Una batería rígida junto a tecnología de transmisión embebidas en un fluido viscoso facilitarían superar el reto
Hace años que se desarrolla electrónica flexible. Los prototipos de parches para la piel con cables y sensores flexibles, por ejemplo, están logrando hacer cosas como detectar el latido del corazón, los temblores musculares y otras señales fisiológicas (ver "Sensores electrónicos impresos directamente sobre la piel" y "Una tirita detecta temblores y administra fármacos mientras lo registra todo").
Pero estos sistemas siguen enfrentándose a un desafío: cómo conseguir los datos que genera el parche. Para poder hacer un seguimiento continuo, esto implica usar baterías y radiotransmisores.
Un nuevo trabajo sugiere una solución: colocar una batería rígida convencional y la tecnología de transmisión inalámbrica en una carcasa de plástico rellena de líquido que también incluya cables y elementos sensores flexibles. Este método, que permite a la electrónica flotar en un "polímero altamente viscoelástico" haría que el dispositivo fuera más grande. Pero para aplicaciones como la monitorización fetal, sería mucho más discreto y cómodo que los dispositivos tipo cinturón que son lo habitual actualmente.
Un nuevo artículo, en la revista Science, presenta los detalles de cómo podría hacerse. El resultado es una tecnología de dispositivo fino adaptable capaz de posarse suavemente sobre la superficie de la piel y permitir una operación multifuncional para la monitorización fisiológica de forma inalámbrica", escriben los autores. El trabajo, dirigido por el científico de los materiales de la Universidad de Illinois (EEUU), John Rogers, uno de los líderes en este campo, quizá permita que la electrónica flexible pase más rápidamente del laboratorio a la clínica.