Instituciones como el MIT están promoviendo el desarrollo de tecnologías móviles para facilitar el acceso a servicios de salud en zonas con escasos recursos.
Uno de los problemas más graves de los países en vías de desarrollo es la falta de acceso a servicios médicos profesionales. Para gran parte de la población, una visita al médico puede tomar un día entero, ser peligroso y costar el sueldo de un mes. Además de calles estropeadas y precios altos, existe una escasez de profesionales sanitarios que puedan atender a toda la población.
Una alternativa que las nuevas tecnologías ofrecen para solucionar este problema es la ‘salud móvil’ (mHealth, del inglés mobile health). Esta se basa en el uso de dispositivos móviles para ayudar a médicos y trabajadores sanitarios donde la gente más los necesita. Hay varios usos posibles de la mHealth, como por ejemplo usar información recopilada por móviles para identificar tendencias y poder prevenir epidemias, enviar recordatorios de medicación a personas con VIH o enviar respuestas rápidas a preguntas anónimas sobre salud sexual.
Steve Mutinda Kyalo, cofundador de Shimba Technologies, creadora de la aplicación MedAfrica. Fuente: Erik Hersman
En países como Kenia, las plataformas móviles de salud son cada vez más populares, y el Banco Mundial considera que este tipo de iniciativas -en especial las aplicaciones de salud que resuelven problemas a nivel local- poseen un enorme potencial.
Con esta misma idea en mente, el Instituto Tecnológico de Massachusetts impulsó la creación de Sana Mobile, una plataforma dedicada a conectar poblaciones rurales con médicos mediante dispositivos móviles gracias a voluntarios como el TR35 Juan Sebastián Osorio. Su misión es proporcionar atención médica profesional a poblaciones que usualmente no la recibirían. La manera de lograrlo es conectar con dispositivos móviles a trabajadores de salud que están en el campo con médicos que se encuentran en la ciudad. De este modo, los profesionales que se encuentran en el campo preguntan al paciente cuestiones que encuentran en la aplicación de Sana Mobile, anotan en ella las respuestas -con la posibilidad de añadir fotos y apuntes adicionales- y los mandan al médico. Este responde con su diagnóstico y un tratamiento que el paciente puede empezar a seguir para curarse. Así, se reduce considerablemente el tiempo de diagnosis, ya que si los trabajadores de salud pueden desplazarse a pueblos y aldeas, los campesinos no perderán el tiempo ni el dinero asociados a visitar al médico.
Según Kenneth Paik, director de operaciones de Sana Mobile, la plataforma "ha demostrado que dispositivos móviles innovadores pueden ser muy útiles para resolver algunos de los problemas médicos presentes en zonas con escasos recursos". Sin embargo, desde Sana Mobile admiten que hay muchos obstáculos tecnológicos, sociales, culturales y financieros que impiden la adopción de la mHealth a escala global.
Por ello, Sana Mobile ofrece -junto con Partners in Health y por tercer año consecutivo- un curso sobre usos médicos de dispositivos móviles y cómo pueden ayudar a gente en todo el mundo. El curso está impartido por ponentes invitados que son expertos en telemedicina. Los alumnos forman grupos, cada uno de los cuales trabaja en un proyecto vivo, que afecta a gente real. En el desarrollo de esos proyectos intervienen también los voluntarios de Sana Mobile, que ayudan a los alumnos. “Como miembro de Sana Mobile, estoy continuamente en contacto con ellos, buscando proyectos que se puedan presentar o empezando nuevos proyectos en colaboración con otras instituciones”, asegura Osorio. Con este método, los alumnos pueden ganar experiencia práctica y aprovecharse de la experiencia de los profesores.
Uno de los distintivos del curso es la cooperación internacional. Los profesores proceden de diferentes partes del mundo, al igual que los alumnos participantes, de países como Colombia, Taiwán, Uganda, Brasil o las Islas Filipinas. Con esa mentalidad de internacionalismo, también es posible acceder a este curso de forma gratuita por Internet y participar en él en vivo. Los interesados pueden inscribirse hasta este viernes, día ocho de febrero.