extendida—consistente en desviar procesos informáticos y almacenaje a centros de datos remotos dirigidos por compañías como Google, Microsoft y Yahoo—podría poseer una clara ventaja: una eficiencia energética mucho mejor, gracias a los centros de datos para consumidores que están surgiendo a lo largo de todo Estados Unidos.
“Hay problemas relativos a los derechos de propiedad y la confidencialidad en los que se están trabajando antes de llevar los datos de forma masiva a la nube,” afirma Jonathan Koomey, experto en eficiencia de energía y profesor visitante en la Universidad de Yale. “No obstante, en términos puramente económicos, la cosa está clara,” añade. “Los beneficios económicos de la computación en la nube son convincentes.”
El problema del cada vez mayor consumo eléctrico mundial relacionado con la IT es una preocupación de base para las compañías involucradas y, cada día más, una preocupación medioambiental. El consumo de energía de los centros de datos se dobló entre 2000 y 2005—de un 0,5 a un 1 por ciento del consumo eléctrico mundial. Esta cifra, que en la actualidad está en aproximadamente un 1,5 por ciento, se espera que crezca aún más. Según un estudio publicado en 2008 por el Instituto Uptime, una consultora de centros de datos con sede en Santa Fe, Nuevo México, se podría cuadruplicar en 2020.
“Si el consumo de energía va desde un uno a un tres por ciento en cinco o diez años, si todo sigue así, entonces tendremos un gran problema,” afirma Kenneth Brill, director ejecutivo de Uptime Institute. A no ser que este crecimiento se vigile, las emisiones de gases de efecto invernadero aumentarán, y los “beneficios de las compañías se deteriorarán de forma dramática,” añade.
Las compañías de computación en la nube esperan poder llegar a una solución mediante la prioritización de la eficiencia energética dentro de los masivos centros de datos.
Yahoo, por ejemplo, sentó precedente el mes pasado con un centro de datos cerca de Buffalo, Nueva York, que utilizará un cuarto de la electricidad que usan los centros de datos antiguos, según afirma Scott Noteboom, director senior de ingeniería de centros de datos de la compañía. Una vez acabados, los servidores dentro de este centro de datos serán más eficientes desde un punto de vista computacional—utilizando menos potencia cuando estén llevando a cabo menos operaciones—y el edificio en sí mismo explotará principalmente los flujos de aire naturales para mantener baja la temperatura de los servidores. Los días con temperaturas superiores a los 27° C, los directivos encenderán el aire acondicionado, que en este caso utiliza enfriamiento por evaporación, y que sólo debería ser utilizado 212 horas cada año.
El diseño sigue las pautas de los diseños de las instalaciones de manufactura abandonadas en el área de Buffalo que se construyeron antes de la llegada del aire acondicionado y que tomaban partido de los vientos procedentes de lago Erie. En estas instalaciones, las fuentes de calor se colocaban en el centro del edificio, donde actuaban como bomba natural para mover el aire hacia arriba, expulsarlo a través de tubos de hornos y atraer el aire frío por los costados. Según Noteboom, este diseño es muy parecido al que ha seguido Yahoo a la hora de crear su centro de computación de última generación.
“Si queremos construir sistemas que no utilicen sistemas de enfriamiento, se pueden aprender muchas cosas del pasado cuando estos sistemas no estaban disponibles,” afirma Noteboom, que hizo una descripción del proyecto ayer durante la conferencia EmTech@MIT de Technology Review.
Incluso con el aumento del uso de la IT, la eficiencia de los dispositivos informáticos está mejorando, y cada generación de chips lleva a cabo más operaciones con la misma cantidad de energía. “Estamos aumentando los niveles de rendimiento con el mismo uso de potencia,” afirma Jon Haas, director del Programa de Eco-Tecnologías de Intel.
Koomey añade que trasladar los datos a internet ha ayudado a reducir el consumo energético general. Cuando la gente navega por la red—descargándose fotos de sitios como Facebook y videos de YouTube—consumen energía en los centros de datos que sirven esos contenidos. No obstante, si tomas de forma aislada el acto de descargar un CD de música, resulta ser entre un 40 y un 80 por ciento más eficiente que comprar un CD físico, si se toma en cuenta la energía involucrada en la manufactura y transporte del CD, afirma Koomey.
“El movimiento de bits es inherentemente superior a nivel medioambiental que el movimiento de átomos,” afirma. “La gente se preocupa por el consumo de energía de los centros de datos, pero olvidan que la IT permite una transformación estructural a lo largo de toda la economía.”