Una encuesta a 50.000 italianos revela que su uso tiene un importante efecto negativo sobre el bienestar individual
Las redes sociales han calado en nuestras vidas con importantes consecuencias. Mucha gente las usa para conectar con amigos y familia en otros rincones del mundo, para establecer contactos que sirven para hacer avanzar sus carreras profesionales a pasos agigantados y para explorar y visualizar no sólo su propia red de amigos sino las redes de sus amigos, familiares y colegas.
Pero cada vez existen más pruebas de que el impacto de las redes sociales no es siempre positivo o siquiera benigno. Toda una serie de estudios han empezado a encontrar pruebas de que las redes pueden tener importantes efectos perjudiciales. Es un tema que se debate acaloradamente, a menudo con resultados contradictorios y normalmente usando grupos de sujetos poco variados, por ejemplo, exclusivamente estudiantes universitarios.
Ahora, Fabio Sabatini de la Universidad Sapienza de Roma (Italia) y Francesco Sarracino de STATEC en Luxemburgo intentan diseccionar los factores involucrados en este tema tan espinoso analizando los datos de una encuesta a unas 50.000 personas en Italia durante 2010 y 2011. La encuesta mide específicamente el bienestar subjetivo y recoge información detallada sobre el uso de internet.
La pregunta a la que buscan respuesta Sabatini y Sarracino es si el uso de las redes sociales reduce el bienestar subjetivo y si es así, cómo.
La base de datos de Sabatini y Sarracino se llama la "Encuesta multiusos a los hogares", una encuesta realizada a unos 24.000 hogares italianos, que corresponden a 50.000 individuos y que lleva a cabo el Instituto Nacional de Estadística de Italia todos los años. Estos investigadores usan los datos de 2010 y 2011. Lo más importante es que esta encuesta cuenta con una muestra grande y representativa de la realidad nacional (al contrario que las encuestas hechas exclusivamente a grupos de estudiantes universitarios).
La encuesta hace la pregunta "¿Cómo de satisfecho estás hoy con tu vida en términos generales?" y pide una respuesta que va desde muy insatisfecho (0) a muy satisfecho (10), que es una forma establecida de medir el bienestar subjetivo.
La encuesta también hace otras preguntas detalladas sobre con qué frecuencia se reúne la gente con los amigos y si creen que se puede confiar en la gente. También pregunta por el uso de las redes sociales como Facebook y Twitter.
Todos estos datos han permitido a Sabatini y Sarracino estudiar la correlación entre el bienestar subjetivo y otros factores de la vida, especialmente el uso de las redes sociales. Como estadísticos, tuvieron un cuidado especial en desechar correlaciones falsas que se pueden explicar por factores como el sesgo de endogeneidad, en el que un parámetro aparentemente independiente en realidad está correlacionado con un factor no observado relegado al error.
Hallaron por ejemplo que las interacciones cara a cara y la confianza que tiene la gente en los demás están fuertemente correlacionadas con el bienestar en un sentido positivo. En otras palabras, si tiendes a confiar en la gente y a tener muchas interacciones cara a cara, probablemente puntuarás más alto tu bienestar.
Pero evidentemente las interacciones en las redes sociales no son cara a cara y esto puede impactar en la confianza que tienes en la gente en línea. Es esta pérdida de confianza la que puede afectar al bienestar subjetivo más que la propia interacción en línea.
Sabatini y Sarracino lo descomponen estadísticamente. "Hallamos que las redes en línea tienen un papel positivo en el bienestar subjetivo por su impacto sobre las interacciones físicas, mientras que el uso de las redes sociales se asocia con una confianza social menor", afirman. "El efecto general de las redes sociales sobre el bienestar individual es significativamente negativo", concluyen.
Es un resultado importante porque es la primera vez que se aborda el papel de las redes en línea en una muestra tan grande y representativa.
Sabatini y Sarracino destacan espacialmente el papel de la discriminación y los discursos de odio en los medios sociales, que afirman tienen un papel importante en la confianza y el bienestar. Mejorar la moderación de las redes sociales podría mejorar significativamente el bienestar de la gente que las usa, concluyen.
Facebook, Twitter y todos los demás, tomad nota.
Ref: arxiv.org/abs/1408.3550 : Redes Sociales y Bienestar Subjetivo