'The Washington Post' informa de que la NSA recoge millones de registros de localizaciones de teléfonos, pero estos datos podrían ser útiles más allá del problema de la privacidad
Hoy hace doce años, las ruinas de las Torres Gemelas aún humeaban, y entre los escombros estaban los restos de los secuestradores suicidas que las habían hecho caer con aviones llenos de civiles. Todo el mundo quería saberlo todo sobre dónde habían estado estos hombres (o posibles atacantes futuros como ellos) y con quién se habían reunido.
Los registros de localización de llamadas móviles pueden servir de ayuda. Hasta el teléfono más barato registra su localización porque todos los teléfonos se comunican con las torres de antena cuando pasan junto a ellas. Si hay dos teléfonos en la misma zona general y que se mueven entre las mismas áreas de cobertura de una antena a lo largo de un periodo de tiempo, es más probable que no sea casualidad. Es una forma de encontrar cómplices desconocidos hasta el momento.
Más recientemente, la localización de los teléfonos ha pasado a ser una fuente de datos potente, pero infrautilizada, para las buenas obras. Cuando sabes cómo se mueven millones de personas y quién ha estado en la misma zona con quién, obtienes una base fantástica para averiguar cómo detener la difusión de la malaria y de otras enfermedades. Estos datos también pueden servir de ayuda en la respuesta humanitaria al predecir cómo es probable que huyan los refugiados, basándose en desplazamientos anteriores (ver "Big Data con teléfonos baratos").
Ahora llegan las últimas revelaciones del antiguo contratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en inglés), Edward Snowden. Resulta que la NSA está haciendo todo lo que puede por recoger regularmente datos sobre la localización de cientos de millones de teléfonos en todo el mundo, según un artículo aparecido la semana pasada en el diario The Washington Post. Lo hace pinchando los cables de los operadores móviles, donde estas marcas de localización están disponibles en cantidades ingentes, según el periódico.
"La NSA está recogiendo cerca de 5.000 millones de registros diarios sobre la localización de los teléfonos móviles en todo el mundo, según documentos secretos y entrevistas con funcionarios de inteligencia de Estados Unidos, lo que permite a la agencia seguir el movimiento de individuos -y hacer mapas de sus relaciones- en formas que antes eran inimaginables", escribe el Post. El diario describe esta práctica con un tono de preocupación, y señala que "los datos de localización, sobre todo agregados a lo largo del tiempo, son considerados por las organizaciones defensoras de la privacidad como datos especialmente sensibles".
Los documentos de Snowden han dado muchas pruebas de extralimitación por parte de la agencia (ver "El espionaje de la NSA nos hace más vulnerables"). Pero, por el momento, no tenemos demasiadas pruebas de un uso opresivo de los datos. Evidentemente existen preocupaciones graves y legítimas respecto a la privacidad. Pero ayudará reconocer los usos beneficiosos de estos datos -para luchar contra el terrorismo y para detener enfermedades mortales, por ejemplo- para que podamos superar esta preocupación y asegurarnos de que estas series de datos, que ya poseen las operadoras, se puedan usar para el bien común.